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"Sierra Burgess es una loser"
Redacción EC

, se dice frente a la espejo la protagonista de "Sierra Burgess es una loser" y casi se podría decir lo mismo de la película original de

Una comedia romántica ambientada en la escuela secundaria, terreno fértil para el drama que la plataforma de streaming ya visitó con éxito en "El stand de los besos" y la reciente "A todos los chicos de los que me enamoré" con la que la nueva película comparte al joven galán y nueva sensación de Hollywood, Noah Centineo y el ambiente escolar pero no mucho más. Porque aquí se eluden prejuicios, clichés y recursos narrativos ya probados al infinito para contar una historia conmovedora, original y muy entretenida sobre la chica que en otro film sería la mejor amiga de la protagonista. 

Y de hecho, lo fue. Es que Sierra, la estudiante del último año del secundario inteligente y sensible es interpretada por Shannon Purser, la adorada Barb de "Stranger Things" cuya desaparición del mapa en aquella ficción inició una especie de fenómeno entre sus fans. Un furor en las redes que le consiguió a Purser más protagonismo que la historia de los hermanos Duffer habían imaginado para su personaje.

En el caso de "Sierra Burgess es una loser" el protagonismo de Purser no sólo es merecido sino indiscutido. Así lo plantea el guion de Lindsey Beer que toma como inspiración la historia de Cyrano de Bergerac para construir una comedia romántica que le otorga nueva vida y futuro al género. Así, por una serie de casualidades y causalidades el teléfono de Sierra llega a las manos de Jamey (Centineo), un deportista con sensibilidad de poeta de una escuela cercana que cree estar intercambiando mensajes con Verónica, la chica más linda del colegio de Sierra. Esa que para burlarse de la protagonista la llama Frodo y que como respuesta recibe una lección en literatura fantástica cuando Sierra le explica que en realidad la está queriendo comparar con Cuasimodo.

Porque así es Sierra y así es esta película que como sucedía con La verdad sobre perros y gatos (1996), en la que los protagonistas se enamoraban a través de largas conversaciones telefónicas, logra armar un lazo entre los protagonistas tan natural como delicado. Y, de paso, revierte saludablemente las expectativas sobre belleza física, inteligencia y la autoestima para todos sus personajes y no solo para esa magnífica criatura que tiene como protagonista.

(Fuente: LA NACIÓN / GDA)

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