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“La caída de Abimael Guzmán fue una fiesta nacional, nadie lo creía”

Ketin Vidal

Ex jefe de la Dircote

Antonio Ketín Vidal Herrera, ex jefe de la Dircote, afirma que los senderistas pensaron que la policía había preparado a un doble del cabecilla terrorista cuando lo capturaron en 1992. También niega que haya desactivado el GEIN y revela que Fujimori quiso pasar al retiro a Benedicto Jiménez y que él se la jugó por el entonces comandante de la policía.

POR SEBASTIAN ORTIZ MARTÍNEZ

Ketín Vidal dice que no le dio aviso al entonces presidente Alberto Fujimori de la operación de captura del terrorista Abimael Guzmán por temor a que Vladimiro Montesinos se enterara. El ex jefe de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) no duda de que el ‘Doc’ hubiera utilizado la información para adelantarse y dar el golpe, pero con otro grupo.

— Si usted conocía de la operación de captura de Abimael Guzmán, ¿por qué no le avisó ni a Fujimori ni a Montesinos?
A mí me enseñaron que en el trabajo de inteligencia el secreto es decisivo, es fundamental para el éxito. Por ese motivo no informé a nadie que estuviera por encima de mi persona simple y llanamente por un criterio profesional. La caída de Abimael Guzmán fue una fiesta nacional, nadie lo creía, tanto es así que entre los mismos senderistas corrieron el rumor de que era una mentira, que la policía había preparado a un doble.

— ¿Cuál era el temor? ¿Que se filtrara la información y que el SIN se adelantara y diera el golpe?
Que se filtrara. Al enterarse el ministro y el presidente, sin duda Montesinos lo iba a saber y Montesinos es maquiavélico. Él hubiera utilizado la información para meterse con otra institución y frustrar el trabajo. Yo cumplí con una regla de oro: guardar el secreto para asegurar el éxito, como finalmente ocurrió. El único riesgo que corrí fue que me dieran de baja, pero me la jugué.

— ¿Cuál fue la reacción de Fujimori y Montesinos cuando les contó de la captura de Abimael Guzmán?
El presidente Fujimori estaba serio y tenso, había vuelto de Iquitos el domingo por la tarde. Quise avisarle después de la captura, pero en Palacio de Gobierno me dijeron que estaba de viaje y Montesinos se enteró por televisión. El domingo le dije al presidente la verdad y me entendió. Luego me pidió que fuera yo quien presentara a Abimael Guzmán, pero le pedí que me dispensara de ese trabajo; no era mi función, para eso había un jefe de comunicaciones. Si yo hubiese querido figurar, porque había periodistas de todo el mundo, lo hubiese hecho; pero no, desde mi despacho dirigí la presentación por medio de una radio.

— ¿De quién fue la idea de presentar en traje de rayas y en una jaula a Abimael Guzmán?
Ese es un secreto que siempre he guardado. Estoy escribiendo las primeras páginas de un pequeño libro, al final son aspectos anecdóticos. De otro lado, me parece justo que hayan condecorado a algunos integrantes del GEIN, pero no es justo que se hayan olvidado de todo el personal de la Dircote que tuvo que ver con el desarme de Sendero Luminoso y del MRTA.

— Hace poco los integrantes del GEIN marcharon en la parada militar. ¿Usted siente que ha sido olvidado?
No, no, yo no lo hubiera aceptado, tampoco lo acepté una vez anterior.

— En el Congreso declaró héroes a los captores de Abimael Guzmán. ¿Tampoco aceptaría ese reconocimiento?
No, porque yo cumplí mi deber como policía y por la formación en inteligencia que tengo. Amo el secreto y la privacidad, por eso tampoco suelo dar entrevistas.

Ketín Vidal, ex jefe de la Dircote, contó que nadie creía que el terrorista Abimael Guzmán había sido capturado. Incluso, los senderistas pensaron que la policía había preparado a un doble del 'Cachetón'. Foto: Hugo Pérez/ El Comercio

— Según Benedicto Jiménez, el GEIN le abrió la “puerta de la historia”, pero usted “la cerró” y los dejó “afuera”…
En principio, eso no es verdad. Ellos [Jiménez y Marco Miyashiro] no fueron subalternos para mí, sino camaradas de trabajo, siempre los traté bien y si los hubiera tratado mal, bueno, que den pruebas. ¿Yo le cerré las puertas de la historia a Jiménez para que se fuera becado a Japón y a Taiwán? ¿Yo le cerré las puertas de la historia para que se fuera como agregado policial a Panamá? ¿Sabe cuánto se gana ahí? Se quintuplica el sueldo de un oficial. ¿Yo le cerré las puertas de la historia para que se fuera a ser jefe de pacificación al SIN?

— ¿Por qué Montesinos llevó a Benedicto Jiménez al SIN?
No lo sé, le dio un alto cargo como director nacional de pacificación y a Miyashiro, tras una breve estadía en Chiclayo, lo enviaron a la Sunat. Los dos de alguna manera fueron premiados y apoyados por el SIN. A mí, ¿qué me han dado? Nada, tampoco lo necesitaba.

— ¿Por qué cree que Jiménez lo cuestiona con severidad en un libro que escribió?
Dice que yo desactivé el GEIN. Fueron ellos mismos, Jiménez y Miyashiro, los que se llevaron al personal del GEIN al SIN y a la Sunat; no fue el comando ni el Ministerio del Interior ni Montesinos. Al único que sacaron de manera forzada [de la Dircote] fue a mí. Y si yo ya había salido de la Dircote, cómo iba a desactivar el GEIN.

— ¿Cree que Benedicto Jiménez pasó de héroe a villano, tras formar parte de la red Orellana?
No lo puedo calificar así. Lo que puedo decir es que yo sí lamento de verdad que él haya resultado envuelto en este caso. Espero que la justicia actúe de acuerdo a la ley, nada más.

— ¿Por qué Jiménez no pudo ascender a general de la policía? ¿Hubo una mano política que lo impidió?
No, no quiero entrar en aspectos personales de él. Quien podría responder sobre este tema con precisión es Rospigliosi, él era el ministro del Interior en ese momento. Lo que sucedió fue lo siguiente: Jiménez, con razón o sin razón, se consideraba un candidato inevitable para ascender a general y se enteró de que no estaba entre los propuestos en un borrador. Entonces, quizá por un exceso de autoestima y una dosis de engreimiento, él presenta su solicitud de pase al retiro antes de los ascensos. Eso fue cuando Toledo era presidente.

“Yo cumplí con una regla de oro: guardar el secreto para asegurar el éxito, como finalmente ocurrió. El único riesgo que corrí fue que me dieran de baja, pero me la jugué. ”

— ¿Le robó la gloria a Jiménez por la captura de Guzmán?
No, en absoluto, yo lo apoyé en todo, y no solamente a él, sino a otros elementos del GEIN. Le cuento, luego de que se filtró el video de la captura, el presidente Fujimori le quiso dar de baja a Jiménez y yo fui a Palacio de Gobierno a interceder por él. Le dije que si lo sacaba, en todo caso yo como su jefe me vería en la obligación de pedir mi pase al retiro. Me la jugué por él.

— Marco Miyashiro afirma que le entregó el video de la captura solo a usted…
La periodista Cecilia Valenzuela se presentó en mi despacho y me dijo: “General, ¿cómo es posible que estén vendiendo copias del video de la captura?”. Me contó que un corresponsal de una cadena de televisión extranjera pedía 2.000 dólares, porque él había invertido 10.000 dólares y tenía que recuperar ese dinero. Entonces, en la investigación Miyashiro dijo que él le entregó una copia del video a la Embajada de Estados Unidos por el apoyo que nos dio. Entonces, quiso hacernos pensar que como la cadena internacional de noticias que difundió el video era de Estados Unidos, por ahí había salido la cosa.

— En un audio se le escucha darle consejos al terrorista Abimael Guzmán. ¿Por qué? ¿Fue un error?
No, porque esa entrevista duró cerca de tres horas y yo solo guardé la tercera parte. No sé cómo, pero Montesinos se enteró de esa entrevista y me llamó y me pidió, supuestamente por encargo del presidente, los videos. No les saqué copia y se los di. ¿En qué consistió la entrevista? En que yo le hacía preguntas a él de carácter estratégico sobre su movimiento y sus lineamientos políticos. No le pregunté si fue a Tarata, esos son asuntos operativos, pero sí por qué optaron por la violencia. Y él también me preguntó algunas cosas. Ese video ha sido editado, lo dije en su momento. Sé quiénes lo repartieron, lo hicieron para hacerme daño. A mí me han enseñado a interrogar en inteligencia, hay que alimentar el ego, que el detenido se sienta cercano.

A la caída del régimen de Alberto Fujimori, Vidal fue convocado al gobierno de transición de Valetín Paniagua. Fue ministro del Interior. Bajo ese cargo, trajo al ex asesor Vladimiro Montesinos a Lima desde Caracas. Foto: Nancy Chappell/ Archivo El Comercio.

— ¿Qué es Sendero Luminoso hoy en día?
¿Se refiere a la organización o su ideología?

— A los dos aspectos…
Desde el punto de vista estructural, nosotros los desmantelamos, solo quedaron libres dos o tres dirigentes como ‘Feliciano’ y ‘Artemio’, quienes también cayeron [en 1999 y en el 2012, respectivamente]. Pero también quedaron sueltas personas de menor nivel y algunas que de repente no pudimos identificar. A eso hay que sumar los que han quedado libres después de cumplir sus condenas. ¿Dónde están? ¿Qué hacen? Como dijo Abimael Guzmán, todo les puede pasar, pero lo que tienen en la cabeza no se los quita nadie. Entonces, no puedo saber qué es lo que queda de Sendero Luminoso en el campo de las ideas, de la organización […]. Los hechos históricos siempre ayudan. ¿Qué pasó antes de que Sendero Luminoso iniciara sus acciones terroristas, su famosa lucha armada? Abimael Guzmán se trasladó a Ayacucho [en la década del setenta], donde ocupó un cargo directivo y de profesor en la Universidad de Huamanga. Ahí comenzó a formar gente, a realizar un trabajo político en los pueblos que tenían carencias. Él aprovechó esa situación para manipular, para decir que “la democracia es una farsa” y que para cambiar eso había que tomar el poder y usar la violencia. Entonces, yo me pregunto: ¿no será que de repente podrían estar haciendo ese trabajo ya no en las comunidades alejadas, sino en las zonas periféricas de Lima, donde hay tantas carencias? La única manera de saberlo es con inteligencia pura, no solo el dato o el soplo.

— ¿Cree que los últimos tres gobiernos pasaron por agua tibia al Movadef?
Si hasta el momento nos estamos haciendo interrogantes con relación a este grupo, a su organización, a su conducta abierta y cerrada, y no podemos precisar qué es, salvo lo que ellos pregonan, quiere decir que no se ha avanzado en este campo. Lo concreto es que seguimos un poco en la nebulosa [respecto al Movadef]. No se sabe mucho de su dinámica y no se ha avanzado lo necesario.

— Son 25 años en los que las FF.AA. están en el Vraem y no se ha logrado capturar a los hermanos Quispe Palomino…
Es un fracaso esa estrategia. ¿Por qué no se cambia? Fácil eso depende del poder político. Los distintos gobiernos que han pasado –a excepción del que dirigió Valentín Paniagua, con quien trabajé como ministro del Interior– no tuvieron avances. ¿Sabe cuántos atentados hubo en el Vraem durante la transición? Solo uno. Porque les hicimos una operación tenaza, coordinamos con el Ministerio de Defensa e intercambiamos inteligencia.

— Entonces, usted cree que la policía debe dirigir la inteligencia y las FF.AA. la operación…
Sí, no es lo mismo inteligencia que operación. La “inteligencia operativa policial” fue un recurso de emergencia. En el Vraem, los mismos que hacen inteligencia no pueden ir a capturar. Primero tiene que conocerse de manera escrupulosa al adversario. Esto con la idea de no fallar.

— A 25 años de la captura de Abimael Guzmán, ¿qué ha significado esta operación para el país?
La captura de Abimael Guzmán marcó un punto de quiebre del accionar terrorista de Sendero Luminoso. Por eso, yo felicito y agradezco a todo el personal de la Dircote, incluido el GEIN, que puso el esfuerzo y la voluntad para desarticular a Sendero Luminoso y al MRTA desde una visión panorámica. ¿Qué hubiese pasado si otros grupos no hubiesen capturado a los otros mandos de Sendero Luminoso? El comando nunca muere, si no veamos lo que ocurre en el Vraem, donde prácticamente unos analfabetos están dirigiendo estos crímenes. Para mí, esta fecha es el punto de inflexión del accionar terrorista en el Perú por parte de Sendero Luminoso, los desarticulamos. Lamento que muchos oficiales de la Dircote que hicieron un trabajo importante nunca hayan sido mencionados.

Su némesis. Vidal niega que le haya cerrado las puertas de la historia a Benedicto Jiménez. Pidió que se le pregunte al ex ministro del Interior Fernando Rospigliosi el porqué el 'sheriff' no ascendió a general de la policía. Foto: Archivo El Comercio

— ¿Qué es Sendero Luminoso hoy en día?
¿Se refiere a la organización o su ideología?

— Usted fue compañero de promoción de Montesinos, trabajó con él en su estudio de abogados y también lo trajo a Lima tras su captura en Venezuela. ¿Fue su amigo?
Le comento, fuimos compañeros de promoción en la Escuela Militar de Chorrillos. Ahí lo conocí pero no tuve amistad. Estuve dos años como cadete y salí por razones de salud. Luego ingresé a la Policía Nacional. Nunca más volví a ver a Montesinos hasta cuando Alan García [en su primer gobierno] pasó al retiro a 3.000 oficiales. Montesinos había logrado que un general de la policía fuera reincorporado por la vía judicial y todos se pasaron la voz y fuimos no menos de 20 policías a verlo. Por ese motivo fui a su estudio dos o tres veces. Seguramente de ahí piensan que he trabajado con él; yo no he trabajado con él, ni siquiera tenía mi título de abogado en ese tiempo. Mi esposa, que es abogada, fue la que firmó mi recurso, pues yo no podía hacerlo porque era bachiller. Y ese documento lo he presentado en público cuando han dicho que Montesinos fue mi abogado, que Villa Coca [caso de narcotráfico de los años ochenta], estupideces. Entonces, ese fue el motivo de mi reencuentro con Montesinos, cuando yo era coronel. ¿Qué cosa iba a hacer en su estudio? ¿Barrer? Esa es la historia real.

— ¿A qué se refiere cuando le dijo a Montesinos, en la etapa final del régimen fujimorista, que usted trabajó “con lealtad”?
Con lealtad al gobierno.

— ¿Pero no a él?
No, eso fue en la etapa de Fujimori. Yo siempre he sido leal al gobierno.

— ¿Ser leal a Fujimori no era ser leal a Montesinos?
No, desde mi punto de vista no. Tampoco era [leal] a Fujimori, sino al gobierno, porque el gobierno me nombró director general de la policía. A mí, Montesinos me llamó para que acompañé a Fujimori en su fórmula como primer vicepresidente en el 2000, pero yo decliné. Le agradecí y le dije que prefería estar con mi familia.

— Montesinos lleva en prisión más de 16 años. ¿Cree que aún tiene poder?
No lo sé, no tengo ni idea, pero estando preso dependerá de qué relaciones tiene. No tengo ni noticias de él.