En 2010 Francisco Estrada-Belli  fundó Maya Archeology Initiative, una organización dedicada a preservar el patrimonio maya a través de la arqueología y la educación en las escuelas de Guatemala. [Foto: National Geographic]
En 2010 Francisco Estrada-Belli fundó Maya Archeology Initiative, una organización dedicada a preservar el patrimonio maya a través de la arqueología y la educación en las escuelas de Guatemala. [Foto: National Geographic]
Jorge Paredes Laos



A los siete años conoció la milenaria ciudad maya de Tikal. Desde ese momento, quiso ser arqueólogo. Hoy el guatemalteco Francisco Estrada-Belli es uno de los 30 científicos que participan en el proyecto LiDAR, que, mediante un sofisticado sistema, ha “escaneado” la selva de su país para descubrir, debajo de los árboles, toda una red de ciudades, caminos, acueductos y templos mayas desconocidos hasta hoy. Estas evidencias monumentales están cambiando la idea que se tenía sobre esta cultura que, al parecer, fue mucho más grande y se extendió por gran parte de Centroamérica y América del Norte.

“Estoy viviendo mi sueño de niño”, dice Estrada-Belli. Luego detalla su reciente gran hallazgo: la tumba de una princesa. Este y otros descubrimientos se podrán ver esta noche (21:00), a través de National Geographic, en un documental que reconstruye una civilización de más de 20 millones de habitantes.

¿Cómo nace tu interés por la arqueología y por los mayas?
A mí los mayas me han fascinado desde niño; siendo guatemalteco, mi sueño siempre ha sido ser arqueólogo para investigar lugares como Tikal. Ahora estoy viviendo esa fantasía. Además, creo, estamos haciendo una contribución significativa para el conocimiento de esta cultura.

¿En qué consiste el proyecto LiDAR? ¿Cómo emplean la tecnología para encontrar lugares que hasta hoy no habían sido descubiertos?
En términos sencillos, se trata de un aparato láser que desde un avión proyecta puntos sobre el terreno. Obviamente, la mayoría de estos puntos rebotan sobre la vegetación, pero algunos logran penetrar en el terreno y, a través de un sistema sofisticado, logran mapear lo existente. Desde las primeras imágenes que pudimos descifrar nos dimos cuenta de que estábamos ante una serie de emplazamientos nunca antes vistos.

¿A qué te refieres?
A centros urbanos que ni siquiera pensábamos que existían. Cerca de mi área de investigación, donde he trabajado 20 años, había un gran centro ceremonial que no conocía nadie. En unos diez mil kilómetros cuadrados, hemos encontrado cinco nuevos centros urbanos que demuestran que la civilización maya era mucho más compleja y sofisticada de lo que se suponía hasta hoy. Tenía grandes ciudades, con alta densidad poblacional, como otras civilizaciones del mundo antiguo como Mesopotamia, China e India.

¿Qué tan antiguas eran estas ciudades?
Se remontan a 400 años antes de Cristo, cuando se produjo el primer gran auge maya. Está el caso del Palmar, una ciudad que investiga mi colega Tom Garrison, que es 40 veces más grande de lo que se creyó. Otra ciudad, ubicada al este de Tikal, es 20 veces mayor. Esta información demuestra que los mayas, como los incas o los aztecas, fueron capaces de administrar grandes poblaciones y de dominar reinos distintos. Hemos descubierto zonas de cultivo y vías de comunicación que evidencian una organización avanzada para su tiempo.

¿Cómo era esa organización social? ¿Se puede hablar de estados teocráticos?
Se desarrolló un sistema de dinastías muy jerárquico, con reyes divinos que combinaban el poder político con el religioso. Su prosperidad se fundaba en el comercio y en la guerra de conquista. Ese es otro punto nuevo. Antes se pensaba que los mayas no habían podido conquistar grandes territorios; pero, gracias a las descripciones que estamos viendo, nos damos cuenta de que tenían grandes fortalezas y, por ende, grandes ejércitos. En el documental mostraremos cómo hemos explorado la selva para descubrir estas ciudades. Con la tecnología, todo se ha hecho más fácil.

Sobre el fin de los mayas siempre se han tejido diversos mitos: ¿se sabe con más exactitud qué provocó su caída?
Obviamente, la conquista española acabó con sus últimos vestigios, pero desde el año 1000 todas las tierras del sur de Yucatán, es decir, las que están al norte de Guatemala, ya habían sido despobladas. Esto se conoce como el colapso maya y se debió a un período de sequías y de destrucción del medio ambiente. Sin embargo, ahora vemos que esto tampoco es tan cierto, pues ellos sí tenían sistemas para controlar y almacenar agua en grandes cantidades, además de técnicas de cultivo que podríamos llamar agroindustriales.

¿Qué piensas sobre las famosas profecías mayas, incluido el célebre “fin del mundo” del 2012?
Eso se debió a una interpretación sesgada y sensacionalista. Los mayas nunca dijeron que el mundo terminaría en esa fecha. Para ellos el tiempo está definido por ciclos de 12 épocas (baktún) de 400 años de duración. Cada uno de estos ciclos marca un fin y un comienzo. Se creyó que ya habíamos llegado a la época 12. Sin embargo, el calendario maya registra hasta 20 épocas. Es decir, si en verdad ya vamos por la época 13, todavía nos faltan muchos miles de años más. Es como el kilometraje de un vehículo, después todo vuelve a cero.

Contenido sugerido

Contenido GEC