El León de Oro podría rugir en la Amazonía [VIDEO]
Enrique Planas

Ambos son responsables de introducir al público que asiste a la Bienal de Venecia en un camino serpenteante y denso. Jean Pierre Crousse y Sandra Barclay son los curadores del pabellón del Perú, el cual ofrece la experiencia de conocer virtualmente los rigores de la Amazonía, las duras condiciones que enfrentan los escolares y, por fin, cómo la arquitectura, a través del diseño de cientos de módulos educativos, puede mejorar la calidad de vida de los estudiantes y de su comunidad entera.

El Plan Selva, iniciativa de nuestro Ministerio de Educación, se ha convertido en una de las exposiciones de referencia en esta bienal. Prueba de ello la da el interés de los medios internacionales, curadores y expertos que lo recorren antes de su apertura al público general, este sábado. Para el comisario peruano José Orrego, vista la coherencia y el impacto de la exposición nacional, nunca el Perú ha estado más cerca del premio León de Oro.

Entretanto, Crousse y Barclay explican a todo el que lo solicite los alcances de este proyecto diseñado por un colectivo de jóvenes arquitectos egresados de la Universidad Católica. Cerca a ellos, una niña intenta construir su propia escuela, armándola con las piezas que propone un juego colocado al centro de la exposición. Al ver a adultos y niños tan concentrados, uno entiende que el objetivo de esta exposición ha sido cumplido: proponer, en palabras de Sandra Barclay, una experiencia sensorial. “Una vez que has recorrido tantas exposiciones, las que más quedarán en tu memoria son aquellas que te dieron ese tipo de experiencia”, afirma la curadora.

Para Crousse, la propuesta peruana, que comparte la segunda planta de un edificio de la sección Arsenale junto con Sudáfrica, Turquía y Tailandia, ha asumido fielmente la propuesta del chileno Alejandro Aravena, curador general de la bienal, quien ha pedido a los participantes incidir en una arquitectura enfocada en mejorar la calidad de vida de la gente.

—Es impresionante la cantidad de problemas sociales en países tan diferentes analizados desde la arquitectura en esta bienal. ¿Creen que la obsesión por la arquitectura de autor o el arquitecto estrella, tan presentes en bienales anteriores, ha pasado a un segundo plano?

Jean Pierre Crousse: Por supuesto. La apuesta de Aravena es ir a contracorriente con lo que ha sido el ‘mainstream’ arquitectónico que gira en torno de las grandes estrellas. A raíz de la crisis mundial, hay una nueva mirada al quehacer arquitectónico que se ha enfocado en Latinoamérica, lugar donde siempre se ha actuado en condiciones de crisis y por ello el resto del mundo puede aprender de ella. Hay una corriente mundial que dice que en Latinoamérica está pasando algo interesante. Esta bienal muestra que el cambio que se necesita no pasa por el estrellato ni por las obras llamativas.

Sandra Barclay: El cambio no pasa por el objeto, sino más bien por el sentido que tenga la propuesta. La forma o la calidad estética no son ahora los parámetros, sino su capacidad de transformación social.

—¿Fue la crisis económica lo que ha hecho ver a los europeos el sinsentido de los grandes proyectos?

JPC: La crisis ha sido un detonante. Les ha hecho ver que allí no está el verdadero cambio. El mensaje que ha podido transmitir Latinoamérica es que, con pocos recursos, bien usados, se puede cambiar mucho. La tecnología ha llegado a un punto tal que prácticamente todo es posible. Vemos los edificios en China, en Dubái, donde puede hacerse cualquier forma. Finalmente, en un mundo en el que todo vale, hay quienes empiezan a decir que no todo tiene el mismo valor. ¿Y dónde podemos encontrar ese valor? En el sentido que le puedes dar a una acción arquitectónica.

SB: Finalmente, con este enfoque esta bienal busca reforzar estos principios. Racionalizarlo todo y darles un mayor impulso.

JPC: veamos qué pasa en el mundo. Al final, estas acciones no son mediáticas. No aparecen en los periódicos, las revistas o los libros. Resultan opuestas al ‘star system’. Lo que Alejandro ha querido hacer es visibilizarlas.

—¿Cómo sienten la competencia por el León de Oro?

JPC: Como buenos arquitectos, como pasa siempre que envías un proyecto, estás convencido de que vas a ganar [ríe].

SB: Y aquí, de los 60 participantes, todos estamos convencidos de ello. Hay una gran camaradería.

JPC: Todos sabemos que un premio es, por un lado, algo muy subjetivo y, por otro, político. Lo que puedo decir es que el Perú ha hecho todo lo mejor posible. Más que ganar el León de Oro, el gran premio es que el Plan Selva apareció en el mapa. Se conoce y se discute.

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