La pobreza es uno de los problemas que el gobierno de Cristina Fernández no ha logrado resolver. Así lo revelan los resultados de la última medición del Barómetro de la Deuda Social Argentina de la UCA.

“Tanto la indigencia como la pobreza muestran un descenso en 2011 con respecto de 2007, cuando el 4,5% de los hogares urbanos vivía en la indigencia y el 18,5% vivía debajo de la línea de pobreza, es decir, que apenas pueden acceder a la canasta alimentaria básica, pero a ningún otro bien o servicio”, informa el diario “La Nación” citando al estudio.

“Estos resultados son cinco veces mayores que los del Indec, cuyas estimaciones hablan de alrededor de 1,6 millones de personas pobres y 427.000 personas indigentes en el país”, sostiene. Multiplique esas cifras por cinco y notará la gran distancia entre ambas estadísticas.

Las principales debilidades sociales de la sociedad argentina, sostiene el estudio, son hallazgos como “la marginalidad económica, la pobreza estructural, la segregación social, el subempleo indigente, la rotación entre períodos de empleo y desempleo, la separación residencial en el espacio urbano, la sensación de inseguridad y los recortes familiares de los gastos de salud por una disminución del ingreso, entre otros.