El café griego puede ser bueno para el corazón, según sugiere un reciente estudio. ¿Puede ser igual de saludable cualquier café?

Cortado, capuchino, con leche, expresso… para los amantes del café, hay muchísimas opciones.

Cada día, millones de nosotros decidimos ignorar o incluso acoger sus propiedades adictivas e ingerir nuestra porción, o porciones, de cafeína, según corresponda.

Pero lo más probable es que no estemos eligiendo beber café por sus efectos positivos para la salud, ¿o sí?

Nunca creí que hubiera nada malo en beber cinco tazas al día, dice Will Corby, un comerciante minorista de cafés artesanales y profesor en la London School of Coffee (Escuela londinense de Café).

La cafeína es un estimulante tan poderoso que se han dado casos de sobredosis por beber muchos expressos y consumir demasiado café se ha asociado con efectos negativos para la salud como insomnio, nerviosismo, diuresis y dolores de cabeza.

Will Corby dice que la clave es la calidad. Él puede beber 20 tazas de café excelente mientras hace su trabajo, sin efectos colaterales. Pero ¿qué pasa cuando bebe tres cafés mal preparados?

Bebo mucho café, bien preparado. No tengo problemas para dormir. Pero si bebo un café malo, tiene un efecto negativo, señala el experto en café.

De hecho, algunas investigaciones han constatado aspectos positivos en una taza de café, más recientemente en el café al estilo griego.

El consumo de café de los ancianos en la isla griega de Ikaria se relacionó con la reducción de uno de los factores de riesgo para problemas de corazón de acuerdo a un estudio publicado en la revista Vascular Medicine.

¿ES ESPECIAL EL CAFÉ GRIEGO? Se prepara en un recipiente conocido como briki, es muy fuerte, con mucha espuma, y se puede preparar con azúcar para incrementar la dulzura. Se sirve con un vaso de agua.

El café que se prepara como infusión es el que tiene más contenido en cafeína (135 mg por cada 227 g de café), más que el café de filtro (112 mg) o el percolado (74 mg).

El café griego también contiene una mayor cantidad de componentes orgánicos antiinflamatorios.

A lo largo de los años, ha habido multitud de estudios en los que se reflejan tanto los aspectos beneficiosos como los perjudiciales de beber café.

Esta confusión se explica en parte por la falta de consistencia en lo que bebemos, aducen los expertos.

LECHE Y AZÚCAR Los diferentes estilos de tostado, las especies y variedades de las semillas de café pueden tener distinto contenido de cafeína y distinta composición.

Sin olvidar que se le añade azúcar, leche, y que hay diversos tamaños de tazas, por lo que no solo hay niveles variables de cafeína sino también de otros ingredientes como proteínas, grasas y azúcares.

En el lado positivo, se sabe que el café tiene una gran cantidad de antioxidantes, que impiden a otras moléculas que se oxiden y produzcan radicales libres.

Las mujeres que beben dos o más tazas de café al día tienden menos a la depresión, sugiere otro estudio.

Hay numerosas razones para amarlo, pero quizá la más sencilla sea el sabor, y el impulso que le da a quienes lo beben.

Tal como dice Will Corby: El café tiene uno de los perfiles de sabor más complejos del planeta, tiene aproximadamente el doble de rango de sabores que el vino.

La estructura química da más sabor y está repleto de cafeína, te despierta y te da un extra.

Sin embargo, estudios anteriores relacionaron el consumo elevado de cafeína con un colesterol alto y presión arterial alta.

Recientemente ha habido un cambio de percepción en el debate sobre si el café es bueno o malo.

Un estudio de la Escuela de Harvard de Salud Pública sugiere que no hay una relación directa entre el café y la mortalidad.

Incluso beber hasta seis tazas al día no está relacionado con un aumento del riesgo de muerte por cualquier causa, o muerte por cáncer o enfermedad cardiovascular, dice Rob van Dam, profesor asociado en el Departamento de Nutrición de dicha Escuela.

Estos datos encajan con la imagen que ha estado emergiendo en los últimos años: para la población general, las pruebas sugieren que beber café no tiene efectos negativos serios para la salud, dice.

¿NORMAL O GRANDE? Aún así, los expertos advierten contra el consumo excesivo de café. Como en casi todos los estudios, el de Harvard tomó como medida seis tazas de 225 ml, cada una conteniendo 100 mg de cafeína, no los 450 ml que encontraría en un café grande de Starbucks, que tiene cerca de 330 mg de cafeína, explica Rob van Dam.

Sus resultados están respaldados por un estudio de la revista Maturitas, dirigido por la Universidad de Valencia en España.

Concluye que la información recopilada en los últimos años han generado un nuevo concepto, que no corresponde con la creencia común de que el café es mayormente dañino.

Dice: Al contrario de lo que se creía anteriormente, las diferentes formas de enfermedad cardiovascular, arritmia o insuficiencia coronaria parecen no estar afectadas por el consumo de café. El café se asocia con una reducción en la incidencia de diabetes o enfermedades hepáticas.

También parece que sirve de protección frente al Parkinson entre los desórdenes neurológicos, mientras que su potencial como factor de riesgo para la osteoporosis está en discusión.

Psicológica y socialmente, también se puede decir que el café tiene ventajas para nuestra salud mental.

Si observa la cultura europea, las personas salen y se animan cuando beben café, mientras que el alcohol tiene efectos letárgicos, dice Will Corby.

El café es un medio para relacionarse. Por eso la gente adora el café, ayuda a la interacción social, explica.

La Asociación Americana de Café Artesanal (SCAA por sus siglas en inglés) tiene 5.000 miembros y recientemente celebró su simposio, una reunión internacional de expertos.

El director de la SCAA, Peter Giuliano, sugirió que la cafeína es útil para conectar a las personas así como diferentes áreas de nuestro cerebro, como muestra un estudio del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California San Diego.

Pese a las buenas noticias, muchos de aquellos que dirigieron la investigación dicen que se debe subrayar que todavía falta mucho por saberse.

La mayor parte de los estudios clínicos, particularmente aquellos con un alto número de participantes, sirven sólo como observación. Es hora para una dosis de cafeína, pues.