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Perú Mucho Gusto Tacna
Nora Sugobono

Dos cosas se deben probar obligatoriamente en Tacna: el pisco y las aceitunas. Son las mismas dos cosas que se deben traer de vuelta a casa. En el último pedazo de territorio peruano se come y se bebe bien. Lo saben los tacneños y lo sabe el visitante. Arequipeños, moqueguanos, limeños y muchos, muchísimos chilenos. Es conocido que los vecinos del sur recurren con asiduidad a restaurantes de la ciudad (también a clínicas y consultorios dentales, pero esa es otra historia) a probar lo mejor de nuestra gastronomía. En consecuencia, el turismo hoy más que nunca se ha consolidado como una actividad fundamental en la zona. Bastó con ver las placas de los autos estacionados en las inmediaciones del Parque Perú para la feria Perú Mucho Gusto, el fin de semana pasado, para confirmarlo. Una buena cantidad venía de Chile. 

Todo tiene sus pros y sus contras, sin embargo. Decenas de formatos diseñados para el turista empiezan a proliferar y es frecuente que al comensal le ofrezcan un lomo saltado o un cebiche en lugar de un picante a la tacneña o un trozo de cordero a la brasa. No está ni bien ni mal; el menú debe ser variado para todos. Pero cuando uno se encuentra con mesas donde la tradición se conserva y los sabores priman, lo mejor que puede hacer es quedarse ahí. Afortunadamente, varias de ellas estuvieron presentes en Perú Mucho Gusto.  

A la criolla
La feria gastronómica organizada por PromPerú en distintas regiones del país (Lima tiene Mistura) acaba de cerrar su quinta edición en Tacna con cifras récord. En total, son 17 las ediciones que Perú Mucho Gusto lleva desde 2008: fomentar el crecimiento del turismo interno y el turismo fronterizo –Tumbes también ha sido sede–es uno de sus objetivos principales. Quizá lo más importante a tener en cuenta en este tipo de encuentros es que no se trata de ferias locales, sino más bien de lo contrario. La ciudad que acoge suele tener un espacio privilegiado, pero la idea es que uno pueda probar una cerveza hecha en el Urubamba mientras come un chaufa huanuqueño sin tener que desplazarse muchos metros. La entrada, además, es gratuita. 

Lucho Giuffra participa en el evento desde el comienzo. Dueño del amplio La Glorieta –el restaurante campestre más célebre de Tacna–, Giuffra conoce bien a su público. “Los que llegan aquí comen de todo, vengan de donde vengan”, indica. “Sea costillar de cordero o adobo o corvina. Los viernes tengo 90% de peruanos; los sábados, 90% de chilenos. Por eso mantener nuestra identidad es primordial”. Defender la uva negra criolla, la más emblemática de su terruño, también. El pisco es parte del menú tanto como es la cuchara. Es lo único que se necesita para probar, por ejemplo, una versión de patasca hecha con cerdo, res y chalona (cordero seco), servida con habas, mote, papa ‘ojo azul’, choclo y ají panca. Lo mismo va por el picante, elaborado con huata, pata, chalona y orégano tacneño en generosas cantidades. A ese último Giuffra lo llama el oro verde. 

De oro sabe Nora Casilla. En concreto, de un doradísimo choclo originario de Pachía. Sus granos son más chiquitos y ligeramente dulces; ahí es donde comienza la magia. Cada domingo, los días de mayor demanda, Nora abre las puertas de su casa para recibir a una clientela principalmente tacneña. El resto de la semana atiende a pedido o con venta directa. Todos los que llegan hasta ella lo hacen en búsqueda de su pastel dulce –con pasas, maní y anís; se toma como postre– y salado, relleno con pollo. También, claro, por sus humitas dulces o saladas, hechas con minúsculos trocitos de queso de cabra. Doña Nora se ha hecho famosa tanto por su buena mano como por su historia de éxito. De muy pequeña fue enviada a trabajar a una casa; siendo todavía empleada del hogar, empezó un negocio alentada por una amiga para vender pastelitos de choclo puerta por puerta. La demanda fue cada vez más grande. Tanto, que los vigilantes de la zona le avisaban cuando llegaban buses de turistas para que se abastezca bien. El domingo pasado Nora Casilla fue reconocida por preservar la tradición a través de sus pasteles. Le dedicó el premio a Tacna. 

Cifras

  • 38.000 visitantes asistieron durante los tres días de duración del evento. De ellos, casi 9.000 fueron chilenos.

  • 25 regiones del país estuvieron presentes en la feria, con stands repartidos en todas las zonas.

  • 75.000 porciones de comida se vendieron en la quinta edición de PMG Tacna, la más exitosa a la fecha.

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