Justin Bieber en Lima: nuestra crónica de lo que fue su show
Justin Bieber en Lima: nuestra crónica de lo que fue su show

Son las 8:57 de la noche en Lima. Las luces se apagan en el Estadio Nacional y el grito ensordecedor de los miles de fanáticos presentes nos recuerdan que el Purpose World Tour de ha llegado para dejar huella. Tras una auspiciosa presentación de los nacionales King Lotus (y sus vocalistas invitados: Marié, Lucas Torres, Rodolfo Cáceres, entre otros), es turno del cantante que debutó en escenarios peruanos cuando todavía era un adolescente y hoy, seis años después, busca consolidarse como algo más que una fugaz estrella en el mundo del pop.

La precisión horaria es para destacar. Dijeron 9 p.m. y así fue. Encerrado en una especie de caja acrílica, Justin Bieber aparece ante el público limeño. El volumen sube al máximo, pero no hablamos de la música, sino de los decibeles de la histeria colectiva. El show inicia con "Mark My Words" y continúa con el hit "Where Are Ü Now", que es cantado por las cerca de 30 mil almas que están reunidas en el recinto.

El Nacional acoge en este concierto a una gran variedad de público. Padres, que cada vez que el canadiense recorre la inmensa pasarela que le permite acercarse a varios grupos de fans, cargan a sus hijas en hombros. Fans que graban todo el show para que el recuerdo sea para siempre.

Fuegos artificiales acompañan la presentación de Justin Bieber en Lima, quien no ha escatimado en recursos para ofrecer un show visualmente impresionante. Luces láser, pantallas enormes al lado del escenario (más de 300 metros cuadrados de LED, según informó la producción). Todo parece bien armado para que Justin se encuentre cómodo, en su hábitat. El elenco de Bieber se desplaza por toda la pasarela: siguen al ídolo juvenil, bailan a su lado. Él parece no inmutarse, así como cuando canta -todos lo oímos- pero el canadiense no tiene problemas en disimular el uso de playback en algunas canciones. A pocos parece importarle, el griterío y la música siguen.

"Gracias por estar aquí esta noche, aun cuando podrían estar en otro lugar", se anima a decir el cantante en su primera interacción con sus seguidores.

Sentado en un mueble, Justin ensaya un momento íntimo con el público: toma la guitarra y entona versiones acústicas de sus temas, esta vez sin necesidad de pistas de fondo. Cada frase del cantante genera gritos. Ya no es importante lo que diga, solo que cante, así suene más fuerte la réplica de sus fans. Es momento de "Love Yourself", una de las más coreadas de la noche.

Abrigado por una polera ploma que señala el nombre del tour que lo está llevando alrededor del mundo, Justin Bieber continúa su andar por el escenario. Van sonando temas como "Been you", "Company" y "No Sense". La interacción es mínima. Casi ni se necesita, total, las fanáticas ya fueron conquistadas por el canadiense. Un baile, un solo de batería, un mensaje opacado por el griterío. Todo transcurre muy rápido y sin pausas.

La consolidación -o madurez- de Bieber llegó con , acompañado de la modernidad de los ritmos de hoy. Aún así, el disco no logra alejar del artista la imagen de cantante para un público juvenil. Los 23 años del canadiense, son quizá el principal indicador de la flojera que pareciera mostrar al bailar, el desgano, el playback. Aunque esto -ya lo dijimos- poco parece importarle a quienes se han dado cita en el Estadio Nacional.

El concierto va llegando a su fin, no sin antes escuchar algunos otros hits. Se dejan oír los temas "Let Me Love You", "What Do You Mean?" y "Baby", quizá el tema por el cual Justin es hoy lo que es: una megaestrella de la música, con conciertos en todo el año y llenos totales en estadios de todo el mundo.

Justin se despide como si el show hubiese terminado, las fans gritan porque saben que esto no acaba aquí. El canadiense, su banda y su elenco de baile regresan al escenario. Suenan las notas de "Sorry" mientras Bieber canta y baila en la pasarela. Pirotecnia, luces que iluminan todas las tribunas del estadio y listo. Fin de fiesta. Justin Bieber se despide pero esta vez para no volver. Por lo menos hoy.

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