(Foto: ISTOCK)
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Redacción EC

Dar a luz sigue siendo una de las cosas más peligrosas que puede hacer una mujer.

Es la sexta causa de muerte más común entre mujeres de 20 a 34 años de edad en Estados Unidos. Pero las estadísticas esconden una gran brecha entre hoy y lo que solía suceder hasta mediados del siglo XX.

El enorme y bienvenido cambio se debió a varios factores, como la mejoría en las medidas de higiene y la nutrición, así como cambios culturales.

Los médicos tendían a mantenerse lejos de los partos pues, como eran hombres, se consideraba obsceno que estuvieran presentes.

Pero a medida que la profesión de la medicina se desarrolló durante el siglo XIX, los doctores se fueron acercando al potencialmente lucrativo negocio de traer niños al mundo.

Sin embargo, siglos antes, ya otros se habían percatado de los beneficios de atender a las mujeres cuando estaban dando a luz, particularmente una familia francesa: los Chamberlen.

Herramientas de tortura

Históricamente, las mujeres morían de fiebre puerperal –también conocida como fiebre de parto o sepsis puerperal–, hemorragia, eclampsia (presión arterial peligrosamente alta e insuficiencia orgánica) y distocia, término para referirse a los partos laboriosos.

Con sus fórceps, los Chamberlen evitaban tener que enfrentar a las familias tan a menudo con el dilema de decidir si salvar a la madre o al bebé. (Foto: Welcome Library)
Con sus fórceps, los Chamberlen evitaban tener que enfrentar a las familias tan a menudo con el dilema de decidir si salvar a la madre o al bebé. (Foto: Welcome Library)

Y para lidiar particularmente con el último caso, la familia Chamberlen tenía un secreto muy bien guardado: los fórceps.

Antes de que existieran, cuenta Randi Hutter Epstein en su libro "Sácame: la historia del parto desde el Jardín de Edén hasta el banco de esperma", "a los bebés atascados en el canal de parto los sacaban a la fuerza, a menudo en pedazos.

"A veces, las parteras les quebraban el cráneo, matando al niño pero salvando a la madre; otras, rompían el hueso púbico, que a menudo resultaba en la muerte de la madre y la salvación del hijo".

Además, agrega, los doctores tenía todo un armamento de espantosos aparatos para enganchar, apuñalar y destrozar el cuerpo del bebé difícil de sacar.

"Muchos de esos aparatos se parecen mucho a las herramientas de tortura medievales".

Los Chamberlen

Peter Chamberlen, luego conocido como "el viejo", y su hermano, también llamado Peter (el joven), nacieron en París en 1560 y 1572, pero como la familia era hugonota tuvieron que huir a Inglaterra.

Ambos siguieron la profesión de su padre, convirtiéndose en barberos cirujanos y reconocidos practicantes de partería.

Ambos, también, tuvieron problemas con las instituciones de la profesión de la época, por razones que iban desde inasistencia a lecciones hasta prescripción de medicinas prohibidas.

Los fórceps han salvado innumerables vidas pero si se usan inapropiada o innecesariamente pueden perjudicar a la madre o al bebé. Hoy en día, en muchos países, ya casi no se usan.
Los fórceps han salvado innumerables vidas pero si se usan inapropiada o innecesariamente pueden perjudicar a la madre o al bebé. Hoy en día, en muchos países, ya casi no se usan.

No se sabe con certitud cuál de los hermanos inventó los fórceps obstétricos pero a menudo se acredita al mayor de ellos.

Lo que sí se sabe es que los mantuvieron como un secreto de familia durante más de 100 años y que se aseguraban de no dar ninguna pista del método que los hizo famosos como los mejores parteros de Inglaterra y médicos de la corte real.

Cuentan que llegaban a la casa de la mujer en trabajo de parto en un carruaje especial, acompañados de una enorme caja de madera adornada con tallados dorados.

Como se necesitaban dos hombres para cargarla, la gente pensaba que se trataba de una máquina compleja y de gran tamaño.

Sacaban a todo el mundo de la habitación y se quedaban solos tras la puerta cerrada con la mujer que iba a dar a luz, a la que le vendaban los ojos para que no descubriera el secreto.

Al otro lado de la puerta, los familiares podían escuchar los ruidos peculiares, tañidos de campanas y otros sonidos siniestros que supuestamente hacía la máquina al funcionar.

De Peter en Peter

Peter el joven tuvo un hijo al que llamó Peter, pero como éste sí estudió mucho y en varios países de Europa, se ganó el título de doctor Peter Chamberlen, lo que nos ayuda a no perder el hilo.

El doctor Peter Chamberlen gozaba de una alta reputación y una igualmente alta autoestima. (Welcome Library)
El doctor Peter Chamberlen gozaba de una alta reputación y una igualmente alta autoestima. (Welcome Library)


Tras la muerte de su tío –Peter el viejo– en 1631 fue nombrado médico de la corte y su reputación era tan buena que el Zar de Rusia le escribió a Carlos I preguntando si podía estar a su servicio, pero el rey declinó la petición.

Otra cosa que el Dr. Peter tenía muy en alto era su opinión de sí mismo y era tan extravagante en su vestido que en una ocasión fue advertido por las autoridades de la universidad.

Se casó con Jane Myddelton con quien tuvo 2 hijas y 11 hijos, 3 de los cuales –Hugh, Paul y John– también practicaban la obstetricia. Después de la muerte de Jane, se casó con Ann Harrison y tuvo otros 5 hijos. Murió en 1683 a la edad de 82 sin revelar el secreto de familia.

Ilustración del siglo XVI de las sillas para parir (arriba) y de la posición del bebé. (Imagen: Welcome Library)
Ilustración del siglo XVI de las sillas para parir (arriba) y de la posición del bebé. (Imagen: Welcome Library)

La prueba de fuego

Pero los tiempos estaban cambiando y su hijo mayor Hugh fue a París en 1670 con la esperanza de recaudar fondos vendiendo el secreto de la familia al gobierno francés.

Francois Mauriceau, el obstetra más importante del siglo XVII quien había publicado dos años antes el "Tratado de las enfermedades de las mujeres embarazadas y las que han dado a luz" –el libro que ayudó a establecer la obstetricia como ciencia–, le puso una tarea difícil.

Para demostrar las ventajas de los fórceps debía atender con éxito el parto de una enana raquítica de 38 años que tenía la pelvis tremendamente deformada y estaba en trabajo de parto obstruido.

Modelo anatómico hecho en marfil de una mujer embarazada con partes móviles que quizás se usaba para tranquilizar a las futuras madres. Una de las maravillosas piezas de la colección del Wellcome Institute. (Foto: Welcome Library)
Modelo anatómico hecho en marfil de una mujer embarazada con partes móviles que quizás se usaba para tranquilizar a las futuras madres. Una de las maravillosas piezas de la colección del Wellcome Institute. (Foto: Welcome Library)


Fue todo un fracaso y Hugh volvió a Londres sin haber podido vender su fórceps, pero con una copia del texto reciente de Mauriceau, el cual tradujo y publicó en Inglaterra en 1672. En el prólogo hizo referencia al secreto de familia:

"Mi padre, hermanos y yo (y que yo sepa nadie más en Europa), por la bendición de Dios y nuestro ingenio, hemos atendido y practicado durante mucho tiempo una forma de tratar a las mujeres en este caso (trabajo de parto obstruido), sin ningún perjuicio para ellas o sus hijos: aunque todos los demás (obligados por la falta de tal expediente a utilizar la forma común) deben poner en peligro, o destruir uno o ambos con ganchos...

...me permito ofrecer una disculpa por no publicar el secreto. .. M ientras otros artistas los utilizan, a saber, mi padre y dos hermanos que viven d e la práctica de este arte , n o estimo propio publicarlo sin perjudicarlo
s".

Lo que Hugh sí publicó fueron varios textos importantes que proponían desde la introducción de un servicio de salud que atendiera a los pobres tanto como a los ricos –245 años antes de que se introdujera en Reino Unido–, hasta las ventajas de que Escocia e Inglaterra se unieran.

Pero nunca reveló el secreto de familia.

Otra generación

Se cree que fue su hijo Hugh el joven, también médico, quien –aunque se casó tres veces, tuvo tres hijas pero ningún varón– al ver que iba a morir sin un heredero dejó que el secreto se filtrara durante los últimos años de su vida.

El gran secreto, escondido bajo las tablas del piso. (Foto: Royal College of Obstetricians and Gynaecologists)
El gran secreto, escondido bajo las tablas del piso. (Foto: Royal College of Obstetricians and Gynaecologists)


El diseño de los fórceps fue publicado en 1733, 5 años después de su muerte.

Se dice que hubo otros que usaron estos instrumentos antes pero también que los encontraban notoriamente difíciles de manejar, tanto que se llegó a pensar que el secreto no era la herramienta médica sino la técnica manual.

En 1813, los instrumentos del Dr. Peter Chamberlen, incluidos cinco fórceps obstétricos, fueron descubiertos en una trampilla secreta en el suelo del ático de su antigua casa, donde los había escondido su esposa Ann a su muerte, 130 años antes.

Los instrumentos están ahora en el Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos en Londres.

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