Los expertos creen que la causa más probable es un parásito o una enfermedad transmitida por garrapatas, aunque la causa exacta sigue siendo desconocida. Imagen de Mongabay / Rhett A. Butler
Los expertos creen que la causa más probable es un parásito o una enfermedad transmitida por garrapatas, aunque la causa exacta sigue siendo desconocida. Imagen de Mongabay / Rhett A. Butler
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Los lémures en Madagascar han estado durante años bajo presión debido a la deforestación, la caza furtiva, la sequía y otras amenazas. Ahora, en la Reserva de Berenty, que recibe muchas visitas, cerca del extremo sur de la isla, las sifacas de Verraux enfrentan una misteriosa y nueva amenaza.

En los meses de abril y mayo, al menos 31 sifacas de Verreaux (Propithecus verreauxi) han muerto en la en la reserva. La mayoría fueron encontrados muertos; otros se encontraron gravemente enfermos y más tarde murieron por insuficiencia respiratoria. El personal de Berenty y científicos locales han contactado a veterinarios y primatólogos de todo el mundo. Los expertos creen que la causa más probable es un parásito o una enfermedad transmitida por garrapatas, aunque la causa exacta sigue siendo desconocida.

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La lucha por sobrevivir de las sifacas
Este es uno de los mayores casos de mortandad de lémures que los científicos recuerdan. “No hemos visto algo como esto antes”, le dijo a Mongabay Patricia Wright, experta en lémures y fundadora de Center ValBio, un centro de investigación en el centro este de Madagascar.

Los sifacas de Verreaux luchaban por sobrevivir mucho antes de este brote. Los peludos lémures blancos ya estaban clasificados como En Peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La población está muy fragmentada y ha estado disminuyendo durante décadas, según la UICN. La especie se encuentra en las áreas secas y los bosques espinosos del suroeste de Madagascar.

Los sifacas de Verreaux en una acalorada disputa territorial. Imagen de Rhett A. Butler
Los sifacas de Verreaux en una acalorada disputa territorial. Imagen de Rhett A. Butler

Por coincidencia, una reunión del Grupo de Especialistas de Primates de la Lista Roja de la UICN tuvo lugar a principios de mayo en Antananarivo, capital de Madagascar, y la reevaluación del estado de peligro de todas las especies de lémures fue uno de los principales temas de la agenda. El grupo decidió reclasificar las nueve especies de sifaca de En Peligro a En Peligro Crítico, según las personas que asistieron. El cambio de estado aún no es oficial, pero durante la reunión la página de Facebook del proyecto de la Red de Conservación de Lémures del grupo especializado lo mencionó: “Estamos muy tristes de anunciar que todas las especies de sifaca están ahora En Peligro Crítico de extinción”.

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Una enfermedad misteriosa
Los sifacas de Verreaux viajan en grupos de hasta 14 individuos, y al menos dos de estos grupos han muerto en Berenty desde fines de marzo. Berenty es una reserva privada administrada por una familia francesa que posee un negocio local de sisal. Durante décadas, ha sido una área de investigación y un popular destino de ecoturismo. Los lémures son la atracción principal.

Los científicos han reconstruido las pistas sobre la causa de la muerte mediante la evaluación de los sifacas enfermos que se encontraron aún vivos. Varios de ellos tenían paralizadas las patas traseras; para moverse, tenían que arrastrarse con sus manos en el suelo del bosque. Normalmente, los sifacas de Verreaux tienen poderosas patas traseras que les permiten rebotar de lado en el suelo o saltar hasta 3 metros, o 10 pies, de árbol en árbol. En un día, en la mayoría de los casos, la parálisis se desplazó en sus cuerpos hasta llegar hasta los pulmones, causando la muerte por insuficiencia respiratoria.

Un sifaca de Verreaux amamantando a su bebé. Imagen de Rhett A. Butler
Un sifaca de Verreaux amamantando a su bebé. Imagen de Rhett A. Butler

La mayoría de los sifacas muertos se encontraron cubiertos de garrapatas, que según los científicos puede haber causado la parálisis al transmitir a los sifacas una neurotoxina o algún tipo de bacteria infecciosa perteneciente a la familia llamada Rickettsiae. Sin embargo, en el 2014, los científicos encontraron muchos otros sifacas de Verreaux cubiertas de garrapatas los cuales no mostraron signos de enfermedad.

Otra posibilidad es que las muertes recientes fueran causadas por parásitos de toxoplasma unicelulares, que afectan el sistema nervioso y que, como las bacterias de Rickettsiae, podrían haber sido traídos a la zona por humanos. Los parásitos podrían haber estado en el suelo o en el estiércol de felinos. Las muestras de tejidos y órganos de los cadáveres de los sifacas se enviaron al Instituto Pasteur de Madagascar, en Antananarivo, pero los resultados de las pruebas aún no han regresado.

Casi todos los sifacas que se encontraron muertos fueron machos, y esto al principio llevó a los científicos a creer que tal vez las muertes se debieron a disputas territoriales agresivas. Debido a que las amenazas externas han obligado a los sifacas de Verreaux y otras especies de lémures a congregarse en áreas pequeñas, esto no sería sorprendente. “Cuando encontramos los primeros 9 [sifacas muertos] pensamos que podría deberse a una superpoblación”, le dijo Claire Foulon, directora de la reserva, a Mongabay. Sin embargo, los cadáveres no mostraban signos de violencia, y esa teoría ha sido descartada. Los expertos no están seguros de por qué la mayoría de los sifacas muertos fueron machos.

Un sifaca de Verreaux bailando. Imagen de Rhett A. Butler
Un sifaca de Verreaux bailando. Imagen de Rhett A. Butler

Independientemente de cuál sea la causa de la enfermedad, otros tipos de lémures no parecen ser tan vulnerables como los sifacas de Verreaux. Hasta el momento, ninguno de los muchos lémures de cola anillada (Lemur catta) que existen en la misma área se han visto afectados. Sin embargo, un lémur del género Eulemur fue encontrado muerto, aparentemente por la misma enfermedad.

No se han encontrado sifacas enfermos o muertos desde el 30 de abril, por lo que los expertos esperan que lo peor ya haya pasado. “Como la mayoría de casos de este evento aislado se han dado durante un periodo determinado de semanas, espero que lo que haya causado las 37 muertes (que es el número que se discutió en la reunión de la UICN) haya seguido su curso”, Edward Louis, director de la ONG Madagascar Biodiversity Partnership y director de genética de la conservación en el zoológico y acuario de Henry Doorly, de Omaha, EE.UU., dijo en un correo electrónico a Mongabay. (Louis y otros expertos dijeron que fueron casi 40 muertes, pero Foulon le dijo a Mongabay que solo 31 sifacas murieron en el brote).

Un equipo de veterinarios de Alemania está ahora en el área para apoyar al veterinario malgache que trabaja en el caso.

Una versión distinta de esta historia fue publicada en Mongabay Latam.

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