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Sobre
la captura

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PARTE 2

Golpe en
‘El Castillo’

La clave que se usaba en el GEIN para identificar la casa de la urbanización Los Sauces era ‘El Castillo’. El predio tenía tres pisos y un portón de madera sobre el que se alzaba una enredadera. De día la terrorista Maritza Garrido Lecca tomaba parte del primer nivel para dar clases de danza moderna a las hijas de sus amigas o conocidas. Tal academia exclusiva era la fachada que ocultaba a la cúpula de Sendero Luminoso. En las tardes o noches no había más movimiento allí que las idas y vueltas del también senderista Carlos Incháustegui, entonces pareja de Garrido Lecca, o de sus eventuales visitas.

En el GEIN, Garrido Lecca no era un personaje extraño. Apenas llegaron las primeras fotografías que le hicieron los agentes a cargo de su seguimiento, fue reconocida por el mayor Marco Miyashiro. El oficial la recordaba como una joven cercana a terroristas del MRTA e, incluso, guardaba una imagen de 1987 en la que ella aparecía ingresando a un local, en el que se imprimía propaganda subversiva. Miyashiro sabía, además, que Garrido Lecca había ingresado a Sendero por intermedio de Nelly Evans Risco, su tía. La labor que tenía era cuidar a Guzmán.

Las labores de vigilancia a ‘El Castillo’ y el análisis de la basura que salía de allí cobraron mayor importancia desde fines de agosto de 1992. Una mañana, a inicios de setiembre de ese año, el suboficial Carlos Iglesias saltó desde la tolva de un camión repleto de desperdicios hacia dos bolsas de plástico que momentos antes Garrido Lecca había sacado de ‘El Castillo’. Entre los restos de comida, un papel arrugado tenía la anotación RBP. El estudio policial arrojó que se trataba de las iniciales de Reunión del Buró Político. Esta era una sesión que, como parte del tercer pleno del Comité Central de Sendero Luminoso, nadie más que Abimael Guzmán podría encabezar.

‘Gaviota’ caza al ‘Zorro’

8 de setiembre de 1992. El terrorista Zenón Vargas ‘El Zorro’ sale de su casa en la urbanización Balconcillo, mira a ambos lados de la calle y sin apuro coge un teléfono público. Echa un rin y carraspea antes de empezar a hablar: “Ya se están confeccionando los pantalones, muy pronto enviaré el lote”. Tras él, la agente Cecilia Garzón Pérez ‘Gaviota’ finge ser una madre de familia urgida por llamar. Lanza un resoplido de impaciencia y reprende: “Señor, ¿ya terminó?”.

‘El Zorro’ se va, pero ‘Gaviota’ ya ha memorizado y deducido la frase en clave que revela el taller para diseño de panfletos y propaganda subversiva oculto en la vivienda de Vargas.

Desde entonces y durante los cuatro días siguientes, los agentes José Gil y Guillermo Bonilla no dejaron de vigilar la casa de ‘El Zorro’. La mañana del 12 de setiembre de 1992, cuando en el GEIN aun se discutía la hora de dar el batacazo en ‘El Castillo’, Zenón Vargas volvió a salir de su vivienda. Su rápido y nervioso tambaleo exasperó a los sabuesos que le seguían la pista. Sin embargo, uno de ellos decidió intervenirlo rápidamente ante la grave posibilidad de que se fugara.

‘El Zorro’ fue capturado cerca del cruce de la avenida México con la Vía Expresa. La incursión policial a la casa de Balconcillo confirmó a los agentes que se trataba de un almacén de manifiestos políticos y textos para fomentar las acciones terroristas. Todo lo que había en ese predio quedó registrado en un video. Al verlo en el GEIN, Benedicto Jiménez expresó: “Era lo que faltaba para completar el ajedrez”. Él intuía que debido a la cercanía que tenían ‘El Zorro’ y Maritza Garrido Lecca, al menos un dirigente de la cúpula senderista debía estar en la casa de Los Sauces, o Guzmán, en el mejor de los casos.

En el museo de la Dircote se exhiben los objetos personales del terrorista Abimael Guzmán, entre ellos sus lentes. Foto: Archivo El Comercio.

La hora cero

Minutos antes de las 7 p.m., cuatro patrullas con 18 agentes a bordo salieron de la sede de la Dincote rumbo a ‘El Castillo’. En su recorrido, las unidades se trabaron con eufóricas turbas de hinchas de Universitario de Deportes, equipo que por la tarde había ganado a su clásico rival, Alianza Lima. Cuando el mayor Miyashiro desplegó sus hombres a una cuadra de ‘El Castillo’, los suboficiales Cecilia Garzón, ‘Gaviota’, y Julio Becerra, ‘Ardilla’, de la mano, fingían ser una pareja risueña muy cerca del portón de madera. Eran las 7:34 p.m. del 12 de setiembre.

Ambos habían convivido dos meses observando la casa de Los Sauces y ese día tenían la orden de pasear a la espera de que alguien entrara o saliera de allí. Debían irrumpir apenas la puerta fuese abierta. “Tómense una gaseosa en la bodega que está al costado para no generar sospechas”, fue la orden a la pareja. ‘Gaviota’ respondió que no tenían dinero y entonces la nueva directiva fue tajante: “¡Chapen!”.

Los agentes iniciaron el largo beso que hoy también les ha dado 24 años de matrimonio, cuando unas llaves en la cerradura empezaron a sonar. Salían Celso Garrido Lecca y la bailarina Patricia Awapara. ‘Gaviota’ se apresuró, lanzó un grito y disparó al aire cuando se percató de que Maritza Garrido Lecca, quien había salido a despedir a su tío, intentó cerrar bruscamente la puerta.

La suboficial comunicó que la incursión estaba en camino a sus superiores y al grupo de policías que aguardaban su señal a unos 150 metros. Fue la última comunicación por radio, el contacto se perdió. Mientras tanto, ‘Ardilla’, seguro de que el círculo íntimo de Guzmán no tenía armas en las casas que habitaba, corrió hacia el segundo nivel para atrapar al cabecilla terrorista.

Cuando el mayor Miyashiro desplegó sus hombres a una cuadra de ‘El Castillo’, los suboficiales Cecilia Garzón, ‘Gaviota’, y Julio Becerra, ‘Ardilla’, de la mano, fingían ser una pareja risueña muy cerca del portón de madera. Eran las 7:34 p.m. del 12 de setiembre.

Cayó ‘El Cachetón’

Una mujer de traje negro intentó contenerlo cerrando una puerta de triplay, pero ‘Ardilla’ logró derribarla. Era María Pantoja Sánchez,‘Doris’. Al verse vencida, corrió por un vestíbulo hacia la habitación donde estaba Abimael Guzmán Reinoso cerca de Elena Yparraguirre, ‘Miriam’, y Laura Zambrano, ‘Meche’. “Carajo, no se muevan, soy de la policía”, gritó el agente blandiendo su revólver.

‘Miriam’ se le abalanzó pero él consiguió zafarse. Tomó aliento y abordó a Guzmán que observaba impávido desde su escritorio: “Tú te mueves y yo te mato, carajo”, increpó el agente mientras helaba el rostro del genocida con el cañón corto del arma. “Está bien, muchacho, está bien, tranquilo. Por favor, tranquilízate, muchacho”, susurró Guzmán.

"Cayó el 'Cachetón'". Los terroristas Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre tras ser capturados por el GEIN. Guzmán, de acuerdo a agentes de la policía, temía por su vida. (Foto: Archivo de El Comercio).

Trece miembros del GEIN, encabezados por el mayor Marco Miyashiro, penetraron a trote firme en el inmueble. Un equipo reforzó a ‘Gaviota’ en el primer piso neutralizando a un desequilibrado Carlos Incháustegui que clamaba por su muerte: “Mátenme, mátenme, mátenme de una vez, por favor”. Otro grupo acudió en ayuda de ‘Ardilla’ y confinó a ‘Doris’ y ‘Meche’ en habitaciones separadas. El oficial Carlos Morán exigió a Guzmán que vacíe los bolsillos del saco plomo que vestía. La iracunda ‘Miriam’ contraatacó entonces: “No lo toque, no lo toque, él puede hacerlo solo, a él nadie lo toca”. “Yo también puedo hacerlo”, musitó Guzmán.

Durante el registro de ‘El Castillo’, los policías hallaron varias botellas de vino de alta cosecha. También había carne en el refrigerador. Todo fue propicio para un banquete al paso: lomo saltado, brindis y abrazos. Hubo lágrimas de puro valor desbordado. Los agentes abrían cajas, guardaban cuadernos, documentos, banderas, cuadros y cualquier objeto o material subversivo que iban encontrando.

En el umbral del cuarto, el mayor Miyashiro reactivó su radio portátil. Por fin en calma, infló los pulmones y exhaló. Su voz grave y sosegada sería el sello a la operación Victoria y a esa larga noche en que el GEIN hirió de muerte al terror: “Ha caído ‘El Cachetón’”, aseguró.

La cúpula de Sendero Luminoso, tras su captura, firmó un acuerdo de paz. Esta foto fue revelada en setiembre del 2002. En la foto están los terroristas Angélica Salas, Osmón Morote y Marta Huatay (de pie); Elena Yparraguirre, Abimael Guzmán y María Pantoja (sentados). Foto: Difusión.