ÓSCAR BERMEO OCAÑA

El músico de cabellera caprichosa ha intensificado sus visitas en los últimos años. Fito Páez parece sentirse obligado a no alejarse mucho tiempo de Lima. Esta noche, la locación no será un estadio ni un coliseo. Esta vez, el intérprete de Mariposa tecnicolor nos tiene preparado un show íntimo. Él, el público y su piano.

A través de una comunicación electrónica, el artista argentino se da un tiempo para contarnos cómo se siente. Apenas el último fin de semana participó en un festival que recaudó fondos para apoyar a los damnificados de la tragedia ocurrida en Rosario, su ciudad natal, un mes atrás. El concierto fue hermoso. La gente respondió de una manera increíble y muchos artistas se han sumado de una manera emocionante, refiere.

Fito llega con entusiasmo a Lima. Además, habrá tiempo para reencontrarse con un viejo amigo en el escenario.

Vuelves solo con tu piano, formato que vienes desarrollando desde hace algunos años. ¿Cómo nació la idea de los shows solitarios? Durante muchos años tuve planes de salir de gira solo con el piano, hasta que grabé un disco con el maestro Gerardo Gandini y terminé de darle forma al formato. Son varios años y la experiencia es buenísima. La semana pasada estuve en Montevideo y es maravilloso lo que sucede con el público.

¿El piano es tu instrumento preferido? Diría que sí, el piano es el instrumento para mí.

Sin descargas eléctricas, ¿es más difícil transmitir la adrenalina al público? La adrenalina se genera con la música y con las canciones. La música es algo sagrado, y ese encuentro entre ella y la gente es un misterio. No hay una fórmula para generar lo que se genera con el público.

Suele estar Chabuca Granda en tu repertorio. ¿Cuánto influenció la compositora peruana en tu obra? Chabuca es uno de los más grandes tesoros del Perú y América. Es una joya y siempre es hermoso interpretarla.

¿Qué sensaciones te vienen de reencontrarte con Lucho González en este show? Lucho es un colega, un amigo y es uno de los guitarristas más grandes de la historia. ¿Qué me genera? Una enorme alegría y el deseo de celebrar la música con él.

¿Cuál será el repertorio esta noche? La lista de temas de los conciertos solo al piano, son un juego, me gusta armarlo sobre la hora, y siempre hay sorpresas para el público y para mí. Lo que puedo adelantar es que habrá canciones de todas las épocas y seguro alguna perla de Chabuca.

Describiste El sacrificio, tu último disco de estudio, como tu álbum más oscuro, ¿por qué? Es un disco de canciones que fueron hechas en los últimos 15 años y son canciones oscuras, es verdad, es un disco que me costó mucho editar ya que fue quedando guardado y por fin este año pudimos editar.

Tu primera novela, La puta diabla, parece que tuviera ciertos matices autobiográficos. En la publicación se menciona a un artista que atraviesa diversos conflictos, ¿cuánto influyeron tus vivencias en tu obra literaria? Es una novela, y justamente lo divertido es que todos intentan encontrar allí la historia de mi vida. Hay de todo en la novela, pero no es mi biografía.

¿En el futuro te ves más abocado a los libros que a la música? Me veo haciendo música y me veo escribiendo,… lo que pasa es que antes escribí guiones de películas y ahora un libro, esa es la única diferencia. Siempre estoy escribiendo y siempre estoy haciendo música.

Es común verte con Charly García en conciertos. ¿Cuántas similitudes encuentras entre tu carrera y la de Charly? No me gusta hablar de carreras… me suena a que estamos corriendo detrás de algo… y eso no es así, los dos estamos haciendo música siempre.

Charly es el gran maestro de la música popular de este continente y del mundo, te diría, junto con Spinetta y Litto Nebbia, son tres grandes que hay que seguir, estudiar y escuchar.