MARÍA PÍA BARRIENTOS (@Pia_Barrientos) Redacción online

Gastón Acurio se ha convertido a punta de chamba en el gran referente de la gastronomía peruana. Eso es innegable. Y queda aún más confirmado luego de que Astrid y Gastón se alzara como el Mejor restaurante de Latinoamérica en la ceremonia de los Latin America´s 50 Best Restaurant. Tras la premiación, el chef conversó con elcomercio.pe sobre el premio, la presión que trae de cola y el gesto público que tuvo para con su esposa.

Has ganado muchísimos premios. ¿Cómo se siente este? El primer premio ya era que se celebre en Lima. Al comienzo los peruanos estábamos un poco nerviosos porque en los primeros 25 puestos no había ningún restaurante peruano. De repente llegamos a los 15 y aparece La Mar, aparece Héctor (Solis), Rafael, Malabar y nosotros. La verdad, además de que se haya realizado en Lima, significa mucho porque es la demostración de que de alguna manera estamos en buen camino y que mañana lo que toca es empezar de cero.

¿Qué es lo que motiva a Gastón Acurio? ¿La pasión? El Perú y el momento que vive el país. Mi familia, mi madre y mi padre me enseñaron a amar el país desde muy niño.

Supongo que también es una gran responsabilidad llevar el título de ‘Mejor restaurante de Latinoamérica’. No es poca cosa… Por eso puse el parche. Dije, ojalá que el próximo año gane otro, con lo cual ya te liberas de esta presión. En general nosotros nos estamos divirtiendo mucho haciendo lo que hacemos y agradecemos mucho por eso. En la medida que sigamos divirtiéndonos vamos a poder mantener la ilusión por hacer cada vez cosas más bonitas.

¿Qué tiene de diferente este premio respecto a los otros? Es simplemente distinto. Se siente muy bonito estar en casa y recibir un premio aquí. Es algo que no había experimentado nunca.

Te constituyes como el gran referente gastronómico del país. Hay gente que le gusta, hay otra a la que no tanto. ¿Tú cómo lo llevas? Afortunadamente vivimos en un mundo de diversidad. Qué bueno que hayan a quienes le gusta un restaurante u otro y quienes prefieren a un cocinero o a otro. Al final eso no es importante. Lo importante es que el Perú es un país afortunadamente de diferencias. Pensábamos que eran un problema, pero son nuestra mayor virtud. Hoy hemos ganado nosotros, pero yo cruzo los dedos para que el próximo año gane otro peruano.

¿A quién ves? ¿Ves a alguno de tus compañeros allá arriba? Por supuesto. No tengo la menor duda de que tanto Maido, Central, Malabar, Rafael, Fiesta tienen todas las condiciones para ganar este premio. Estoy seguro que lo van a intentar.

Ahora nos dicen que la gastronomía peruana será la gran nueva tendencia en el mundo. Hay que tener cuidado con eso. Hay que mantener la mirada en el piso todo el tiempo. Hay que entender que no hay una cocina mejor que otra. En el mundo hay grandes cocinas. Unas destacarán más en popularidad que otras por el trabajo que hagan. A medida que subes las exigencias del público son mayores. Si queremos seguir avanzando, lo único que tenemos que hacer es trabajar.

Lo primero que dijiste cuando recogiste el premio fue “gracias a mi esposa”… Es que es la verdad. Astrid y yo empezamos el restaurante sin un centavo en el bolsillo y ella estaba las mismas horas que yo. Estudió lo mismo que yo, dejó su país por venir al Perú y compartimos desde el primer día la responsabilidad de sacar adelante nuestro pequeño sueño que era tener un lindo restaurante. Ahora yo tengo una responsabilidad y ella está desarrollando la promoción del cacao peruano en el mundo. Compartimos juntos muchas aventuras.

Pero fue una gran declaración de amor. El restaurante se llama Astrid Gastón.

¿Astrid primero? Astrid primero.

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