El 29 de mayo del 2014 un juez de Áncash ordenó la prisión preventiva contra los presuntos integrantes de la red de corrupción del ex presidente regional César Álvarez. Uno de ellos, fue Martín Belaunde Lossio, ex asesor de campaña del presidente Ollanta Humala, cercano a varios presidentes regionales y un empresario con muchos amigos poderosos. En suma: un hombre cuyo silencio vale mucho. Aquí un recuento de los hechos.
A pocos meses de que comience la campaña del 2006, Martín Belaunde Lossio buscó a un todavía desconocido Daniel Abugattás, y le dijo que creía en el nacionalismo y que quería apoyar al naciente partido del comandante EP en retiro Ollanta Humala. “Sí, es cierto, [yo lo llevé]”, admitió el congresista de Gana Perú en el programa de TV “No culpes a la noche”. Así Belaunde Lossio logró conocer a Humala y a su esposa, Nadine Heredia.
Belaunde Lossio, quien se presentó ante los Humala como “un experto en comunicaciones”, según contó Abugattás, se ganó la confianza de la pareja en poco tiempo y se convirtió en uno de sus principales operadores de la campaña nacionalista. Manejó la agenda del entonces candidato, decidía con él en qué medios le convenía declarar y coordinaba su llegada a los pueblos del interior del país para sus mítines. Se convirtió en el brazo derecho del hoy jefe de Estado.
Luego de la derrota de Humala en el 2006, Belaunde Lossio se enfocó en las regiones. Así en el 2008, según contó, llegó a Áncash y se presentó ante el entonces presidente regional César Álvarez, a quien le planteó manejar su imagen. Así nació el local conocido como ‘La Centralita’, una oficina en Chimbote que Belaunde Lossio alquilaba y donde se planificaban las campañas para desacreditar a los oponentes políticos de ‘La Bestia’. De acuerdo a la fiscalía, estas campañas fueron financiadas con dinero desviado del Gobierno Regional. Se habla de entre S/.25 mil y S/.30 mil mensuales.
“[Belaunde Lossio] logró levantar mi imagen, con lo que pude ser reelegido presidente regional en el 2011 […] Él estaba sumamente feliz. Quería llevar su plan piloto a otras regiones del país y convertirse así en el Luis Favre peruano”, contó recientemente Álvarez a la revista “Correo Semanal” desde su celda en el penal Piedras Gordas II.
La noche del 28 de mayo del 2014, ordenan 18 meses de prisión suspendida contra Álvarez por el caso ‘La Centralita’. Horas después, el juez del Santa, Richard Concepción Carhuancho, dictó una orden similar contra Belaunde Lossio y otros implicados en el caso, entre ellos Carlos Crisólogo, hijo del congresista Víctor Crisólogo (Perú Posible).
Precisamente, Belaunde Lossio y Crisólogo continúan sin responder a la justicia, mientras que Álvarez está recluido en Piedras Gordas II hace un año.
A inicios de noviembre, cuando Belaunde Lossio pasó a ser el hombre más buscado por el Perú --tras las caídas de Rodolfo Orellana y Benedicto Jiménez--, el programa de TV “Cuarto Poder” reveló que el radio de acción del empresario no solamente se limitó a Áncash, sino que se expandió por otras regiones, principalmente en Madre de Dios y Cusco.
Valiéndose de sus contactos en esas regiones y en otras instituciones del Estado, Belaunde Lossio presuntamente gestionó lobbies irregulares a favor de la firma española Antalsis, que ganó S/.150 millones en licitaciones públicas durante el gobierno de Humala.
Incluso, el gerente general de Antalsis en el Perú fue Juan Carlos Rivera Ydrogo, quien manejó las inversiones en publicidad de las dos campañas presidenciales del Partido Nacionalista. Parecía que se cerraba el círculo.
Un mes después de revelado el Caso Antalsis, el pleno Congreso de la República aprobó la creación de una comisión para investigar los negocios de Belaunde Lossio con el Estado. A la par, la fiscalía abrió investigación preliminar contra el empresario por los supuestos delitos de tráfico de influencias, patrocinio ilegal y colusión.
Un punto de quiebre en la investigación a Belaunde Lossio se produjo entre la última quincena de noviembre y la primera de diciembre del 2014, cuando salieron de la Procuraduría Anticorrupción los abogados Christian Salas y Yeni Vilcatoma. Esta última, que investigó a la red de César Álvarez desde su tiempo en la fiscalía, hizo una grave denuncia: acusó a los entonces ministro de Justicia, Daniel Figallo, y asesor presidencial Eduardo Roy Gates de una presunta injerencia política en las pesquisas del Caso ‘La Centralita’.
Vilcatoma presentó un audio, en el que se escucha a Figallo preguntarle si Belaunde Lossio podía acogerse o no a la colaboración eficaz si, las investigaciones, demostraban que no fue parte de la cúpula de la organización de Álvarez. ¿El Gobierno quería ‘silenciar’ a Belaunde Lossio?
Tras esto, Figallo despidió a Vilcatoma por televisión y, desde el Gobierno enfilaron toda la artillería contra la ex procuradora: “No se puede creer en quien graba y difunde conversaciones de trabajo”, tuiteó Nadine Heredia; “La democracia se defiende con instituciones y no pidiendo cosas sin mayores pruebas”, afirmó Ollanta Humala en CNN; “[Figallo] fue demasiado caballero porque yo, en su lugar, inmediatamente la hubiese mandado a una evaluación psicológica”, dijo un desenfrenado Daniel Urresti, entonces ministro del Interior. Vilcatoma salió por la puerta falsa de la Procuraduría, mientras Belaunde Lossio, el ex asesor de Humala, fugó a Bolivia.
Ni Benedicto Jiménez, coronel PNP (r) experto en Inteligencia; ni Rodolfo Orellana, cabecilla de una presunta red criminal, pudieron mantenerse prófugos tanto tiempo. Belaunde Lossio sí. Pasaron 236 días para que se conozca su ubicación exacta y para que la policía boliviana lo intervenga en el barrio de Bajo Llojeta, en La Paz.
El 20 de enero último, la justicia de Bolivia ordenó su arresto domiciliario de manera preventiva, mientras que la Comisión Nacional del Refugiado (Conare) de ese país resolvía el pedido de refugio planteado por el prófugo, quien decía ser un perseguido político en el Perú. Cinco días después, se conoció que la Conare rechazó en primera instancia la solicitud del ex asesor de Humala.
Tras su primer revés, Belaunde Lossio recibió otro contundente golpe, esta vez desde el Palacio Quemado. El presidente boliviano Evo Morales sostuvo que había recibido información sobre la investigación contra el empresario e indicó que su país no protegería a ningún personaje vinculado a la corrupción. "Bolivia no va a ser basurero de corruptos, Bolivia no va a proteger a corruptos, ni a cualquiera que usando cualquier pretexto, venga acá a protegerse", sentenció Morales.
En un fallo sorpresivo, la Sala Penal Permanente, presidida por el juez supremo Javier Villa Stein, declaró improcedente la solicitud para extraditar a Belaunde Lossio. El ex titular del Poder Judicial criticó duramente los argumentos presentados por la fiscalía y la Procuraduría Anticorrupción, a cargo de Joel Segura, porque los delitos de asociación ilícita y peculado imputados al empresario “no son compatibles con el tratado de extradición vigente” entre el Perú y Bolivia, dijo.
Una vez que el expediente fue corregido, la Sala Penal Permanente --sin Villa Stein, que se inhibió de resolver el caso-- lo aprobó. Tras ello, el Perú solicitó formalmente la extradición del ex asesor electoral de Ollanta Humala, quien para marzo de este año ya no tenía la protección de la justicia boliviana, que rechazó en segunda y definitiva instancia acogerlo como refugiado.
Belaunde Lossio ha coleccionado más de 300 portadas que los diarios le han dedicado a su caso y ha bajado 25 kilos desde que pasó a ser prófugo de la justicia del Perú. En una extensa entrevista a El Comercio, el sindicado cerebro de ‘La Centralita’ sostuvo que el presidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Hereda, “han sido completamente desleales” con él.
“Humala tuvo el apoyo de 12 presidentes regionales elegidos en el 2010, 11 de ellos fueron llevados por mí. Yo creí en Ollanta Humala y luché por él, pero ahora sé que fue un error hacer eso”, afirmó el ex asesor nacionalista, para luego enviar un golpe directo al orgullo de su otrora aliado: “Este es el gobierno más pegado a la derecha que hemos tenido, por encima del de [Alberto] Fujimori”.
Dos semanas atrás, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Bolivia aceptó el pedido del Perú para extraditar a Belaunde Lossio por los presuntos delitos de asociación ilícita para delinquir y peculado por ‘La Centralita’. Tras ello, la defensa del empresario interpuso una serie de recursos ante el Tribunal Constitucional boliviano con la esperanza de impedir su retorno al Perú.
Paralelamente, Belaunde Lossio dio dos entrevistas, una a Canal N y otra a la agencia Reuters. En ambas reiteró una advertencia: “Gratis, no me voy a ir a la cárcel”. También adelantó, entre líneas, su siguiente paso: “Voy a salvaguardar mi libertad”.
Y cuando la extradición de Belaunde Lossio parecía ser inevitable, luego de que el Tribunal Constitucional boliviano rechazara sus últimos recursos, el prófugo escapó de la casa donde cumplía arresto domiciliario en La Paz la madrugada del domingo 24 de mayo. Según afirmó el ministro de la Presidencia de Bolivia, Juan Ramón Quintana, el ex asesor electoral de Ollanta Humala fugó ayudado por la posible “negligencia” o la “presunta complicidad” de los cuatro policías que estaban a cargo de su custodia. Un nuevo golpe para la justicia peruana, que espera sentar en el banquillo de los acusados a Belaunde Lossio desde hace casi un año.