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Suele comenzar como un juego de niños pero puede terminar en una tragedia. Sus víctimas, luego de recibir constantes agresiones, llegan a sentirse deprimidas y poco valoradas. En el último año, según un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, se han registrado 64 casos de intentos de suicidio en escolares con edades entre los 8 y 17 años. El motivo: el bullying escolar.

Según el departamento especializado en violencia escolar del Ministerio de Educación, el bullying se refiere a las agresiones que ocurren entre escolares, de manera intencional y sistemática, amparadas en el secreto y la impunidad. Estas pretender demostrar que el escolar agresor cuenta con más poder (social, físico, emocional y/o intelectual), que el agredido.

La situación en cifras
De acuerdo al portal SíSeVe, plataforma de denuncias sobre violencia escolar del Ministerio de Educación, desde setiembre del 2013 se han reportado (a la fecha) 25.312 casos de violencia escolar a nivel nacional. Es decir, casi 14 episodios de agresión por día, 46% de los cuales los agresores fueron docentes o personal del centro educativo.

De la misma forma, un reciente informe del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi reveló que estamos ante un problema que no solo afecta la concentración y el aprendizaje de los estudiantes, sino que incrementa las tasas de ausentismo y deserción en las escuelas, lo que a largo plazo perjudica su futuro profesional y económico.

¿Cómo tomar acción?
A nivel país, el último informe del departamento especializado en violencia escolar del Ministerio de Educación considera que para prevenir la violencia escolar es necesario tener un enfoque integral y sostenido, que incluya un compromiso político y financiero para luchar contra esta problemática. Pero ello no funcionará sin la participación activa de todos los involucrados: docentes, padres de familia, estudiantes y comunidad.

Pero más allá de los actores directamente relacionados, es necesario que la comunidad también se involucre en este tipo de acciones. Un ejemplo de ello es el proyecto universitario “La expresión del silencio”, que se llevó a cabo en octubre, en la región de La Libertad, en Trujillo. Allí, estudiantes de los últimos ciclos de la carrera de Psicología de una universidad privada capacitaron en la prevención del bullying a docentes, padres de familia y estudiantes del nivel secundario de 14 instituciones educativas. Como hemos visto, esta lucha es tarea de todos.

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