Las deficiencias en la investigación que benefician al hampa
Las deficiencias en la investigación que benefician al hampa
Ana Briceño

Los policías de la División de Investigación Criminal (Divincri) del afrontan más de un apuro: sus oficinas están ubicadas en un sótano donde no hay señal para hacer llamadas por celular, por lo que deben ir al primer piso o salir a la calle para comunicarse. 

“Ya nos hemos acostumbrado”, dice resignado –desde el sótano– un oficial que acaba de interrogar a dos jóvenes implicados en un robo. En este lugar, los agentes intentan resolver asesinatos, extorsiones, tráfico de drogas, entre otros delitos cometidos en el primer puerto.

La pésima señal para celulares no es la única deficiencia. Hay otra más grave que se extiende a todas las dependencias policiales del país y genera –de manera indirecta– impunidad para los delincuentes. Se trata de la falta de laboratorios de criminalística.

—Demoras cómplices— 
Cuando un sujeto es detenido en el Callao por cometer un delito en flagrancia, supongamos un robo a mano armada, la policía debe acopiar todas las pruebas en su contra: videos, testigos y pericias como la absorción atómica (que establece si se utilizó un arma de fuego).

Los agentes tienen 24 horas para contar con todos los indicios que luego se presentan al Poder Judicial, que se encargará de ordenar el encarcelamiento del detenido. Pero eso no siempre se logra.

“No tenemos un laboratorio para hacer peritajes y debemos esperar a que la Dirección de Criminalística de Lima los haga, pero eso tarda un mes. ¿Sin esas pruebas objetivas un juez va a sentenciar a cárcel a un sospechoso? No. Lo deja libre”, afirma un policía de este departamento de investigación. 

Otro oficial agrega en la misma línea: “Luego de quedar libre, ese delincuente comete otro asalto o crimen, lo volvemos a intervenir, pero se vuelve a salvar. O sea, entran y salen de esta oficina como si nada”. Esa misma problemática se repite en casi todo el país. 

El coronel Gustavo Arroyo, director de Investigación Criminalística en el ámbito nacional, advierte a este Diario que si no se construyen más laboratorios y no se contrata a más peritos, crecerá tanto la impunidad como la incidencia delictiva. Es una conclusión a la que ha llegado después de una investigación de dos años. 

La Dirección de Criminalística solo cuenta con 1.200 peritos como balísticos, grafotécnicos, forenses, psicólogos, ingenieros químicos, entre otros, para que analicen los delitos cometidos en todo el país. Reconoce que en comparación con Colombia y Chile, “la cifra es baja”.

“Tenemos 35 oficinas descentralizadas en el país, pero no están implementadas para hacer todos los peritajes”, resalta. Es por eso que cuando hay un crimen cometido en algunas zonas de la selva o de la sierra, donde no hay peritos, los de Lima deben viajar hasta allá. 

Pero, mientras se hacen los trámites para el pago de viáticos y se compran los pasajes, pasan seis días. “Cuando los peritos llegan al lugar, la víctima ya está enterrada, la escena del crimen fue alterada y el examen de absorción atómica al supuesto homicida saldrá negativo porque ya no habrá restos del arma en su mano”, explica. 

En el Callao hay una oficina descentralizada de la Dirección de Criminalística, que solo cuenta con un sistema de identificación dactiloscópica con una base de datos que tiene las huellas de los detenidos. “Si queremos hacer pruebas de ADN, sangre, semen –en casos de violación– o balísticas, lo requerimos a Lima. Una vez tardaron seis meses”, dice Walter Cáceres, jefe de esta oficina. 

—Nuevos aires—
El viceministro del Interior, Ricardo Valdés, resaltó que se construirán de seis a nueve laboratorios en el país, uno de los cuales estará en Carmen de la Legua (Callao). “Se necesita resolver con mayor rapidez los peritajes, es una de nuestras prioridades”, acotó.

El coronel Arroyo también remarcó que se acaban de asimilar a la PNP 140 profesionales que trabajarán como peritos. “Se harán más convocatorias para ocupar plazas en todo el país”, dijo. 

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