El maridaje con vino es famoso y un arte del que millones son devotos. Sin embargo, el matrimonio de los alimentos y los platillos con bebidas como el whisky está bastante menos difundido. Sin embargo, eso no quiere decir que la unión no pueda ser satisfactoria.

Tras hablar con Arturo Savage, embajador de Johnnie Walker, Soledad Marroquín, blogger de Destilando pisco, da algunas luces sobre la unión entre whisky y gastronomía.

En primer lugar, hemos de tener en cuenta un hecho que puede resultar algo problemático: el grado alcohólico del whisky. Lo que sucede es que la potencia de sus 40° se deja sentir y en algunos casos arrasa con (el sabor de) la comida, explica Marroquín.

Por su parte, Savage recomienda que cuando se vaya a maridar, el whisky sea diluido en agua, de manera que en el vaso quede igual cantidad de los dos líquidos. Así se conseguirá que la experiencia sea más placentera, según el experto.

Si buscas una unión menos arriesgada y más probablemente satisfactoria, puedes hacer comulgar a este destilado con algún postre. Por ejemplo, se puede maridar con algún dulce ligero o algún pie, como el de pecanas, por ejemplo.

Lee el post completo aquí y entérate más sobre el arte que difunde Arturo Savage.