Tom Petty
Tom Petty
Czar Gutiérrez

Resulta por lo menos cruel que la vida del líder de Los Rompecorazones haya sido castigada con un ataque cardíaco. Irónico que precisamente , el iconoclasta cuya voz te desgarra el pecho, haya sido hallado inconsciente, súbitamente sin pulso ni respiración en su casa de Malibú. Sobre todo si consideramos que hace exactamente una semana había tocado ante unas 50 mil personas en el Hollywood Bowl de Los Ángeles durante las tres noches que rubricaron su gira de verano, en un tour que celebraba los 40 años de la banda.

Antes de tocar, le dijo a la revista “Rolling Stone” que si bien este era su último viaje por Estados Unidos, él no tenía la más mínima intención de dejar de tocar. Pero también dijo: “Ya estamos todos en la parte trasera de los 60 años. Tengo una nieta ahora y me gustaría verla lo más que pueda. No quiero pasarme la vida en la carretera”.

ASFALTO CRUDO

Allí, precisamente en la carretera, fue donde estuvo desde el principio. “Todos los chicos malos están de pie en las sombras / y las chicas buenas están en casa con el corazón roto”, escribió una tarde mirando Mulholland Drive, la autopista que zigzaguea las colinas de Hollywood y que Lynch convirtiera en el enigma más hipnótico del celuloide. Ya convertida en el primer surco de “Full Moon Fever” (1989), “Free Fallin” devendría en el símbolo radiable más potente de su época.Pero, ciertamente, los primeros devaneos musicales de Thomas Earl Petty, oriundo de Gainesville, Florida, provinieron de los inicios de los setenta en colectivos como The Sundowners, The Epics y Mudcrutch, probablemente formados a la sombra de Bo Diddley, otro ícono de Gainesville, pionero en el cruce del blues con el rock ’n’ roll.
Disco de oro con su segundo LP “You're Gonna Get It!” (1978), y platino al año siguiente con “Damn the Torpedoes” (1979), su primer pináculo verdadero llegaría cuando Dylan lo invitó a telonear su gira True Confessions entre 1986 y 1987. De hecho, su siguiente disco, “Let Me Up (I've Had Enough)”, es un manifiesto de la influencia del ahora Nobel de Literatura.

Un segundo hito serían los Traveling Wilburys, fundados a finales de los 80 con ilustres tipo George Harrison, Jeff Lynne, Dylan y Roy Orbison, cuya muerte ensombrecería la lluvia de meteoros que generaba cada lanzamiento del colectivo. Pero el deceso de los Traveling marcaría precisamente a Petty cuando graba con ellos “Into the Great Wide Open” (1991), magnífico adiós para un sonido residual.

VUELO LIBRE

“American Girl”, “Refugee”, “The Waiting”, “Room at the Top”, “Southern Accents”, “Wake Up Time” y una veintena de éxitos absolutos en 13 discos colectivos y 3 en solitario. Ochenta millones de esféricos vendidos siempre despreocuparon a Tom Petty, quien ganó además tres premios Grammy. El premio MTV a Video de Vanguardia también le hace justicia a su trascendencia en un planeta poblado de preseas fútiles: sus videoclips son verdaderas obras de arte. Ser el puente que conecta el planeta Elvis con el country y los de Liverpool es algo que solo pudo lograr el extraño de pelo largo, un músico capaz de crear un sonido absolutamente distintivo adherido al sello de su voz. En el camino, batallas legales perdidas contra las discográficas, excesos con los ansiolíticos, la rotura de una mano por no dar la nota en “Rebel”, su amistad inmortal con Stevie Nicks y Jeff Lynne.

“Cayendo libre, ahora estoy / ¿quieres escribir su nombre en el cielo? / quiero caída libre hacia nada / oh, voy a salir de esto, de este mundo por un tiempo”, canta en el tema que le dio celebridad mundial a los 37 años. La flecha de su guitarra nos acaba de atravesar el corazón.

DISCOGRAFÍA ESENCIAL

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