Tres increíbles historias que explican por qué la hinchada peruana es la mejor del mundo. (Foto: El Comercio)
Tres increíbles historias que explican por qué la hinchada peruana es la mejor del mundo. (Foto: El Comercio)
Arturo León

Hoy, como si mi vida fuera parte de una serie de ciencia ficción, me teletransporté a la Plaza Roja de Moscú. Exactamente a las afueras de la estación del metro "Teatralnaya". Ahí, a solo cinco metros hacia la derecha, hay un camino que te lleva al centro de la calle Nikolskaya. También conocido como el "Pasaje de las Luces". Cientos de focos colgantes, de diferentes colores, la iluminan y le otorgan un brillo realmente mágico. Pero en el Mundial Rusia 2018, sobre todo los primeros días, esa maravillosa parte del centro de la capital se vio opacada por una marea blanquirroja: la hinchada peruana, hoy consagrada como la mejor del mundo gracias a un premio otorgado por la FIFA en la ceremonia The Best. Mi mente no pudo evitar hacer un salto en el tiempo para recordar lo emocionante que fue ver a miles de peruanos reunidos -desde tan lejos y diferentes partes del planeta- para alentar a un grupo de 23 futbolistas. Se necesitaría un libro para contar todos los detalles y las decenas de razones que hacen a la afición peruana merecedora del premio. Por eso he elegido tres historias increíbles.

UN HINCHA INSPIRADOR

Pasadas las tres de la tarde, Rolly Reyna, fotógrafo de El Comercio, y yo estábamos obligados -y no porque nuestros jefes nos lo pidieron- a dar una vuelta por Nikolskaya. Ahí se concentraban la mayor cantidad de hinchas peruanos y demás países. Era la oportunidad perfecta para tener fotos inéditas, hacer más de un Facebook Live, ver cómo los rusos se asombraban de la fiesta mundialista -y peruana- y de encontrar historias conmovedoras. Fue Rolly quien, con su excelente ojo de fotoreportero, vio por primera vez a Guillermo Malca. Yo, mientras buscaba acomodarme en el centro de la hinchada peruana para lanzar el en vivo en las redes del diario, regresé para conocerlo. Con solo mirarlo me emocioné. El señor, de 88 años, saltaba y cantaba al ritmo de los más jóvenes. Su hijo, naturalmente, lo cuidaba de que cualquier movimiento le haga perder el equilibrio. Había muchísima gente. Pese a ello, Don Guillermo solo se detuvo para responderme unas preguntas, contarme su historia y darme un fuerte abrazo. Inevitable no emocionarse. 

DEJAR TODO POR TU SELECCIÓN

Sixto Falcón, literalmente, lo dejó todo por la selección peruana. Lo encontré un día por el Teatro Bolshoi. Eran las 10 de la noche y caminaba lento. Estaba cansado y llevaba un tremendo peso sobre sus hombros: una bandera gigantesca (10 metros de largo) que sacaba en cada uno de los encuentros de los hinchas blanquirrojos. La cuidaba más que el fan ID. Lo sorprende de su historia fue lo que hizo para estar ahí. Sixto, un técnico que se gana la vida arreglando puertas levadizas, vendió la única propiedad que compró con el ahorro de muchos años: su auto. "Nunca me imaginé que la emoción me llevaría a hacerlo. Ya veré que hago cuando llegue porque era una importante herramienta de trabajo", me confesó. No pudo ver a Perú en octavos de final, su sueño, pero vivió los días más intensos de su vida gracias a la selección. 

UNA LOCURA INEXPLICABLE

Fue un rumor que pocos creían hasta que la agencia alemana DPA lo comprobó. Un hincha peruano engordó 25 kilos, se hizo pasar por discapacitado y consiguió una entrada para ver a Perú en el Mundial. Era la única alternativa que tenía y lo hizo. "Primero compré la entrada y después empecé a engordar. Comía de todo, mucho hidratos de carbono. Tenía tres meses para presentar el certificado médico de obesidad corporal. Por suerte pude cumplirlo y la FIFA lo aceptó", contó durante Rusia 2018. Nunca quiso revelar su nombre completo y es conocido como Miguel F. Un peruano de 24 años que cometió una locura por el fútbol. La noticia dio la vuelta al mundo.

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