Lucho Sandoval y Fernando Luque, protagonistas de la obra "El amo Harold y los muchachos". (Foto: Nancy Chappell/ El Comercio)
Lucho Sandoval y Fernando Luque, protagonistas de la obra "El amo Harold y los muchachos". (Foto: Nancy Chappell/ El Comercio)

Todo sucede dentro del saln de t del parque Saint George. Sam es el criado del joven Hally, sobre quien ejerce cierta influencia paternal, y Willie, el criado ms joven, trapea el piso ensayando los pasos de foxtrot, con los que buscar imponerse en el concurso de bailes de saln que se avecina. All afuera, el apartheid le da forma a un mundo gobernado por una minora blanca que somete a la mayora negra. Son los aos 50 del siglo pasado, y el racismo y su violencia programan las mentes de quienes viven bajo el rgimen. A pesar de que hay ideales progresistas de cambio entre algunos, el colonialismo impone sus reglas. Esta historia del dramaturgo sudafricano Athol Fugard ocurre en un da de lluvia, y la armoniosa rutina al interior del saln podra verse sacudida por la tormenta.

Cuando hace aos el cineasta Adrin Saba ley El amo Harold y los muchachos, conect con el texto de una manera profunda. Se convirti en su nico proyecto teatral que, tras aos de espera, lleva ahora a la escena del teatro La Plaza. Para m, lo ms importante era ver a esos tres seres humanos sobre el escenario, seala, destacando la notable profundidad de los personajes de Fugard, interpretados en su montaje por Fernando Luque, Lucho Sandoval y Alejandro Villagmez. Terminado el ensayo buscamos un saln de t en Larcomar e iniciamos con todo el equipo esta conversacin.

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Londres, 1973. El autor y director teatral Athol Fugard y los actores sudafricanos John Kani y Winston Ntshona.

El amo Harold y sus muchachos es, entre otras cosas, un gran despliegue para la actuacin

Fernando Luque: Adrin nos dio mucha libertad para proponer. Nos basamos en buscar la verdad en la escena. Pude prescindir de algunas cosas tcnicas de mi formacin de actor, y fue gratificante. Generalmente siempre mantengo un armazn tcnico para trabajar y sentirme seguro. Como esta es una obra tan realista, me permita estar en el escenario, sin preocuparme, sin pensar qu hacer.

Lucho Sandoval: Para m fue un gran reto porque me he confrontado con mi pasado de actor del Tercer Teatro. Le dije a Adrin que quera decir simplemente mi texto, y que este vaya entrando dentro de m sin pretensin de ponerle una intencin a priori. Ese ha sido el proceso, y para m es nuevo. Algo diferente a lo que he venido haciendo desde hace 25 aos.

Adrin Saba: Es importante que el actor se escuche, no decir nada antes de haber escuchar al otro, siempre preguntarse por todo. Y tambin tuvimos ensayos particulares, como por ejemplo ir a volar una cometa a la Costa Verde.

Una cometa?

Adrin Saba: [Re] Lo hermoso fue que Lucho recordaba cmo construir cometas. No solo la llevamos a volar, sino que la fabricamos.

Quiero entenderlo bien. Se fueron a volar cometas para ensayar?

Adrin Saba: S, para que cuando Hally pueda contar la historia de cmo aprendi a volar una cometa acompaado por Sam, tenga un recuerdo de verdad. Fue hermoso ese da!

Ninguno de ustedes haba volado antes una cometa?

Fernando Luque: [Re] Cuando lo deca en el texto, lo deca como cualquier cosa. Pero cuando hicimos ese ensayo en la Costa Verde, cuando tu cuerpo sabe lo que es volar, luego ir al escenario y decirlo, resulta distinto.

Adrin Saba: Vea la cometa y me deca que no iba a volar. Y la primera vez, efectivamente, fue un desastre. Pero la volvieron a construir y vol. All hay un sentimiento que qued para la obra.

Cun cerca sienten una obra sobre el apartheid en Sudfrica de la realidad local?

Lucho Sandoval: Para m, como afrodescendiente, siento que todava vivimos como en el apartheid. En la obra, el personaje de Hally es un nio que mantiene una relacin cordial con los sirvientes negros, pero es parte del sistema. Su forma de pensar y sentir son parte de lo que significaba el apartheid.

Adrin Saba: El contexto de la obra puede parecer distante, pero resulta muy prximo cuando vemos cun indiferentes somos con la situacin de las empleadas cama adentro o del muro que divide Pamplona Alta de Casuarinas. Han pasado aos del apartheid y aqu las cosas no parecen haber cambiado del todo.

Fernando Luque: Si bien en el papel se reconocen los derechos de todos, el problema de la discriminacin racial sigue afectndonos porque es un problema diseminado en el cuerpo social de manera muy sutil, estancado en nuestra cultura. Pueden haber millones de leyes, pero mientras el individuo no las interiorice, se seguirn reproduciendo las conductas nocivas. Esta obra te las pone delante, en la piel de un chico con el que puedes identificarte perfectamente. El personaje que yo interpreto es un chico inteligente y progresista que desea cambiar las cosas, pero carga con esta conducta racista.

Tu personaje evidencia que los buenos propsitos intelectuales pueden contaminarse por los prejuicios atvicos. Cmo generar cambios sociales cuando nuestros prejuicios son un lastre?

Fernando Luque: La ley llega antes de que el humano la interiorice. De alguna manera, en el Per se cumple con tener el marco legal, cada vez son ms las leyes que judicializan expresiones de racismo. Pero luego hay que impulsar un trabajo cultural, que haga reflexionar a los individuos.

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Fernando Luque (con saco verde), Lucho Sandoval y Alejandro Villagmez (al fondo) en escena.

La obra presenta diferentes problemticas sociales: el colonialismo, el racismo e incluso la violencia familiar

Lucho Sandoval: En nuestra sociedad hemos aceptado convivir con la violencia. Por ello nos resulta difcil percatarnos de ella, identificarla. Uno mismo comienza a asumir que las situaciones de racismo, la discriminacin por sexo o la violencia familiar son parte de la normalidad. Y eso la obra nos lo pone frente a los ojos.

Adrin Saba: A m me encanta el personaje de Hally porque tiene un enorme potencial. Es sensible, talentoso, irreverente, pero a la vez destructivo. Tiene dos caminos: ser un gran villano o una gran persona. T ves de dnde parte su intolerancia: de sus propias frustraciones. En su caso, nacen del odio que siente por su padre, un invlido alcohlico a quien no ha sabido perdonar. An es un nio, no tiene la sabidura de vida que s tiene Sam, el criado.

Fernando Luque: Creo que lo primero que debemos enfrentar para combatir el racismo es a nosotros mismos. Por ejemplo, hay una parte de la obra en la que Hally saca todos sus demonios e insulta sin piedad a Sam. Y Sam le responde: A quien debera insultar no es a m, sino a su padre. Pero prefiere escudarse en su piel blanca. Claro, lo que est haciendo Hally es proyectar en Sam su odio contra su padre. Y lo hace porque tiene la excusa de que es negro. En ese momento, el muchacho revela que vive en una cultura que desprecia a los negros, tiene la excusa de apelar a eso para desplegar su odio. Pero su odio no tiene nada que ver con el color de piel de quien tiene delante, sino con un asunto familiar. Eso te dice que enfrentarte a tus propios demonios es un trabajo arduo. Pero eso sera un buen inicio.

Alejandro Villagmez: En el caso de Willie, mi personaje, es algo que hablbamos en los ensayos. l agrede a su esposa porque es el mismo trato que l ha recibido. l nunca tuvo una educacin amable, solo ha recibido agresiones.

Adrin Saba: Willie tambin es un personaje frustrado. Es poco inteligente, seguramente es el punto de burla del barrio. Si Sam, que tanto lo quiere, se burla de l, imaginmonos cmo lo tratan los dems. Entonces solo conoce la agresin como respuesta. Es como le dice Sam cuando le ensea a bailar sin tropiezos: Vivimos en un mundo de colisiones: t te chocas conmigo, yo contigo, o Estados Unidos con Rusia.

A propsito, el gran smbolo de la obra tiene que ver con el baile de saln. El baile es, para Athol Fugard, una analoga de la convivencia ideal, la gran metfora para eliminar los conflictos?

Lucho Sandoval: La metfora es interesante. La idea de tener un ritmo comn, que te lleva a representar ideales comunes. Nos movemos con ese mismo ideal, la misma cadencia. Adems, con el baile t tienes que escuchar al otro, sentirlo para no tropezar. Cuando escuchas al otro ests aprendiendo tolerancia.

Fernando Luque: En el baile hay una actividad, una armona, ests formando parte de un ritual.

Adrin Saba: Y es una gran analoga, porque el personaje de Willie es el que no baila bien, mientras se lamenta por todos sus conflictos con Hilda, su esposa. Sam, en cambio, que tiene las cosas ms resueltas, es un gran bailarn.

Fernando Luque: Pero en honor a la verdad, lo que dice Hally para traerse abajo todo este idealismo por el baile tambin es muy cierto: cmo podemos ponernos a bailar todos en armona si estamos rodeados de gente invlida? Gente a la que no le interesa escuchar al otro ni compartir su ritmo? Cmo hacemos para que bailen? Es muy difcil! Y eso es lo que a Hally lo llena de frustracin. l parece estar de acuerdo con que bailar debe ser el mximo fin de la vida, pero cmo hacemos si muchos hombres no podran dar ni siquiera el primer paso? l sabe que no puede ser feliz por el alcoholismo y la invalidez de su padre. La vida se lo ha puesto muy difcil y eso lo frustra profundamente. Por eso, la obra de Fugard es extraordinaria: te muestra todas las aristas del origen del prejuicio y de la violencia.

Para ambos criados, el concurso de baile de saln organizado en el pueblo es un espacio de libertad, la ilusin de un mundo sin conflictos. Cun importante era el foxtrot para las comunidades negras?

Lucho Sandoval: Pienso que era como el vals aqu, o como la polca. Los negros lo vean bailar en las familias blancas y hacan una adaptacin. As, si el vals clsico es de tres cuartos, ellos adaptaron el vals peruano en cinco octavos.

El foxtrot sera una jarana limea?

Lucho Sandoval: Por supuesto! Hay una adaptacin, una africanizacin del ritmo, sin perder la esencia.

Cunto de experiencia personal del autor podemos encontrar en este drama?

Adrin Saba: Es una obra muy cercana a l. Cuando investigas, te das cuenta de que el personaje de Sam s existi en la vida real. Incluso hay una foto de la familia de Fugard con l. El saln de t del parque Saint George tambin es real, y los padres del autor eran los dueos. Por cierto, el primer nombre de Athol es Harold y despus lo cambi, aunque no sabemos las razones. Y otra cosa, su propio padre era lisiado y alcohlico, como en la obra.

Pues qu mejor final de la obra que ese: un dramaturgo que enmienda el racismo de su juventud escribiendo una obra como esta

Fernando Luque: Al final de la obra est claro que no puede haber abrazos debido a que los personajes se han dicho cosas terribles. Y ya se han roto las cosas que los unan. Pero el gran mensaje de la obra es que, pasados unos aos, Athol Fugard escribe esta obra. Ms all de una reconciliacin, es una reivindicacin del personaje de Sam. Y as convierte a su antiguo criado en un personaje muy parecido al mismo Nelson Mandela.

MS INFORMACIN

Lugar: teatro La Plaza, Larcomar, Miraflores. Temporada: del 19 de enero al 28 de febrero. Jueves a martes, 8 p.m. Domingos, 7 p.m. Entrada: Teleticket (S/70 y S/30).