El Comercio acompañó al agente de la Policía de Salvataje, Russo, durante una jornada en las playas de Lima. (Carlos Hidalgo / El Comercio)
El Comercio acompañó al agente de la Policía de Salvataje, Russo, durante una jornada en las playas de Lima. (Carlos Hidalgo / El Comercio)
Renzo Giner Vásquez

Capaz de nadar más rápido que un adulto promedio y arrastrar hasta tres veces su peso en el agua, las playas de la Costa Verde son más seguras cuando Russo está en servicio. No se confunda, no estamos hablando de algún superhombre, ni siquiera de un humano, sino de un agente canino. Con ocho años de servicio, tres de ellos como salvavidas, Russo forma parte de la división canina en la Unidad de Salvataje de la Policía Nacional.

Y, aunque a golpe de vista parezca un juguetón labrador, cuando el deber llama, entra rápidamente al agua, nada hasta la víctima con una tabla salvavidas que lleva amarrada a su chaleco y regresa a toda velocidad hasta la orilla, donde su entrenador y compañero, el suboficial superior Arturo Nuñez del Carpio, aguarda para realizar los primeros auxilios.

“Patrullamos las playas de Agua Dulce, Las Sombrillas, Pescadores y Los Yuyos de 6 a 11 de la mañana. El año pasado gracias a Russo salvamos cuatro vidas en Agua Dulce”, explica Nuñez a El Comercio.

El entrenamiento de un perro salvavidas dura de dos a tres meses, tras haber pasado por una selección. Luego, se mantiene con una dieta de 800 gramos de alimentos balanceados en croquetas y mucha agua. Al día puede patrullar unas cuatro horas en playas de arena.

“Procuramos que sean de arena para que no dañe sus patas. El tiempo que lo hacemos depende de la temperatura, evitamos que el animal pueda sufrir de algún golpe de calor”, explica su entrenador. “Todas las medidas que tomo es para cuidarlo”.

- De servicio todo el año -
Cuando la temporada de verano (considerada desde octubre hasta abril, aproximadamente) concluye, Russo vuelve a sus funciones como detector de drogas.

“Vamos a los penales para realizar registros al ingreso y detectar si alguien porta drogas. También vamos de servicio al Congreso y a Palacio de Gobierno. Además, antes de que el Presidente de la República llegue a algún lugar este es inspeccionado por canes detectores de drogas y de explosivos, Russo es uno de ellos”, detalla Nuñez del Carpio.

Russo aún estará de servicio por al menos dos años más, antes de que se emita su baja y sea trasladado a Puente Piedra junto a otros agentes caninos retirados. La otra opción es que el superior Nuñez lo adopte. Él, por ahora, prefiere evitar el tema.

“Todavía no pensamos en eso, sino en la actividad en las playas, nos concentramos en rescatar víctimas”, asegura. “Este es un amigo que nunca te va a fallar. A veces uno viene un poco bajoneado, pero él te pone todas las pilas”.

Contenido sugerido

Contenido GEC