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Casa de muñecas. Parte 2
Eduardo Lores

del noruego Henrik Ibsen se estrenó hace 140 años. El dramaturgo estadounidense Lucas Hnath presentó en Broadway una secuela de dicha obra bajo el título "Casa de muñecas. Parte 2", que le valió la nominación a ocho premios Tony el año pasado. La pieza responde a la pregunta: ¿qué hubiera sido si Nora, la protagonista –que abandona a su familia en la última escena–, regresaba a casa luego de 15 años?

Lucho Tuesta, traductor y director de la pieza, cita las "Notas para la tragedia actual", de Ibsen, donde este último declara su posición pionera a favor de la igualdad de género: "Existen dos códigos de moral, dos conciencias diferentes, una del hombre y otra de la mujer. Y a la mujer se la juzga según el código de los hombres. [...] Una mujer no puede ser auténticamente ella en la sociedad actual, una sociedad exclusivamente masculina, con leyes exclusivamente masculinas, con jueces y fiscales que la juzgan desde el punto de vista masculino". Ciento cuarenta años que parecieran no haber pasado en el Perú, a consecuencia de la labor de fuerzas retrógradas y seudorreligiosas que, manipulando un tergiversado concepto de la vida, actúan en el ámbito de la educación y del Estado.

La pieza es muy ingeniosa, el motivo del regreso de Nora es práctico, ella no ha cambiado ni se siente en culpa por haber abandonado a su marido y a sus tres niños. Si bien el drama es autónomo del de Ibsen, para entender mejor al personaje no estaría demás recordar el motivo por el cual ella abandona el hogar (para eso se puede conseguir en Internet el PDF del libreto y varias versiones teatrales y cinematográficas de la pieza de Ibsen). Lo que sucede es algo grave que la hace tomar conciencia de que ella había sido la muñeca en la casita de juguetes que funcionó mientras se cumplieron las reglas del juego, pero cuando su marido, Torvald, dejó de acatarlas quitándose el yelmo del paladín –desprotegiéndola, transformándose por el contrario en su implacable y machista denostador, sin saber ni querer escuchar los motivos de lo que, pareciendo una culpa, era en realidad un mérito–, rompió el encanto de la doncella.

El sobrio decorado con una puerta hacia el exterior y un umbral hacia el interior es suficiente para que Violeta Cáceres vuelva gloriosamente a las tablas como Anne Marie. Ella, que ha criado a la protagonista, es el puente, la bisagra para el reencuentro que no será fácil, porque Nora (interpretada con agudeza por Sandra Bernasconi), ha ido para deshacer el último lazo que le queda con esa casa. Augusto Mazzarelli muestra su versatilidad como Torvald, un característico marido burgués, conservador y pacato de fin de siècle (tan distinto al rol que le cabe en la fresca comedia de Camila Ampuero "Noche de hormigas", también en cartelera).

Un gran acierto de Hnath es el encuentro de la madre con su hija Emmy (interpretada con soltura por Lizet Chávez), que le sirve para contrastar las posiciones a favor y en contra del matrimonio.

Curiosamente, es Emmy, la más joven, quien defiende la vapuleada institución.

AL DETALLE
Título: "Casa de muñecas. Parte 2"
Puntaje: 4/5 estrellas
Dramaturgia: Lucas Nhath.
Dirección: Lucho Tuesta.
Actúan: Sandra Bernasconi, Violeta Cáceres, Lizet Chávez y Augusto Mazzarelli.
Teatro de Lucía (calle Bellavista 512, Miraflores). Hasta el 25 de junio.

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