"Historias de fantasmas": teatro para los fans del terror
Jimena Salas

“ADVERTENCIA: Si eres una persona sumamente nerviosa o con problemas cardíacos, piensa seriamente antes de acompañarnos”. Y sí, lo pienso, seriamente. Un par de veces. A pesar de que me considero una gran aficionada a las películas de terror, la idea de presenciarlo durante un espectáculo en vivo me resulta, cuando menos, perturbadora. Incluso antes de entrar en la sala –desde donde acabo de oír un grito desgarrador–, se me ocurre que todavía estoy a tiempo de dar media vuelta, salir del teatro y volver a casa. Pero, finalmente, me armo de valor y lo hago. Todo está demasiado oscuro.

Prepárate para asustarte. (Foto: Difusión)

Poco más de noventa minutos después, todo ha terminado. Y cuando veo los rostros de los demás, disfruto de las risitas nerviosas, de las bromas de los más jóvenes, de los abrazos en busca de refugio de algunas chicas emparejadas. No estoy sola.

es el responsable de todas estas caras de susto disimuladas. De la mano de un talentoso elenco y un equipo de producción impecable, ha convertido el Teatro Pirandello en una casa de los horrores. Por eso, cuando le pregunto si, como sucedió con los autores de la obra, él cree que está haciéndole algún daño a la gente con este montaje, sonríe tímidamente. “Tengo amigos y personas cercanas que han llevado a sus hijos y me dicen ‘ya me fregaste, ahora voy a tener que dormir con él’. También hay gente mayor que sale asustada, movida, tensa… pero creo que para eso vas también. Para jugar con ese miedo, jugar a que te asustas, para después salir aliviado porque no es tu turno”.

Y es verdad. Pero por la forma en que se narra esta historia, uno siente completamente posible convertirse en el protagonista. La traducción y adaptación del original contribuyen a ello, y Rómulo lo sabe. “Ayuda más en el terror que te sientas identificado con los personajes, que sientas que las historias son mucho más cercanas. (…) La idea era volverla súper local”, explica. Pero hay más: los sonidos, las luces, los efectos juegan un rol estelar. “Ver esta obra es toda una experiencia de sensaciones, no solamente es una obra tradicional de teatro”, anota. “Hay pequeños trucos que generan una vibración constante que te genera una angustia, es una cosa casi subliminal”. Eso explica muchas cosas, medito.

La atmósfera de suspenso y angusia se mantiene durante toda la obra. (Foto: Difusión)

Rómulo, quien se declara fan del terror, vio la obra original en Londres hace seis años y salió fascinado del teatro. Por eso, cuando Juan Carlos Fisher le propuso montarla en Lima, no lo dudó. “Pensé que, como siempre, él la dirigiría y yo actuaría, pero por cuestiones de la vida me dijo ‘¿Qué te parece si la diriges tú?’, y yo acepté feliz. Es la primera vez que dirijo profesionalmente y ha sido un reto pues, si bien es una obra que tiene muy pocos actores (solo seis), el nivel de espectáculo, con efectos, sonido, iluminación, es enorme. Eso es lo que más nos ha costado”.

Pero sin duda, el esfuerzo ha valido la pena. “Estamos felices. Ha ido mucha gente y, sobre todo, gente joven, a la que le gusta el terror, que están acostumbradas a ver películas de terror. La gente lo pasa muy bien. Es para ir en grupo, con los amigos, no solo para asustarte, sino también para reírte de por qué te asustas”. Y claro, las risas cumplen un rol clave. “Hay bastante humor, porque es importante. Tienes que relajarte un poco primero, y una vez que estás relajado, viene el susto”, adelanta, como para ir poniendo los nervios de punta.

Pensando en lo que sucede detrás del escenario, pregunto si tener el miedo tan a flor de piel durante los ensayos no ha causado estragos: “Hemos tenido pesadillas, apariciones, presencias extrañas, amigos fantasmales que nos visitan en el teatro, hasta tarde. Yo ya no sé si es real o si es solamente sugestión, pero nos ha pasado de todo”, afirma el director. De hecho, según lo que nos cuenta, los actores, quienes se han visto comprometidos hasta en la realización de los efectos, temían subir para alzar el telón porque sentían que había alguien ahí y que se movían cosas. “Si estás viviendo el terror cada día durante doce horas, estás jugando con el efecto, con el sonido, con el suspenso… llega un momento en que eso lo llevas a la vida real”, menciona.

Para entender qué es lo que encierra Historia de Fantasmas, Rómulo nos da la clave: “Creo que es una obra que no te va a dejar igual que como entraste. Va a generar muchas cosas, es una obra muy sensorial, pero también hay un contenido detrás que te puede hace reflexionar después de verla”. Y eso es lo que ha pasado en esta función, creo. Al menos lo que noto cuando observo esa combinación de angustia e incertidumbre entre los que salimos del teatro.

EL DATO: UNA INVITACIÓN AL MIEDO
Aunque la obra es apta para mayores de 14 años, hay una gran afluencia de adolescentes, lo cual es, para el director, una señal de éxito. “Una de las cosas que más me ha sorprendido de las primeras funciones ha sido ver tanta gente joven. En otras salas u otras obras, veo gente de mi edad para arriba, pero ver a chicos jóvenes que están yendo a ver una obra de teatro como si estuvieran yendo a ver una película de terror es de verdad una alegría”, señala.

DÓNDE Y CUÁNDO
Teatro Luigi Pirandello. Av. Petit Thouars cuadra 10, (antes Colegio Raimondi)

Funciones: jueves y viernes a las 8:30 p.m., sábados a las 8:00 p.m. y 10:00 p.m.; y domingos a las 7:00 p.m. Entradas desde S/. 15.00 en Teleticket de Wong y Metro.

El precio de las entradas de los jueves es de 2x1.

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