Canamigos, contra el abandono y por la tenencia responsable

Todo comenzó como una reunión eventual de personas que comparten su pasión por los perros. Lo que empezó hace un año con tres vecinos de Lince, hoy ya suma más de 20 personas que se encuentran cada madrugada en el parque Mariscal Castilla con una misión central: entretener y socializar a sus perros.

Este grupo de personas se reúne a diario desde las 6:30 de la madrugada, aprovechan que hay poca gente a esa hora para poder ver a sus perros correr y así puedan botar su energía jugando en lugar de hacerlo destruyendo algo en casa.

“A los perros les gusta estar entre perros, la actividad los desestresa y eso es parte de una buena tenencia responsable”, comenta Tiffany Diaz, quien además de ser miembro del grupo, es médico veterinaria. “Aquí mi rol es de consejera, les enseño cómo cuidarlos, les hablo sobre el carácter de los animales y la convivencia con ellos, y les hago desparasitación y aplico antipulgas a costo de amigos”.

Gloria Manrique, una de las que inició este grupo junto a sus perros Zahir, Akil y Chami, comenta que en el año que llevan reuniéndose, se han compenetrado tan bien que decidieron ponerse nombre propio: Canamigos. Y es que no solo se juntan a ver a sus perros correr, también celebran los cumpleaños, organizan paseos con perros incluidos y festejan fechas como el Día del Perro y Fiestas Patrias.

Pero otra de las actividades que hacen –no necesariamente por placer sino por necesidad-, es la de ayudar a aquellos animales que son abandonados en el Mariscal Castilla por dueños irresponsables. Pese a que el parque tiene un gran letrero que advierte en grandes letras rojas ‘Prohibido abandonar mascotas en la vía pública’, el abandono de perros y gatos se da con mayor frecuencia de lo que los Canamigos y las autoridades municipales desearían.

El mismo día de la entrevista para esta nota, mientras conversábamos con algunas personas, apareció un perrito negro con collar celeste que nadie reclamó como suyo. Había sido abandonado la noche anterior. Ese mismo día ya nos habían hablado de otra perrita que los Canamigos habían asistido días atrás y a la cual le estaban buscando hogar. Y dos semanas antes, Alejandra Loyola y su esposo, ambos miembros de Canamigos, había tenido que encargarse de un cachorrito, también abandonado en ese mismo parque.

“Normalmente no rescato, pero cuando vi a este perro pensé que era viejito. Resultó ser cachorrito y nos dio mucha pena. Primero lo dejamos con Serenazgo, no sabíamos qué hacer, pero terminamos llevándolo a mi casa para darle agua y comida. Ahí lo bañamos y se quedó dormido, entonces aproveché para publicar su foto en Facebook y en algunas paginas de mascotas de municipalidades”, cuenta Alejandra. “Lo malo es que a mi papá no le gustan los perros, así que tuvimos que regresarlo al parque y un Sereno nos ayudó con una casita, en la que le pusimos una frazada, agua y comida. Durante un par de días nos turnamos las visitas para alimentarlo y pasearlo, hasta que una señora lo adoptó”.

Lamentablemente, no todos tienen finales felices tan rápido. Es el caso del perro negro del collar celeste que han bautizado como Pantro, y al que siguen buscándole una familia que quiera adoptarlo para siempre.

“Yo siempre digo ‘Si quieren un juguete, mejor vayan a Gamarra y compren un perrito con pilas’. Es muy triste ver tanto animal abandonado”, comenta Gloria Manrique. “Es típico del 25 de diciembre en la mañana; el parque aparece lleno de cachorritos, lo mismo el 14 de febrero, ves las banquitas llenas de parejas o familias jugando con la nueva mascota con lazo y todo. Luego pasan dos meses o terminan las vacaciones de verano y ahí va el perro, abandonado a su suerte en el mismo parque”.

Si bien la Municipalidad de Lince pone de su parte ofreciendo servicios a costo social en su clínica veterinaria municipal, haciendo talleres de adiestramiento y entrenamiento canino gratuito, auspiciando campañas de adopción y colocando carteles que advierten sanciones según la Ley de Protección y Bienestar Animal, hay situaciones que se escapan de su control.

Sobre los carteles, Giani Tiza, encargada del área de Imagen de la Municipalidad de Lince, señala que su finalidad es más bien disuasiva. Al tener que lidiar con personas con cultura de abandono y tratarse de un parque tan grande sin cámaras de apoyo, éste es un problema que resulta muy difícil de combatir.

“¿Qué nos queda hacer?, pregunta Manrique, “Pues seguir ayudando a los animales y decirle a esas personas que abandonan que esos perros y gatos que bajan del carro no son objetos que botamos como algo que no sirve cuando nos aburrimos, son seres que también tienen sentimientos, a ellos también les duele nuestra indiferencia. Solo basta verles la carita cuando los dejan a su suerte”.



*Si deseas más información sobre el perrito Pantro, puedes comunicarte con Gloria Manrique al número 994726439.