Los investigadores emplearon una resonancia magnética nuclear para observar el compuesto del té verde. (Foto: Reuters)
Los investigadores emplearon una resonancia magnética nuclear para observar el compuesto del té verde. (Foto: Reuters)
Redacción EC

No es la primera vez que el té verde y el mal de son vinculados. Una nueva investigación publicada en la revista Journal of the American Chemical Society da luz sobre las propiedades del consumo de esta infusión.

Un estudio realizado en la Universidad de McMaster reveló que el galato de epigalocatequina (EGCG) detiene la formación de placas beta-amiloide, un compuesto que provoca la creación de proteínas íntimamente relacionadas con el desarrollo de la enfermedad.

Los investigadores emplearon una resonancia magnética nuclear y observaron como el EGCG afecta la formación de estas placas impidiendo la formación molecular de compuestos dañinos capaces de afectar células sanas.

Los investigadores sugieren que gracias a estos hallazgos, extractos del té verde podrían utilizarse para prevenir la enfermedad degenerativa que hasta el momento no tiene cura. No obstante advierten que no es sencillo administrar el EGCG directo al cerebro.

(Fuente: El País / GDA)

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