Alicia Guerrero y Naysa Balcázar ya han recibido al nuevo año y lo han hecho junto a otras 72 personas de una manera que no olvidaran jamás: en el corazón del Océano Antártico.

A bordo del Akademik Shokalskiy, embarcación rusa que a fines de noviembre partió de Nueva Zelanda rumbo a la Antártida, la tripulación se encuentra varada en el congelado mar desde el 24 de diciembre.

Los múltiples operativos de rescate, sea a través de barcos rompehielos o un helicóptero que intente ingresar a la zona, se han visto frustrados debido al mal tiempo. Sin embargo, no cundirá el pánico. Una vez que el clima mejore se procederá con la evacuación aérea.

Mientras tanto, el navío construido en Finlandia en 1982 permanecerá atrapado, como desde hace siete días, por un gruesa capa de hielo de mar.

Alicia dio una clase de español y en la tarde vamos a hacer una clase de salsa, dijo Naysa al diario La Tercera

Antes de cumplirse la media noche (ahora ya es casi medio día del primero de enero en la Antártida), la chileno-australiana admitió que extraña las empanadas y el pisco sour, indicó el medio chileno.

Por su parte, Alicia manifestó tener emociones encontradas al tener el deseo de seguir investigando en la Antártida y volver a casa o tierra firme, por decirlo de alguna manera. La capa de hielo que rodea la nave es tan gruesa que los científicos y turistas permanecen en la superficie del sólido mar sin temor alguno.

El científico argentino Ezequiel Ziggy Marzinelli completa el grupo de sudamericanos a bordo del Akademik Shokalskiy.

La tripulación del barco ruso forma parte de una misión científica que rememora la expedición que hace un siglo hizo el explorador Douglas Mawson en la Antártida.

La travesía de Mawson resultó ser el primer estudio completo del helado continente.