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"La casa de papel"
Redacción EC

Okey, esto ya tiene dimensiones de un atraco grande en serio. De los cuatro millones de televidentes españoles que comenzaron viendo "" el 2 de mayo de 2017, a los potenciales 150 millones de suscriptores de de los 190 países en los que se podrá disfrutar de la tercera temporada de la serie a partir de este viernes, las cosas han cambiado. Y mucho. Tanto, que tras la presentación en Madrid de la semana pasada, ante una multitud de fans con máscaras de Dalí al grito de "bella ciao, bella ciao", anteayer, cuatro de sus protagonistas cruzaron el Atlántico hasta Bogotá, Colombia para dar la cara y charlar sobre su trabajo ante medio centenar de periodistas latinoamericanos.

Para completar el cuadro de este fenómeno de la era del streaming e impulsar desde la meta de largada a esta temporada, Netflix construyó aquí, en la zona norte de Bogotá, una réplica del Banco de España, lugar donde se desarrolla ahora la historia de ladrones y policías más exitosa de habla hispana de la plataforma, para que cualquiera la pueda visitar durante doce días y llevarse su selfie "bandolera".

"Será una experiencia de inmersión donde los fans podrán sentirse parte de la banda de "El Profesor", y en la que deberán cumplir con una misión especial y documentar el proceso", anuncian para quienes paseen por Bogotá por estos días.

Definitivamente esto es lo que hoy se entiende como una superproducción globalizada. Aún más si se tiene en cuenta que según lo que se ha dejado ver por ahí antes del estreno mundial, esta temporada se ha filmado, entre muchos otros lugares, en países como Tailandia, Panamá, Italia y, como comentará casi sin querer entre tanto secretismo uno de los actores, también en Gran Bretaña, con un presupuesto infinitamente mayor con el que se inició todo allá por diciembre de 2016, con la productora independiente española Vancouver Media intentando venderle el proyecto a alguna cadena interesada.

Pero más allá de los números, las audiencias y los países que atraviesa esta historia, como si la ficción y la realidad se entremezclaran, el mejor ejemplo para comprender el tamaño de la popularidad que ha alcanzado "La casa de papel" lo ofrece Álvaro Morte, el actor detrás de El profesor, el líder pensante y mentor de esta banda de ladrones devenidos héroes.

"De todo este fenómeno, más allá de cosas que nos hayan pasado personalmente, que han sido muchas, me quedo con un momento que vi en redes sociales que me dejó muy impactado: un barco de Proactiva Arms, una ONG que se encarga de rescatar inmigrantes y refugiados que vienen en pateras y demás, que rescata a unos chavales que iban a la deriva en medio del mar y cuando esos chavales entran al barco y se sienten a salvo, empiezan a cantar "Bella Ciao". Eso a mí me emociona muchísimo más que cualquier otra cosa. Se ha hablado muchísimo de los tatuajes, de las banderas en los campos de fútbol, de las máscaras de Dalí, pero eso para mí tiene un valor sin igual". 

En una habitación de un lujoso hotel bogotano, Morte está sentado junto a sus compañeros Darko Peric (Helsinki), Alba Flores (Nairobi) y el recién ingresado a la "familia" Hovik Keuchkerian (Bogotá). Los cuatro están desde temprano atendiendo a la prensa latinoamericana y no dan crédito del estatus de estrella de rock que tiene por lares.

"Yo es la primera vez que vengo a América Latina y aquí la gente, el fan, es mucho más loco. No se puede comparar con el público español o el europeo en general. Se ve en las calles, pero también se puede ver en las redes", dice Peric, con su barba extendida. 

La serie ha pegado tanto que es difícil no mirarles a la cara y no pensar en sus sobrenombres de ciudades. Incluso Morte, El profesor, actúa aquí también como jefe de grupo, el hombre que ante los silencios sale a explicar la postura de todos, que habla de las virtudes del equipo y que sale a proteger a quien dude ante alguna pregunta. Es más, uno livianamente podría pensar que no le debe haber costado mucho armar su personaje. Si hasta parece acomodarse los lentes que ahora no tiene, como hace su personaje, frase de por medio. En la vida real, habla, gesticula y maneja los silencios como El profesor. Pero los paralelismos no van más allá de Morte. A su lado, Peric se muestra mucho más afable que Helsinki y Alba Flores lejos está de la imagen de mujer de armas tomar que representa Nairobi. Keuchkerian, por su parte, el "nuevo" de este cuarteto, a diferencia de su Bogotá, se muestra como un gran conversador.

Entonces sí, cuando se les pregunta acerca de cómo afrontar una nueva temporada después de que la historia parecía cerrada, es Morte el que toma la palabra. "Creo que tras el tremendo éxito que estaba teniendo "La casa de papel", por más que nosotros habíamos hecho las dos temporadas bien cerradas, había algo de lógica en que volviéramos después de todo este exitazo. Entonces al principio había como cierto reparo en seguir contando esta historia. Pero la forma de volver era a lo grande, intentando hacer un triple mortal, que es lo que ha hecho Alex Pina (el director) con sus guionistas y todo el equipo de la productora Vancouver".

- ¿En qué se notó la diferencia entre trabajar las primeras temporadas con una producción independiente y ahora con Netflix detrás?

Alba Flores: -En que tenemos más recursos. En el trabajo de arte, por ejemplo, en esta temporada se nota que hay más presupuesto porque ha sido apabullante. Hay un señor que ha estado casi un año pintando cuadros, porque todos los cuadros que se ven en La casa de papel los pintó él, una sola persona. Una dedicación, un mimo y un cuidado en los detalles que creo que antes uno soñaba con hacerlo y ahora sí está esa posibilidad. Por otro lado, lo que no ha cambiado es la dinámica y la manera de trabajar, que tiene algo de improvisación dentro del plan, porque Alex Pina nos da los guiones con cuentagotas y eso sigue siendo así. ¿Por qué cambiar algo que funcionó tan bien?

-¿Y todavía existe la posibilidad del actor de meter algo suyo dentro de una estructura que ahora es tan grande?

Morte: -Nosotros tenemos esa puerta abierta, una línea telefónica directa con los guionistas para poder discutir con ellos qué pasa con el personaje, por dónde lo vamos a tirar, qué pasa con tal o cual situación. Yo recuerdo que en las primeras temporadas, cuando se develó el nombre del Profesor, no iba a ser Sergio, iba a ser Álvaro. Yo lo llamé a Alex y le dije: "Tío, no me pongas mi nombre aquí, porque me resulta muy extraño". Pero ellos insistían en que les gustaba Álvaro. Hasta que finalmente intentaron poner otro nombre y surgió Sergio. Este es un detalle pequeño, pero a ese mismo nivel tenemos a Alex siempre dispuesto a escucharnos y a valorar todo lo que le podemos decir. Yo creo que los guionistas escriben hasta un nivel, hasta un punto de la historia y luego llegan los directores y los actores y siguen escribiendo esa trama en una dirección concreta; y luego llegan los montadores y rematan todo eso. El guionista plantea un camino pero luego ese camino se puede caminar de muchas formas distintas. Creo que por eso es muy importante que haya tanta conexión entre las partes.

-¿Y a pesar de la presión del éxito que habían tenido con la primera parte, ahora pudieron meter cosas?

Morte: -Creo que precisamente con toda esa tensión es cuando más tenemos que tener la línea abierta con ellos, porque después de haber hecho esas dos temporadas, estoy seguro de que Alba Flores es la que más conoce a Nairobi del planeta, más que cualquier otra persona, incluidos los que la crearon. Ella ha cubierto a Nairobi de matices, que cubrieron al personaje de manera directa. Y así como Nairobi, todos los personajes. Como guionista es muy inteligente que tengas esas conversaciones con los actores que encarnan esos personajes.

A los cuatro se los ve tan seguros de lo que han hecho como se los ve en la pantalla cuando se lanzan contra la policía española armas en mano. Todos concuerdan en que el éxito de La casa de papel ha puesto la mirada de la industria sobre España y en parte es gracias a ellos. "Por lo pronto tenemos estudios de Netflix en Madrid, que eso antes de "La casa de papel" no había ocurrido", dice Flores.

"Creo que ha colaborado en algo que tiene que ver con que la industria del cine y de la televisión de España tiene una muy buena oportunidad de crecer y consolidarse porque ahora las plataformas le han echado el ojo a lo que hacemos. Entonces creo que ha sido algo, que entre otras muchas producciones, ha puesto una muy buena piedra en esta... casa".

Fuente: GDA/La Nación de Argentina/ El Comercio

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