Lo primero que hay que decir es que, en rigor, no podrían ser ‘sables de luz’. La luz, es sabido, no tiene masa. (Foto: Pezibear en pixabay.com / Bajo licencia Creative Commons)
Lo primero que hay que decir es que, en rigor, no podrían ser ‘sables de luz’. La luz, es sabido, no tiene masa. (Foto: Pezibear en pixabay.com / Bajo licencia Creative Commons)
Redacción EC

Yo sé. Como a usted, nada me gustaría más que empuñar una espada hecha de luz y sostener con ella duelos épicos como los de las películas de La guerra de las galaxias.

Si usted ha pasado 40 años en una cueva y no ha visto La guerra de las galaxias, baste decir que las de esa saga son armas capaces de emitir haces de luz de algo más de un metro que pueden cortar virtualmente cualquier cosa (y, en ocasiones, manos, personas, villanos o animales muertos).

Cuando dos espadas láser chocan entre sí, sus haces no se cruzan. Ah... vienen en una gran variedad de colores, del azul, verde y rojo al púrpura y el negro (lo juro, búsquelo en Google).

Pero, aunque el concepto del lightsaber (sable de luz) excite la imaginación, lo más probable es que nunca lleguemos a tener uno en el mundo real. Aunque imponentes, presentan el pequeño inconveniente de desafiar las leyes de la física.

Lo primero que hay que decir es que, en rigor, no podrían ser ‘sables de luz’. La luz, es sabido, no tiene masa. Aunque se les llame espadas láser, en realidad no es un láser lo que produce el ‘filo’ de estas armas.

El láser (sigla de light amplification by stimulated emission of radiation) no tiene una longitud modulable y solo se detiene cuando choca con una superficie, algo que sabe bien cualquiera que haya usado alguna vez un puntero láser. Resultan mucho más apropiados para las pistolas de rayos, pero eso es otra historia.

En el universo ficticio de Star Wars, los lightsabers usan haces de plasma emanados de empuñaduras metálicas. Para efectos de imaginar cómo construir uno, es necesario analizarlos desde un punto de vista eminentemente tecnológico. El papel de la fuerza en su diseño y uso no tiene, pues, cabida en este ejercicio.

¿'Espadas de plasma'?

Primero, las buenas noticias: en teoría, un haz de plasma (el cuarto estado de la materia, similar al gas, pero capaz de formar estructuras como capas o filamentos), podría ser controlado.

Como está, por su propia naturaleza, cargado eléctricamente, puede ser atrapado y manipulado mediante un campo magnético meticulosamente generado.

Pero surgen allí varios problemas: el primero, que no existe en la actualidad una fuente portátil de energía (ciertamente no una que pueda caber en la empuñadura de una espada) capaz de crear un haz de plasma.

Si se consideran las proezas que hemos visto realizar a los jedis en las películas, es razonable, aseguran los expertos, estimar en 20 megawatts la capacidad de las baterías en cada una de estas armas. Eso bastaría para suministrar electricidad a 15.000 casas, por un año.

El segundo problema es que la temperatura del plasma es tan increíblemente elevada que haría imposible sostener en la mano el mango de la espada, y con toda certeza acabaría por fundirlo. Es más, es posible que el calor irradiado bastara para causarle daño al duelista.

Un tercer reto está en la cualidad luminosa de la espada láser. Para que brille, una cantidad de energía , así sea infinitesimal, debe poder ‘escapar’ del contenedor. No hay un campo magnético conocido con esas características.

No habría ‘brmmmmm’

No hay razón alguna para que un haz de luz (o de plasma) produzca un sonido. Hay que suponer que el característico ronroneo de las espadas láser de las películas proviene de su fuente de poder.

Si asumimos que el haz de esta clase de armas básicamente no tendría peso y en cambio requeriría una bastante sólida batería en la empuñadura, es posible que un lightsaber resultara sumamente difícil (y peligroso) de manipular.

Y, como si fuera poco, hay una mala noticia adicional: incluso si lográramos un campo magnético suficientemente fuerte y desarrolláramos materiales aislantes para manipular un haz de plasma, a la hora del primer duelo nos hallaríamos con que dos haces de plasma jamás colisionarían. Básicamente, equivaldría a un duelo con dos linternas cuyos haces se limitarían, anticlimáticamente, a atravesarse uno al otro.

Aunque incluso eso podría cambiar en el futuro. Un estudio del Harvard-MIT Center for Ultracold Atoms, liderado por los profesores de física Mikhail Lukin y Vladan Vuletic, de Harvard y el MIT, respectivamente, señala que un experimento logró ‘coaxiar’ (es decir, modificar la posición, empujar e incluso bloquear) a fotones dentro de moléculas más duras. En teoría, esto permitiría que dos haces de luz ‘colisionaran’ entre sí, lo que abre la puerta a un futuro de duelos épicos y miembros amputados.

No todo son malas noticias: como al comienzo de la saga de George Lucas, una nueva esperanza ha surgido, nada menos que en el campo de la medicina.

Se llama PlasmaBlade, y si su nombre los remite a las escenas de La guerra de las galaxias, es porque probablemente sea lo más cerca que llegaremos jamás a una espada láser.

En rigor, el PlasmaBlade es un arma que se emplea en la lucha contra el cáncer. Su función es separar y diseccionar tejido con incontables grados de precisión sobre las herramientas habituales. Un haz de plasma se dirige hacia las zonas afectadas para cortar tejidos a la vez que los cauteriza. Irónicamente, una de sus ventajas es que no necesita temperaturas tan altas como otras técnicas.

En otra realidad

Pero todo eso no quiere decir que usted no pueda empuñar su espada láser y retar a duelos a sus enemigos. En asocio con Disney, Lenovo lanzó un set de realidad aumentada que permite hacer precisamente eso, en la sala de su casa.

Utilizando un casco, un control en forma de lightsaber y un faro de seguimiento, el set dejará que los usuarios luchen contra rivales como Kylo Ren o, incluso, el mismo Darth Vader, mientras practican sus habilidades con el sable de luz. El lanzamiento del denominado Star Wars: Jedi Challenges se realizó en octubre en el marco de la IFA 2017 en Berlín.

La experiencia es una propuesta de realidad aumentada soportada en smartphones y que será compatible con dispositivos Android y iOS. Lo mejor: la empuñadura del set es la misma del sable de Anakin, Luke y Rey.

(Fuente: El Tiempo / GDA)

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