Muchos de los escritores que apoyaron la revolución de Fidel Castro y compañía luego le dieron la espalda al régimen. (Foto: AFP)
Muchos de los escritores que apoyaron la revolución de Fidel Castro y compañía luego le dieron la espalda al régimen. (Foto: AFP)

Ahora que muri Fidel Castro y que con l, dicen, muri el siglo XX, habra que preguntarse si el XXI engendrar personajes tan literarios como l. Literarios en todo el sentido de la palabra. Porque Castro fue tan intenso y contradictorio que seguramente sus biografas autorizadas y no autorizadas seguirn escribindose. Pero Castro no solo vivi como personaje, sino que fue un creador y un destructor de literatura.

Castro cre literatura desde los grmenes de su levantamiento: supo rodearse de un buen nmero de intelectuales y pensadores que le dieron forma a la revolucin. l era, en s mismo, un huracn verbal, un encantador que, habano en mano, reciba en la isla a Ernest Hemingway, a Jean-Paul Sartre y a Simone de Beauvoir, entre otras figuras fascinadas con su fiereza para oponerse al imperio.

Cuba tuvo a escritores fieles hasta la muerte al rgimen como Alejo Carpentier o Nicols Guilln, personajes que equilibraban su indiscutible talento literario con funciones gubernamentales. Y tambin est el boom latinoamericano, un fenmeno que, en buena parte, se fund gracias a la onda expansiva del entusiasmo inicial por la revolucin. Sus plumas ms representativas abrazaron esa rabia de izquierda y la plasmaron en su extraa mezcla de consternacin sociopoltica y sueos mgicos.

El boom hizo crack

En pocos aos ese entusiasmo se convirti en decepcin. Hubo un punto de quiebre con el caso de Heberto Padilla, poeta que, como muchos otros, apoy al gobierno cubano en sus inicios, pero que expres su posterior desencanto en Fuera del juego, una obra en la que lanzaba su grito contra la opresin que ya comenzaba a cernirse sobre el pas. Los poetas cubanos ya no suean/ (ni siquiera en la noche), deca cuando la revolucin an no cumpla ni una dcada.

El caso Padilla alcanz su pico cuando el poeta fue encarcelado, aparentemente torturado y luego liberado antes de presentarse en un acto pblico en el que se mostraba arrepentido de su pensamiento y se autoinculpaba por traicionar a la revolucin. Esa pantomima provoc tal rechazo que la intelectualidad mundial comenz su divisin. Del boom, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes firmaron una carta de reclamo contra Castro y el rgimen. En cambio, Garca Mrquez amigo eterno de Fidel se neg a suscribirla. Al menos ideolgicamente, el movimiento comenzaba a disolverse.

Dentro de la misma Cuba, la literatura con toda su historia de censura y atropellos tampoco sera la misma. La encarnaba Jos Lezama Lima, muerto en el silencio y el ostracismo. La encarnaba tambin un Guillermo Cabrera Infante en el exilio: por fuera, blandiendo un humor mordaz que enfureca a los poderosos; por dentro, sumido en la angustia y la amargura. Su libro pstumo Mapa dibujado por un espa desnuda ese rostro de desaliento, de triste tigre, alejado de sus habituales experimentaciones lingsticas.

Y hubo otros no solo perseguidos por sus letras, sino por sus vidas ntimas. All estn Severo Sarduy, Virgilio Piera, Reinaldo Arenas, homosexuales los tres, y por eso insoportables para un rgimen castrista y castrante. La famosa nota de suicidio de Arenas todava se lee con voz cortada. Cuba ser libre. Yo ya lo soy, escribi antes de ahogarse en barbitricos.

Letras que gritan

En adelante, la literatura cubana ha sido notable y profusa, acaso por las contradicciones del rgimen de Castro: empecinado en otorgarles educacin y cultura de calidad a sus nios, les abra la mente a nuevas ideas; empecinado tambin en perpetuarse en el poder, callaba a sus voces ms fuertes. Si algo recorre las obras de Leonardo Padura, de Pedro Juan Gutirrez o de Wendy Guerra, es la desazn por lo que pudo ser, el sueo de un cambio irrealizado. Habamos luchado por una utopa. Y la utopa se fue al carajo y nunca ms se ha recuperado, ha dicho Gutirrez.

Tampoco hay que olvidar que la literatura cubana tambin tendra que rastrearse entre aquellos libros que no pudieron publicarse o los que nunca llegaron a escribirse. Porque incluso en sus letras, la Cuba de Fidel Castro fue siempre una cruel y compleja paradoja.

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LIBROS RECOMENDADOS

Antes que anochezca Cruda autobiografa del poeta y narrador Reinaldo Arenas, perseguido por su oposicin al rgimen y por su homosexualidad. Se suicid en 1990.

Persona non grata El chileno Jorge Edwards escribe esta novela sin ficcin sobre sus aos como diplomtico en Cuba. Un relato sobre su decepcin ante el gobierno castrista.

Mapa dibujado por un espa Guillermo Cabrera Infante narra los das de su regreso a Cuba por la muerte de su madre y sus dificultades para salir del pas. Un relato pstumo y sombro.

El hombre que amaba a los perros Partiendo de la revolucin rusa y la vida en el exilio de Trotski, Leonardo Padura traza una obra maestra sobre la historia contempornea de Cuba.

Todos se van La protagonista lter ego de su autora, Wendy Guerra cuenta en su diario personal las vicisitudes de su infancia y adolescencia en la Cuba entre los aos 70 y 90.

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