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Vía Expresa
Ana Briceño

A menos de 12 horas de haber ganado la Alcaldía de Lima, sostuvo en una entrevista con ATV que “si los arcos [colocados en los dos puentes que la viene construyendo en la Vía Expresa del Paseo de la República] no tienen sentido, hay que desmontarlos”. Las declaraciones del virtual alcalde se sumaron a las críticas que ya venían recibiendo estas estructuras pintadas de un amarillo intenso.

Al respecto, el ingeniero Enrique Castillo, gerente de Planeamiento de Emape –entidad de la Municipalidad de Lima que se encargó de la elaboración del informe técnico de los puentes y de su instalación– precisa que los arcos son necesarios para sostener ambas estructuras.
“Esto no ha nacido de la noche a la mañana. Los arcos tienen una funcionalidad, no son decorativos. Estos van a sostener el tablero o peralte del puente a través de las péndolas o fierros que se colocarán. Si no los ponemos, sencillamente los puentes no soportarían el peso”, explica.

Los puentes son vehiculares y peatonales, tendrán dos carriles con sentido oeste-este. El puente Junín está a la altura de la cuadra 45 de la avenida Paseo de la República, mientras que el Leoncio Prado se ubica en la cuadra 52 de la misma arteria. Ambos costarán S/42 millones.

Castillo, quien sostiene que ambos proyectos cuentan con el visto bueno del Ministerio de Economía y Finanzas, así como otros especialistas consultados por este Diario, coinciden en que si se hubiesen colocado columnas o pilares debajo de los puentes en lugar de los arcos, se habría perjudicado el desplazamiento de los buses del Metropolitano. En ese caso, también se hubiera tenido que aumentar el grosor de la base de los puentes y con eso se habría acortado la distancia de 5,5 metros que debe haber entre esta y la pista, de acuerdo con las normas de transporte.

“No se puede decir que un puente con arco es menos seguro que uno que tiene columnas, lo que importa es el mantenimiento”, dice Alejandro Sánchez, ingeniero especializado en estructuras y puentes.
Carlos Bringas, gerente de Infraestructura Vial de Emape, asegura que el objetivo de estas estructuras es aliviar la congestión vehicular que se concentra en los cruces de la Vía Expresa con las avenidas Aramburú y Angamos. “El parque automotor crece en 30 mil vehículos anuales. ¿Dónde viven los que compran estos carros? ¿En Villa El Salvador? No, son jóvenes que viven en San Borja, San Isidro, Miraflores y se dirigen por estas vías saturadas [Aramburú, Angamos]”, remarca.

Otro alto funcionario de Emape, que prefiere mantener su nombre en reserva, precisa que la municipalidad dispuso un estudio exclusivo de la Vía Expresa para determinar los puntos más congestionados y plantear soluciones. Pero, admite que en la capital existen otras zonas con mayor caos vehicular.

—Críticas—
El presidente del Colegio de Arquitectos del Perú, Arturo Yep, cuestiona el color amarillo de los arcos porque desentona con la estética de la Vía Expresa. Tanto Bringas como Castillo solo callan cuando se les pregunta quién eligió ese color, que distingue al partido Solidaridad Nacional.

Precisiones

► De acuerdo con la contraloría, el expediente que sirvió de manual para la construcción del puente Solidaridad presentó errores de ingeniería. Según el órgano de control, “se proyectó una cimentación superficial en los taludes con peligro de erosión y se modificó sin sustento técnico el mecanismo de protección que tendría el puente frente a la fuerza del río”.
► Parte de la estructura del puente que se ubica en la Bajada de Baños de Barranco cayó el viernes sobre un motociclista que circulaba por la Costa Verde. Meses atrás, un camión chocó contra el puente y lo debilitó.

En un recorrido por los puentes, comprobamos que las calles a las que desembocan son estrechas y que se podrían generar cuellos de botella, sobre todo saliendo del puente Junín, donde está el Mercado N°2 de Surquillo y varios automóviles se estacionan en los alrededores.
Alexandre Almeida, director de la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad de Lima, sostiene que antes de edificar los puentes –que según la comuna estarían listos a fines de noviembre–, se debió realizar una simulación del flujo vehicular para determinar los beneficios.

María Jara, gerenta de Transporte Urbano de la Municipalidad de Lima en la gestión de Susana Villarán, señala que la comuna debió realizar un estudio de planificación de toda Lima que concluya que la Vía Expresa es un punto estratégico y que la solución al problema del tráfico son esos dos puentes. “Los puentes son medidas aisladas, destinadas a privilegiar la circulación del auto privado cuando debió haberse priorizado el ordenamiento de la avenida Angamos con el retiro de combis”, recalca.

—Otros casos—
A casi tres meses de que termine la gestión de Castañeda, los vecinos de El Agustino, que viven en la margen izquierda del río Rímac, siguen esperando que la Municipalidad de Lima reconstruya el puente peatonal Solidaridad, que se cayó en marzo del 2017 porque sus estructuras se debilitaron ante la crecida del caudal del río ocasionado por el fenómeno de El Niño costero. En marzo, la contraloría detectó irregularidades en la edificación de esta estructura.

La falta del puente ha aislado a los vecinos de la cooperativa de vivienda Talavera, en El Agustino. El vecino Manuel Inga sostiene que los únicos beneficiados con este problema de comunicación son los mototaxistas que cobran S/5 para transportarlos hasta el extremo de San Juan de Lurigancho, donde recién pueden abordar micros y combis. Una fuente de la comuna de Lima aseguró que están a la espera de que la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios transfiera el dinero para que la municipalidad inicie el proceso de reconstrucción que tardaría más de seis meses.

Por otro lado, la Municipalidad de Lima declaró esta semana en emergencia el puente Del Ejército, en el Cercado de Lima, para realizar una serie de trabajos de prevención ante la posible crecida del río Rímac.

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