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Las Strandbeest de Theo Jansen llegan a Lima [Entrevista] - 1

Cuando llego a la sala de exposiciones de la Fundación Telefónica, encuentro a Theo Jansen (La Haya, 1948) revisando la instalación, no con el cuidado que un artista le dedica a su gran obra, sino con la delicadeza con la que se cuida a un ser vivo. “Los llamo fósiles”, me diría luego: cuando ‘vivían’, estas criaturas hechas de tubos plásticos caminaban por las playas de su ciudad natal, supervisadas por Jansen. Cada verano una nueva generación de bestias invade las playas de Scheveningen, y luego se extinguen. Conversé con el artista sobre sus Strandbeest (“animales de playa” en holandés), el proyecto al que ha dedicado 26 años de vida.

¿Cómo es el proceso de creación de una bestia?
Yo no ‘creo’ las bestias. Las hago, pero ‘crearlas’ es diferente. Puedo tener muy buenas ideas antes de ir a mi taller, pero los tubos con que trabajo nunca me obedecen. Me llevan en otra dirección. Al final del día me deprimo un poco, porque mis planes no funcionan, pero al día siguiente amanezco con una idea basada en la experiencia del día anterior. Es un proceso caprichoso e impredecible. Y al final del verano, cuando veo el animal en la playa, me sorprendo de lo hermoso que se ha vuelto. Yo nunca trabajo buscando que sean hermosos, solo quiero que puedan sobrevivir en la playa. Y claro, la gente me felicita por la belleza de estos animales, pero en realidad la responsabilidad es de los tubos. Ellos me guían, yo soy solo un esclavo suyo.

Entonces la belleza surge de un proceso de adaptación al ambiente, de la voluntad de sobrevivir, como en la naturaleza.
Así es. Esa puede ser la razón por la que los animales son tan fascinantes. Incluso aquellos que no nos gustan mucho, como las arañas. Es interesante observar a una araña hacer su red. En ese acto uno puede leer los millones de años de la evolución de la araña. La naturaleza también se restringe a sí misma en sus materiales, como yo, solo que en lugar de usar tubos usa proteínas. En la evolución, las proteínas —los tubos—  dictan lo que funciona y lo que no. Yo no creo que haya un creador que haga animales hermosos para nosotros, es solo que se vuelven hermosos porque reconocemos en ellos la historia de su evolución.

El proyecto de 26 años del holandés Theo Jansen estará hasta el 17 de marzo del 2017 en el Espacio Fundación Telefónica. (Foto: Difusión/ Fundación Telefónica)

¿Dirías que tu trabajo te ha ayudado a entender el proceso de la evolución de otra forma?
Sí, claro. Al reproducir en estas criaturas el proceso evolutivo de la naturaleza, tengo al menos la idea de que me he vuelto más sabio. Así que escribí un libro sobre mis ideas de la evolución, “The Great Pretender”. Yo lo compararía con lo que hace la policía cuando hay un crimen: la ‘reconstrucción de los hechos’. En un inicio todos creemos saber lo que es la evolución; yo también lo creía hasta que leí “El relojero ciego”, de Richard Dawkins, y en ese momento la evolución se volvió un proceso mucho más profundo y complicado.

¿Por cuánto tiempo planeas continuar con este proyecto?
Por todo el tiempo que pueda. Espero lograr que mis animales sean autosostenibles para cuando tenga que irme. Por supuesto que nunca me iré del todo: dejaré a estos animales en la playa, en esa playa del lugar donde nací, hace 68 años. Empecé mi vida ahí, y la terminaré ahí. Por supuesto que eventualmente mis bestias necesitarán reparaciones, por eso espero poder infectar a jóvenes estudiantes, para que se encarguen de ellas cuando yo no esté.

El proyecto de 26 años del holandés Theo Jansen estará hasta el 17 de marzo del 2017 en el Espacio Fundación Telefónica. (Foto: Difusión/ Fundación Telefónica)

Además de la dimensión científica del proyecto, hay cierta maravilla infantil en la idea de crear grandes bestias.
De alguna forma, uno podría pensar en mi historia como un cuento de hadas: un viejo en la playa que se cree dios. Pero es una historia que tiene raíces en la realidad. Me gusta ese balance entre la realidad y la imaginación. También me gusta hacerle creer a la gente que algo es real cuando no lo es, aunque sea por un momento.

¿Qué tipo de cosas te gusta hacerle creer a la gente?
Me gusta que imaginen que las Strandbeest en realidad tienen mucho tiempo sobre la Tierra, y que se están multiplicando. Lo último, de alguna manera, es cierto. Estas bestias tienen una suerte de ‘código genético’: los tubos de las que se componen funcionan en combinaciones de 30 números. Publiqué eso hace mucho tiempo en la web, y desde entonces cientos de estudiantes de todo el mundo han creado Strandbeest. Esos estudiantes creen que solo se están divirtiendo. La verdad es que están siendo usados como un medio de reproducción. Están infectados por el ‘código genético’ de las Strandbeest. Así es como se reproducen: como un virus que usa a la humanidad para multiplicarse. La gente no lo nota, pero realmente está sucediendo. No son los estudiantes las únicas víctimas: yo soy la peor víctima. Toda mi vida está dedicada a estas malditas bestias.


El fósil de la primera Strandbeest "hecha" por Theo Jansen.

El proyecto de 26 años del holandés Theo Jansen estará hasta el 17 de marzo del 2017 en el Espacio Fundación Telefónica. (Foto: Difusión/ Fundación Telefónica)

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