ÓSCAR BERMEO OCAÑA

El jueves 22 de agosto, el largometraje de Javier Corcuera “Sigo siendo” entró a la cartelera comercial y se hizo un espacio entre los filmes hollywoodenses “Los Pitufos 2”, “El conjuro” y “Percy Jackson y el mar de los monstruos”.

Una apuesta inusual en nuestro medio para un documental, el cual ya se había ganado el respeto del público y la crítica en el último Festival de Cine de Lima. Luego de llenar las salas en su primera semana de exhibición, los protagonistas del trabajo que revalora nuestras raíces musicales reflexionan sobre la repercusión generada.

“En estos días me ha llamado mucha gente para decirme que se han sentido identificados con la cinta”, refiere emocionado el percusionista Lalo Izquierdo.

“En las redes sociales hay bastante entusiasmo por ver la película en el exterior. Ojalá este trabajo siga siendo un ente transmisor de lo que hacemos y quede como mensaje para las nuevas generaciones”, anota el violinista ayacuchano Andrés “Chimango” Lares.

Estamos en una sesión fotográfica con los protagonistas y abundan las risas. La alegría parece ser el lenguaje que se esparce entre todos. Javier Corcuera, director de “Sigo siendo”, considera que las expectativas se van cumpliendo. “Estoy agradecido con el público. Esto comprueba que existe gente que desea ver el cine popular sobre un país oculto, un país que difícilmente lleva su arte a medios masivos. Presentar documentales no debería ser un desafío en nuestra cartelera”, anota el realizador.

La cinta rescata la música de los pueblos del Perú, usando como hilo conductor la magia del agua, desde la Amazonía hasta el mar. A manera de metáforas, las historias de vida se van recreando en la pantalla. “Siento que José María Arguedas está presente en todo el filme. La película está llena de esperanza y poesía porque nuestros artistas están llenos de ello. Un país que canta, a pesar de todo, es un país que sueña”, anota Corcuera.

Victoria Villalobos, cantante criolla, asiente y precisa que “Sigo siendo” es una oportunidad para encontrarse con diversas expresiones culturales, históricamente desvinculadas y subestimadas. “Tenemos muchas razas, lenguajes diversos, que con el tiempo se han ignorado. Aquí volvemos a abrazarnos”.

Javier incide en el respeto a nuestra diversidad cultural. “Somos muchas patrias”, añade. Y a continuación habla del supuesto “boom” musical que tomaría la posta del gastronómico. “Ya existe un “boom” musical, solo que está oculto. Esta película intenta ponerlo en la pantalla. Es una cinta de música popular, es una cinta para el pueblo”, dice con convicción.

Los músicos están inquietos, quieren expresarse de un modo más transparente, espontáneo y natural. Entonces, los discursos ceden paso a los acordes, las voces y los bailes. Es la misma celebración que invade nuestras salas de cine.