MDN
La Lá


Por Janet Tamura
Fotos Rafo Iparraguirre


El arte es una cuestión de familia. Giovanna Núñez lo lleva en la sangre, pues ha pasado de generación en generación, en sus diversas formas de expresión. Su abuelo era Teodoro Núñez Ureta, un conocido pintor arequipeño, y su papá es Alonso Núñez, caricaturista y escultor. Además, uno de sus hermanos se dedica a la danza y el otro es cineasta. En su caso, el arte consiste en despegar los labios y dejar fluir una melodiosa voz.

Hoy es conocida como La Lá, un nombre artístico que asegura nació de la necesidad. “Iba a participar en un disco compilatorio junto a otros cantantes. Todos tenían nombres modernos y raros, así que necesitaba un nombre artístico, pero no me llamaban ni “La” china ni “La” flaca; además, por ese tiempo mi hijo estaba pequeño, entonces yo era “La” que no salía, “La” que no veía a nadie. Al final, me puse La Lá, por la ausencia de las relaciones sociales”.

Para esta entrevista nos recibió en el comedor de su casa, con el pelo alborotado y meciendo a su pequeña de un año (Amara) en los brazos. “Casi todo lo que hago, lo hago con la bebe acá”, comenta con una sonrisa que mezcla el cansancio y la satisfacción. La Lá ama ser madre. Por eso, realiza malabares con su tiempo para estar con sus dos hijos (el mayor, Matías, tiene 10 años) y hacer lo que más le apasiona: cantar. Este es un gusto que sintió desde niña. “Cuando tenía cinco años agarraba mi botella de champú y me ponía a cantar”, dice moviendo la cabeza de lado a lado y usando su mano a manera de micrófono, como regresando en el tiempo.

Su ajetreo diario y las presentaciones que tiene que cumplir podrían parecer más que suficiente para cualquiera, pero pronto empezará a dar clases de canto. Ella siempre va por más.

¿Cómo nació el nombre de tu último disco?
Luego de haber leído “No te mueras por mí”, un libro de mujeres que habían tenido una relación con parejas perversas y dañinas, algo dentro de mí resonó. También influyó ver todo ese movimiento de mujeres manifestando su cólera y su derecho a no ser maltratadas. Pensé que quería un disco que nos hiciera reflexionar sobre nuestro lugar en la sociedad. El título “Zamba Puta”, es como una cita de lo que realmente viven las mujeres. Es un insulto que cuestiona la presencia física de la mujer y su conducta sexual. La sociedad se atribuye el derecho de juzgar lo que hacemos con nuestro cuerpo, pues creen que somos un objeto patriarcal, una pertenencia. Hay que preservar la energía creativa, cultivarnos, querernos y respetarnos. Las mujeres no deben permitir que nadie las disminuya ni tampoco deberían hacerlo ellas mismas.

¿Te resulta difícil combinar tu pasión por el canto y la maternidad?
Ahorita, que Amara tiene un año, recién empiezo a tener espacios libres. Antes era difícil conciliar el trabajo y la casa; eso también porque me gusta estar con mi hijo mayor. Leemos juntos, conversamos, es algo muy rico. Así que trato de organizar el tiempo lo mejor posible. Cuando nacieron mis hijos me enamoré de ellos, los veía y lloraba de felicidad. Yo di a luz al mayor cuando estaba en la universidad, estudiaba Filosofía. Él me acompañaba a muchas clases. A esa edad mi ritmo de vida también era demencial porque me recurseaba realizando trabajos en casa; hacía transcripciones y editaba textos, y me quedaba estudiando hasta la madrugada. En una época trabajé en horario de oficina y solo duré dos meses, porque cuando veía a mi hijo sentía una desconexión, así que preferí seguir laborando en casa.

Y con tu pareja, ¿el trabajo es en equipo?
Él (Julio) tiene buen carácter y siempre estamos conversando. Respeta lo que quiero y no quiero hacer. También maneja sus propios horarios para estar más tiempo con la bebe. Nosotros estudiamos en el mismo colegio, pero nunca hubo ningún guiño romántico, hasta hace tres años. Un día almorzamos juntos y sentí de golpe que podía estar con él toda la vida. Empezamos a salir más y nos enamoramos rápido y decidimos que queríamos una hija. El toca con los Turbopótamos, Los Castigos y conmigo. Nuestro vacilón más grande es ir a tocar, regresamos felices.

¿Es importante para ti transcender en el mundo de la música?
Mi búsqueda va más por lograr un equilibrio personal. Debemos dedicarnos a las cosas que nos gustan y hacerlas plenamente. Claro, sin dejar de ser responsable con los hijos, porque es importante proveerles comida, techo y diversión. Hasta ahora he podido suministrar todo sin traicionar mi creatividad y mi vocación. No me interesa ser muy conocida. Lo que sí me llena, es saber que las personas que me siguen, lo hacen porque les gusta mi música sinceramente. Escribo con el corazón y ellas lo reciben con el corazón.

¿Cuáles son tus próximos planes?
Voy a regresar a dar clases de canto a partir del 15 de octubre. Me encanta enseñar. También brindaré asesoría a quienes deseen trabajar con sus propias canciones.

TAGS

Contenido Sugerido

Contenido GEC