A Princesa le calcularon un año cuando fue rescatada de la calle por Catherine y Luz Elena. Estaba muy sucia y con una fuerte infección en la piel.
A Princesa le calcularon un año cuando fue rescatada de la calle por Catherine y Luz Elena. Estaba muy sucia y con una fuerte infección en la piel.
Andrea Carrión

Tener un perro no estaba en sus planes. La clases en la universidad, los grupos de estudio y los amigos la tenían mucho tiempo lejos de casa. Catherine Dueñas tenía su cabeza en otro lado, pero un día alguien la hizo ver más allá de los libros.

Era de noche, 7 de enero del 2013 para ser exactos. Catherine pasaba frente a la botica de su casa y le llamó la atención un perro enrollado sobre el piso, completamente sucio y descuidado.

Al día siguiente lo volvió a ver, pero esta vez estaba en el Chifa de  en frente. Le habían dejado agua en un pequeño vaso, con las justas podía tomarla.

“Ese día llegué a mi a casa llorando, mi mamá pensó que me habían robado y yo le dije ‘no, no, lo que me han robado es el corazón’. Me daba tanta pena la situación del perrito”, recuerda Catherine.

Esta foto de sesión deja claro la importancia que tiene esta perrita en la familia de Catherine.
Esta foto de sesión deja claro la importancia que tiene esta perrita en la familia de Catherine.

Resultó ser hembra y felizmente su mamá aceptó recogerla y llevarla a una veterinaria para que la revisaran y la bañaran. De hecho la mamá de Catherine, Luz Elena León, ya la había visto en Navidad jugando con unos niños en la calle y pensó que era su mascota. Pero no, la perrita estaba completamente desamparada.

El plan inicial fue acogerla por unos días mientras se recuperaba de la fuerte infección de piel que le diagnosticaron. Lo que más recuerda Catherine es la ansiedad con la que comió el primer plato que le sirvieron.

“¡Iba por la cuarta porción y seguía con hambre! Pobrecita”, comenta.

Princesa no es de los perros que solo se quedan cuidando la casa. Además del parque, ella va a casas de familiares, a cafés 'pet friendly', a eventos comunitarios, de paseo a las afueras de Lima... es un miembro más de la familia.
Princesa no es de los perros que solo se quedan cuidando la casa. Además del parque, ella va a casas de familiares, a cafés 'pet friendly', a eventos comunitarios, de paseo a las afueras de Lima... es un miembro más de la familia.

Resultó estar educada pues solo hacía sus necesidades en la calle. Tal vez por ese detalle y su enorme dulzura fue que se ganó el nombre de Princesa. Pero no solo eso, también se ganó una familia pues al mes de ser rescatada, Catherine y Luz Elena decidieron adoptarla.

“Al final mi mamá dijo ‘ya no sigamos buscando adoptante porque ¿quién la va a cuidar como nosotras?’ Y así se quedó y ya lleva 5 años aquí”, agrega.

Y obviamente es la más engreída de la Navidad.
Y obviamente es la más engreída de la Navidad.

No pueden decir que todo fluyó como seda al principio. Sí, hubo ladridos y gemidos cuando se quedaba sola, también hubo quejas de los vecinos, pero poco a poco fue disminuyendo su ansiedad, hasta que se adaptó.

“Hemos ido aprendiendo con ella. , nos da mucha compañía, nos saca al parque todos los días y gracias a ella hemos hecho un montón de amigos, hasta hemos conocido gente de otros países y sabemos de dos perros que fueron adoptados y que hoy viven en Europa”, dice Catherine.

“Adoptarla ha sido la mejor decisión del mundo. Siento que el perro lo termina adoptando a uno, que ellos buscan su hogar. Ahora siempre digo que consideren adoptar y si pueden llevar a un adulto o uno con discapacidad, mejor, son los menos deseados. Comprar mascotas promueve los criaderos ilegales. Y algo más, esterilicen por favor, eso ayuda a reducir el número de , tal como alguna vez estuvo nuestra Princesa”, concluye.

Foto familiar.
Foto familiar.

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