En Villa El Salvador hay viviendas que presentan inclinaciones por estar construidas sobre relleno. (Foto: Anthony Niño de Guzmán / El Comercio)
En Villa El Salvador hay viviendas que presentan inclinaciones por estar construidas sobre relleno. (Foto: Anthony Niño de Guzmán / El Comercio)

En un edificio de la calle Los Faisanes, en la urbanización Limatambo de Surquillo, las pelotas de los niños terminan rodando siempre hacia una misma esquina. Solo quienes viven aquí entienden por qué: el suelo de este inmueble no es plano, sino más bien una especie de rampa que los inquilinos ya están acostumbrados a subir o bajar cuando caminan por sus ambientes.

La construcción de cinco pisos comenzó a en el 2015 mientras la superficie se hundía al no soportar su propio peso. Fue edificado, junto a otras dos manzanas, sobre una cantera de basura y desmonte que décadas atrás el gobierno creó cuando construía la Vía Expresa del Paseo de la República. El nivel del edificio está unos 40 centímetros más abajo que el nivel original del suelo, y da la impresión de que pudiera ser tragado por la tierra en cualquier momento.

Leonor Montoya es una vecina que vive al frente de Limatambo desde la década de 1970. Ella recuerda cómo los primeros grupos de invasores comenzaron a aplanar y lotizar el relleno sanitario, que posteriormente fue saneado y legalizado por las gestiones municipales para que fuera urbanizado. En total, son cerca de 40 viviendas las que tienen grietas, inclinaciones o hundimientos. En este edificio de la calle Los Faisanes, las rejas, puertas y garajes están desencajados y ya no se pueden cerrar si no es con una cadena. El sistema de desagüe y tuberías ha colapsado varias veces, según algunos vecinos. El Centro de Estudios y Prevención de Desastres (Predes) indica que el primer sismo de más de 8 grados haría que se desplome.

Una fuente de la Municipalidad de Surquillo dice que estaría descartada una eventual reubicación de familias, al ser estas las que se asentaron sobre terrenos inseguros. En tanto, el Ministerio de Vivienda indicó a El Comercio que son las municipalidades las que regulan la zonificación de la ciudad y las que aprueban las licencias de construcción, por lo que en caso de encontrarse en zonas inadecuadas esta entidad debe exigir intervenciones que permitan reforzar los cimientos de la construcción.

—En detalle—
Limatambo es solo una de las –al menos– ocho zonas de Lima que presentan superficies inestables por haber sido urbanizadas sobre relleno sanitario, según el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), el Predes y el Colegio de Ingenieros del Perú.
Una de las más peligrosas es la zona conocida como El Montón: más de ocho manzanas situadas alrededor de la avenida Morales Duárez (Cercado). Este Diario constató allí que en algunos cortes del talud hay restos de plásticos y desmonte, que constituyen un suelo de mala calidad, no apto para construcciones, y viviendas en muy mal estado.

El sector Progreso (Carabayllo) también es una zona sujeta a hundimientos por el mismo motivo. Aquí ya han colapsado algunas casas, según el Ingemmet. En el sector Paraíso (Carabayllo), un colegio construido sobre un botadero de basura colapsó con el sismo del 15 de agosto del 2007. En Comas, varios inmuebles, entre ellos otro colegio, comenzaron a presentar grietas en marzo del 2013. Cantagallo, Limatambo y finalmente los asentamientos humanos Alberto Fujimori y Susana Higuchi, en Villa El Salvador, también forman parte de esta lista.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

—Situación inestable—
Una construcción sobre relleno sanitario podría compararse a un depósito de arena movediza, que parece licuarse por dentro lentamente. El ingeniero geólogo Juvenal Medina, uno de los expertos en gestión de riesgo de desastres más reconocidos del país, explica que la tierra bajo este tipo de suelo está en constante cambio por la descomposición de la materia orgánica e inorgánica.

“En un relleno sanitario, la materia orgánica, unida con la inorgánica, el agua y la humedad, hace que el suelo en la superficie experimente una transformación. Con los años, continúa compactándose y mezclándose, haciendo inestable toda construcción encima. Esta deformación de los suelos mal compactados, esponjosos, transmite a la vivienda una nueva deformación que termina por afectar la estructura y la cimentación”, dice.

El especialista también advierte que la descomposición de la materia orgánica hace que el suelo emane gases tóxicos (principalmente metano), que se acumulan bajo la superficie y ponen en peligro a la población ante un eventual incendio, y que pueden ser graves para la salud.

Fuentes del Ministerio de Vivienda aseguran que existen programas para reforzar casas construidas sobre relleno, pero solo aquellas de un piso de altura. La situación se complica cuando se trata de inmuebles con más pisos.

“La forma de poder participar en caso de construcciones de baja resistencia sísmica con un piso de altura es a través del programa de reforzamiento de viviendas. Para ello estamos actualizando el programa para poder intervenir no solo en zonas que cuenten con microzonificación sísmica, sino también donde podamos hacer análisis de suelo y con la evaluación de la construcción. Sin embargo, en construcciones de altura es más difícil la intervención por lo complejo y costoso que resultaría cada proceso de mejora”, dice la fuente.

Juvenal Medina es más optimista con el futuro de las edificaciones sobre relleno sanitario, pero de aquellas no mayores a dos pisos. Según el ingeniero geólogo, evaluando el nivel y el tiempo de deformación de una vivienda, el límite de la resistencia de materiales y la inclinación, una cimentación armada con vigas podría salvarlas.

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