Piura: un recóndito refugio de animales en Virrilá

Afeitado, con el pelo recortado y la cara limpia, Bore sigue siendo, empero, una caricatura del hombre que fue hace apenas unas semanas. Era evidente que seguía con el corazón roto. Salimos muy temprano de Piura y Bore miró por hábito el resplandor del desierto. Había perdido, por mientras, su alma estética. 

En un instante llegamos a Catacaos, conocido por sus notables picanterías, sus casas de cañas de guayaquil y sus expertos artesanos. Quedamos especialmente embobados ante las piezas (aretes, collares, prendedores, gallitos y chalanes) de filigrana de plata creados con hilos del grosor de un cabello fino. 

A media mañana aplacamos la sed con una chicha dorada servida en potos o cojuditos, y nos dirigimos a un destino que Bore siempre había querido conocer: el estuario de Virrilá, una especie de río al revés, pues es una lengua de agua marina, a veces ancha como una laguna, que se introduce 30 km tierra adentro. 

Pasamos la ciudad de Sechura y media hora después paramos sobre un puente que cruza el estuario. Nos deslizamos entre los algarrobales, a unos metros de la orilla, para acercarnos con sigilo a una mancha de flamencos, grullas, garzas y cormoranes ocupados en sus asuntos: comer, acicalarse y reproducirse. 

Lo que nos impresionó fue la cantidad de flamencos, que hace palidecer a cualquier otro lugar de la costa, pues alberga 15 mil ejemplares. Sin aviso, una bandada levantó vuelo al unísono. Extraña criatura, frágil en todos sus aspectos y, sin embargo, allí en lo alto crece hasta la dimensión de un pequeño dios. Bore contempla la naturaleza que lo rodea y, de pronto, entiende que es libre de volar también, y sonríe por primera vez en todo el viaje. 

Más datos

• El estuario de Virrilá está ubicado a unos 30 kilómetros de Sechura y es parte de un complejo de humedales del desierto sechurano. Se origina cuando agua de mar ingresa a la costa a través de un ramal de agua dulce del río Piura. 
  
  
• Alberga numerosas especies de aves migratorias, que se alimentan en sus orillas.