La enorme diferencia futbolística entre Argentina y Brasil

La selección brasileña fue la última que goleó a la de Argentina antes del aplastante 6-1 que le propinó España este martes. La estrella del equipo derrotado, Lionel Messi, vio el encuentro desde las gradas por no estar al 100%.

En aquella oportunidad, el 10 de noviembre de 2016, en el partido por las Eliminatorias Sudamericanas para Rusia 2018, la Canarinha se impuso 3-0 en Belo Horizonte, Minas Gerais, y con una diferencia futbolística notable.

Los goles fueron de Philippe Coutinho, Neymar y Paulinho, a los 25, 46 y 58 minutos respectivamente. El primero de estos tantos quedó registrado como uno de los mejores del torneo sudamericano. Coutinho se quitó rivales por la izquierda y encajó la pelota en el ángulo con un tiro curvo.

Ahora, a pesar de que ambas de que ambas selecciones están clasificadas al Mundial de Rusia 2018, los momentos futbolísticos que vive cada uno son sumamente distintos.

Brasil acaba de ganarle por la mínima diferencia a Alemania, con quien no se veía las caras desde el 7-1 en contra del Mundial pasado. Al igual que Argentina, el pentacampeón no contaba con su máxima figura, Neymar.

La diferencia es que Brasil es un equipo sólido, con buen funcionamiento por las bandas y ágil juego colectivo al centro. No depende tanto de Neymar como Argentina de Messi.

Argentina no cuenta con grandes laterales como los brasileños Dani Alves y Marcelo, y los hombres que puso el martes, Fabricio Bustos y Nicolás Tagliafico, no tienen una amplia experiencia en la selección mayor como los anteriores. La mediacancha de Javier Mascherano y Lucas Biglia es más batalladora que socia de los talentosos atacantes.

La Albiceleste ganó su cupo a la Copa del Mundo en la última fecha, venciendo a Ecuador 3-1 con triplete de Messi. Esto luego de caer en una racha de empates y derrotas.

Desde que se hizo cargo de Argentina, el entrenador Jorge Sampaoli ha usado una considerable cantidad de jugadores y aún no encuentra el once ideal, menos a los suplentes. En cambio, Tite, que tomó a Brasil después de la Copa América Centenario, suele estar convencido de la capacidad de sus futbolistas: utiliza pocos nuevos y casi siempre coloca el mismo equipo.

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