La iglesia de San Francisco de Asís fue levantada en el siglo XVI. (Foto: Getty Images)
La iglesia de San Francisco de Asís fue levantada en el siglo XVI. (Foto: Getty Images)
Rosario Castro Pacheco

Sus arquerías de piedra y sus casas blancas con techos de arcilla roja son el marco por el que transitan con la tranquilidad y bajo un cielo celeste sus pobladores. La capital ayacuchana, con sus 2.746 m.s.n.m., es rica en arquitectura, artesanía y gastronomía.

Al llegar a su casco histórico se impone la basílica catedral (S/ 10), cuyo interior está decorado con piezas renacentistas, barrocas y con 10 retablos bañados en pan de oro, como los de Nuestra Señora de Socos, del Niño Llorón y del Señor de Burgos.

Recorrer las iglesias de Huamanga es ritual obligatorio para el turista. ¿La razón? La ciudad posee siete de los 33 templos católicos que concentra Ayacucho, los cuales destacan por su historia y belleza arquitectónica. Por ejemplo, en la tercera cuadra del jirón 28 de Julio está la iglesia de San Francisco de Asís, de estilo grecorromano, que protege la colección de lienzos de las Escuelas Cusqueña y Ayacuchana, únicas piezas artísticas que se encuentran en el Perú. A dos cuadras se halla el templo de la Compañía de Jesús, erigida con dos torres de ladrillo decoradas con frisos florales. Y, en el jirón 9 de Diciembre, el templo de Santo Domingo destaca por su altar mayor, el cual está cubierto con pan de oro y decorado con lienzos del barroco churrigueresco (estilo español del siglo XVIII).

El templo de Santa Teresa cuenta con una sola nave y 150 óleos. Ayacucho cuenta con 33 iglesias. (Foto: Getty Images)
El templo de Santa Teresa cuenta con una sola nave y 150 óleos. Ayacucho cuenta con 33 iglesias. (Foto: Getty Images)

Otros atractivos indispensables del itinerario son el Arco del Triunfo (1910), monumento que conmemora la victoria del combate del 2 de mayo de 1886 contra las tropas españolas; y la Casa Velarde Álvarez, sede del centro cultural de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. Se trata de una de las viviendas más antiguas de la urbe: incluso, en el 2003 se hallaron muros incas durante los trabajos de restauración.

Para conocer la artesanía local no hay mejor lugar que los barrios de Santa Ana, Puca Cruz y Belén, donde se concentran las galerías de comercio de tejidos en telar, cerámicas, tallas en piedra, trabajos en plata (como el burilado, repujado y filigrana) y los famoso retablos, una recreación de los cajones coloniales en los que los artistas locales moldean piezas con temáticas vinculadas a sus actividades costumbristas, como fiestas, danzas folklóricas o labores agrícolas.

El retablo ayacuchano es Patrimonio Cultural de la Nación desde junio último. (Foto: Getty Images)
El retablo ayacuchano es Patrimonio Cultural de la Nación desde junio último. (Foto: Getty Images)

¿Y la comida? El sitio clave para probar la sazón ayacuchana es el mercado central; allá almuerce la puca picante (desde S/ 10), un guiso de carne de cerdo en salsa de maní y ají panca; y la patachi (desde S/ 8), una sopa de trigo con tocino, carne y menestras. En este mercado también encontrará el pan guagua (S/ 1), preparado con trigo y dulces. //

SEPA MÁS:
El boleto en avión hacia Huamanga va desde
US$ 92 con Latam; mientras que el pasaje en bus con Cruz del Sur y Movil Bus va desde S/ 50.

La noche en el hotel Sevilla va desde S/ 105 por persona. Y en el hotel Ayacucho Santa Rosa, desde S/ 135.

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