Fiorella Cútulo tiene una especie de custodia compartida de Janis con su abuela Echi, como la llama de cariño.
Fiorella Cútulo tiene una especie de custodia compartida de Janis con su abuela Echi, como la llama de cariño.
Andrea Carrión

Fiorella Cútolo tiene una de esas historias en las que desde niña siempre pidió un perro de mascota, pero sus padres nunca se lo dieron. Hace 5 años a su abuela materna le tocó vivir momentos muy difíciles y en lugar de verlo como una tragedia, Fiorella lo vio como una oportunidad.

“Se me ocurrió adoptar una perrita que la ayudara y la acompañara en todo momento, y de paso que fuera mía también porque siempre me encantaron los perros y nunca pude tener uno en casa”, comenta Fiorella.

Pese a las dudas de sus padres, Fiorella buscó opciones en Internet y un día encontró la publicación de una chica que acababa de rescatar a una camada de 8 cachorros. Los había encontrado en un basural acumulado frente a una casa por la avenida Brasil. Cuando Fiorella llamó para preguntar por los perritos, solo quedaban dos. Adoptó a la hembrita y la llamó Janis.

Janis de cachorrita.
Janis de cachorrita.
La abuela de Fiorella, Ercilia Romaní, junto a su fiel Janis.
La abuela de Fiorella, Ercilia Romaní, junto a su fiel Janis.

“Yo ya le había comentado a mi abuela Echi del regalo que le quería hacer y ella estuvo de acuerdo desde el principio. Y cuando le enseñé la foto de las cachorritas, me dijo ‘la de la mancha blanca en la frente’ porque años atrás había tenido una perrita con una mancha en el mismo lugar. Fue como una señal”, dice Fiorella.

Janis no es la única aventura de adopción de esta joven universitaria. Cuenta que al año de adoptarla, le tocó buscar un tema para un proyecto en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, donde estudia periodismo. Se le ocurrió hacerlo sobre adopción de perros.

“Recogí testimonios en la calle, como para promover el tema. Mucha gente me dijo que había adoptado y que no se arrepentían, que sentían una conexión especial con sus mascotas adoptadas. Una chica incluso me dijo que el cariño era diferente por el agradecimiento que sentía de parte de su perra”, agrega.

De ese proyecto surgió AdoptaPets, una iniciativa que tuvo sus propias páginas en Internet y Facebook, pero duró poco pues solo se pagó dominio por un año.

Fiorella tiene la suerte de vivir a pocas cuadras de la casa de su abuela y de poder visitar a Janis casi a diario.
Fiorella tiene la suerte de vivir a pocas cuadras de la casa de su abuela y de poder visitar a Janis casi a diario.

“Hay tantos animales abandonados y tantas cosas negativas contra ellos, como el abuso al que están expuestos en la calle, o como cuando lucran de sus cuerpos al reproducirlos sin parar. Los desgastan tanto, y si no logran vender a todos los cachorros, ¿qué tipo de vida terminan teniendo? Mejor enfocarnos en ayudar a los que están sin hogar”, añade Fiorella.

Mañana Janis cumple 5 años de edad y según Fiorella, su idea terminó cumpliendo al 100% lo que se propuso: reanimar a su abuela Ercilia Romaní y darse a ella misma la mascota que siempre quiso.

“Si estás buscando un perro, adóptalo, hay un montón de lugares serios de donde elegir. Hasta en Facebook siempre hay alguien compartiendo una publicación sobre perros o gatos en adopción. Yo adopté una cachorra, pero también hay muchos adultos esperando un hogar, y la ventaja es que ya están educados y son más tranquilos por la edad. Las mascotas adultas son una excelente opción”, asegura Fiorella. “Y algo más, esterilicen, vacunen y desparasiten, hay muchas campañas gratuitas o de bajo costo a la mano, solo es cuestión de investigar y de difundir”.

La mancha blanca en la frente de Janis fue su boleto a una familia que la adora.
La mancha blanca en la frente de Janis fue su boleto a una familia que la adora.

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