(Foto: El Comercio)
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Angus Laurie

Hay una gran diferencia entre la calidad de los diferentes servicios de transporte público en Lima, entre el Metropolitano y los corredores complementarios y las rutas alimentadoras.

El Metropolitano, como un BRT (Bus Rapid Transit), es un sistema masivo, que va en carriles segregados. Los buses que usan los corredores y las rutas alimentadoras no circulan en carriles segregados, sino dentro del tránsito, compitiendo con las rutas tradicionales de buses y combis.

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Con el tráfico, demoran más en llegar a su paradero, afectando la eficiencia del sistema. Mientras las alimentadoras y los corredores complementarios representan una mejora al respecto de las rutas tradicionales, estas han recibido varias críticas.

Según El Comercio, la espera de un bus en los corredores complementarios puede llegar a ser de más de 30 minutos. Mientras los buses pasan llenos, los paraderos siguen acumulando gente, formando colas cada vez más largas.

En cambio, uno puede observar que en Santiago de Chile o Londres, la presencia de carriles dedicados solo para buses permite que el sistema funcione con mayor eficiencia, asegurando que las unidades puedan circular mejor, dando mayor capacidad al sistema.

Mejorar la calidad de las rutas alimentadoras del Metropolitano es una de las sugerencias de un nuevo estudio del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) que aconseja que estas rutas deberían mejorar el acceso al empleo en los barrios servidos por el sistema.
Según el estudio “A Rapid Road to Employment?”, desde el inicio del servicio del Metropolitano, los residentes que viven en un radio de 1,5 kilómetros de la línea han recibido un número de beneficios relacionados al acceso al empleo. Notablemente, las horas trabajadas han incrementado en 19%, la tasa de empleo en 3,9%, y el ingreso mensual en 32%, para los que viven en el radio de influencia. Sin embargo, el estudio encontró que las rutas alimentadoras no tienen un impacto en los residentes que viven en el radio de influencia.

El estudio resalta que los gastos en sistemas de BRT están justificados porque “aumentan la probabilidad de empleo, el acceso a empleos de mejor calidad y a mayores ingresos”.

En el caso de Lima, las rutas troncales del Metropolitano aparentemente han tenido un gran impacto. Queda claro que las rutas alimentadoras –y también incluiría los corredores complementarios– necesitan ser reforzadas, dándoles carriles aislados, un sistema de tarifa única y, como dice el estudio del BID, un aumento en la frecuencia de los buses, en los horarios de mayor servicio.

Por otro lado, si los corredores y rutas alimentadoras empiezan a funcionar mejor, el mismo Metropolitano tendría que ser reforzado con el fin de recibir una mayor demanda de pasajeros.

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