(Foto: Dante Piaggio / El Comercio)
(Foto: Dante Piaggio / El Comercio)
Oscar Paz Campuzano

Según los registros históricos, el ha soportado seis maremotos en los últimos 500 años. El más devastador ocurrió el 28 de octubre de 1746, tras un terremoto de aproximadamente 8,6 grados, a las 10:50 p.m. Las crónicas del entonces virrey del Perú, José Antonio Manso de Velasco, relatan que solo 200 de los 5.000 habitantes del Callao sobrevivieron. Las olas alcanzaron 10 metros de altura, y 119 barcos comerciales y de guerra vararon en tierra firme. Fue noticia en todo el mundo: el principal puerto de América en el siglo XVIII había desaparecido.

Una recreación en 3D de la empresa Arvo Corporación, a pedido de El Comercio, muestra el impacto de un maremoto similar al de 1746 en La Punta. Según el levantamiento topográfico hecho con drones de gran potencia, decenas de casas quedarían bajo el agua. Las simulaciones del Centro Peruano-Japonés de Investigaciones Sísmicas y Desastres (Cismid), entidad de la Universidad Nacional de Ingeniería, indican que un terremoto de 8,5 grados provocaría una inundación de 12 a 15 metrosde profundidad con olas de hasta 10 metros de altura.

La primera ola del tsunami tardaría veinte minutos en llegar a la costa, según la Dirección Nacional de Hidrografía y Navegación (DHN). Sin embargo, los simulacros han comprobado que ese tiempo no alcanza para que los 7.000 vecinos de este distrito del Callao evacúen hasta la cuadra 12 de la Av. Sáenz Peña, donde la inundación no llegaría. Entre esta zona y la plaza principal hay cuatro kilómetros: 11 minutos en auto (sin tráfico) y 50 minutos a pie.

“No lo vamos a lograr. En 20 minutos, apenas llegamos al cruce con la Av. Paz Soldán [altura de la fortaleza Real Felipe]. Por eso optamos por la experiencia de Japón: usar edificios”, explicó el jefe de la División de Gestión de Riesgo de Desastres y Defensa Civil de La Punta, Moisés Llallihuamán.

En el 2010 se identificaron 19 edificios con más de 12 metros de alto. En las azoteas se acopiaron artículos de sobrevivencia: chalecos, comida, agua, pañales y una radio para comunicarse con el centro de operaciones de emergencia del distrito, cuya sede, paradójicamente, sería la primera en inundarse por su cercanía al litoral. Según Llallihuamán, el otro mes se trasladarán al cuarto piso de la Escuela Naval.

“Con una ola de 9 metros, los buques van a terminar en la costa. Hay que pensar en el peor escenario”.

Wilber Garavito
Decano del Colegio de Ingenieros del Callao

“La gestión actual quiere construir un refugio para albergar a 10 mil personas”.

Moisés Llallihuamán
Jefe de División de Defensa Civil de La Punta

—Obras y gestiones—
Las partes altas de los 19 edificios –incluyendo a la Escuela Naval– pueden refugiar en conjunto a 5 mil personas, según estimaciones de la municipalidad. Alcanzaría solo para un poco más de la mitad de la población que todos los días duerme en La Punta. La evacuación se complicaría más si el maremoto ocurre en la temporada de verano, ya que el distrito suele recibir a 30 mil visitantes diarios.

Por eso último, esta gestión municipal planteó restringir el ingreso a sus dos malecones: Figueredo y Pardo. El estudio del aforo arrojó que ambos espacios públicos deberían recibir máximo a 10.846 personas. No más.

Según Llallihuamán, la propuesta que data del 2015 se elevó al Centro Nacional de Estimación Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred) y a la oficina de Desarrollo Urbano de la Municipalidad del Callao.

Hay una segunda iniciativa pendiente: un refugio para 10 mil personas. Sería una estructura de columnas enterradas y con una elevación de 14 metros. Se ubicaría en un terreno de 30 mil m2 que el Callao le cedió a La Punta, en la playa Carpayo. En el 2014 se gestionó que la obra la construya el Gobierno Central, pero por el momento todo está en proyecto. La oficina de Defensa Civil de La Punta no pudo precisar el presupuesto que se necesita ni en qué etapa van las gestiones.

El ingeniero Miguel Estrada, director del Cismid, dijo que en los casos de difícil evacuación se debería construir torres de acero elevadas como refugios. “Estas tienen de 10 a 12 metros de altura. No solo deben soportar el empuje de agua, también el golpe de los materiales que arrastra un tsunami, incluyendo barcos”, explicó Estrada.
Según el decano del Colegio de Ingenieros del Callao, Wilber Garavito, hay áreas urbanas del Callao de las que evacuar en menos de 20 minutos es imposible. Además de las rutas de escape, le preocupa la atención de la emergencia tras un tsunami.

“Los hospitales no funcionarán, no habrá energía eléctrica, tampoco agua, habrá contenedores y barcos en 8 kilómetros del litoral, familias dispersas buscando refugio”, dice Garavito. ¿Quién gestiona que la emergencia se atienda mejor? “Se supone que los alcaldes”, continúa, “pero las municipalidades solo cumplen con tener sus planes de evacuación. Mientras no hagamos proyectos de envergadura, por el momento solo nos queda rezar, como hasta ahora”.

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