En el mundo del espectáculo hacerse conocido y que la gente hable de ti tiene una fórmula segura, aunque poco elegante. Estrellas como Miley Cyrus abusan de las polémicas- y las fotos sugerentes- para mantener a sus fans cerca de ellos, al menos virtualmente. Otras, como Katy Perry, prefieren ser menos polémicas, aunque no por ello se ponen más ropa en sus videoclips.

Un caso fuera de lo común es el de Lorde, una joven neozelandesa de solo 16 años, cuya canción Royals lleva tres semanas como número 1 de la lista Hot 100 de Billboard. Es decir, ha triunfado por encima de famosas cantantes como las antes mencionadas, quienes acaparan la prensa de espectáculo día tras día.

Ella Yelich-OConnor, como se llama en realidad, es hija de un ingeniero civil y una ama de casa. El primer peldaño de su camino al éxito se dio cuando tenía 13 años y se presentó a una audición escolar organizada por un cazatalentos. Su talento fue tal que apenas un año después ya tenía un contrato con el sello discográfico Universal.

Lo que vinos después fue una avalancha de buenas noticias: participar en un festival importante de Australia, aparecer en el programa Late Night with Jimmy Fallon y formar parte de la banda sonora de “Los juegos del hambre” con una versión de Everybody Wants to Rule the World de Tears for Fears, entre otros sucesos que marcaron la escalada del éxito de su carrera.

Lorde tiene ya un álbum discográfico, el cual lanzó en setiembre de este año, llamado Pure Heroine.

JOVEN PESE A TODO Aunque le ha sacado el juego a su apuesta por lo discreto y netamente musical, no ha sido totalmente a las polémicas, aunque estas se cuenten con los dedos de una mano.

Por ejemplo, una vez criticó a Selena Gómez por su tema “Come Get It”. Dijo que “como feminista”, su canción “me pone enferma por cómo retrata a las mujeres”.

La ex enamorada de Justin Bieber reaccionó retirando su cover de “Royals” de su gira, lo que provocó una disculpa de la neozelandesa. En una carta publicada en Tumblr, afirmó que le gustaría que sus cantantes favoritas no pareciesen perfectas porque creo que sus fans (entre los que me incluyo) llegamos a sentir que no valemos nada (…) Básicamente, ésta es una disculpa por no pensar demasiado antes de hablar. Paz.

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