En lo que a parejas se refiere, la compatibilidad sería la clave para mantenerse en el tiempo. Al menos eso es lo que sugiere un estudio publicado por Alcoholism: Clinical Experimental Research, el cual indica que las parejas que suelen tomar la misma cantidad de alcohol tienen menos posibilidades de divorciarse que aquellas en las que alguno de los esposos toma mucho y el otro no.

Asimismo, la investigación realizada en Noruega encontró que cuando la mujer es quien bebe con frecuencia, a diferencia de su marido, las parejas son aún más proclives a romperse: el 26,8% de termina separados.

En cambio, cuando la situación es al revés, el índice de divorcios asciende a un 13,1%. Finalmente, cuando ambos ingieren grandes cantidades de alcohol, la tasa alcanza el 17,2%.

Para el estudio, se analizaron los datos de 19.977 parejas casadas, según reporta el portal de Los Ángeles Times.

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