Dejando a un lado >los emotivos momentos que marcaron ayer la despedida a ">Nelson Mandela en Johannesburgo (Sudáfrica), una serie de fotografías ha quedado en el recuerdo de millones de personas. No se trata, cabe precisar, del histórico apretón de manos entre Barack Obama y Raúl Castro, líderes de dos naciones enfrentadas por décadas, sino de la fulminante mirada que le lanzó Michelle Obama a la primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt.

Unos segundos fueron suficientes para que quede inmortalizada la incomodidad que sintió la esposa del presidente de Estados Unidos al ver la alegría de su marido por conversar con la autoridad danesa. La mirada de pocos amigos de Michelle de inmediato fue compartida y comentada por millones en las redes sociales.

La escena desató más las críticas cuando Thorning-Schmidtm, celular en mano, decidiera tomarse un selfie (fotos hechas por uno mismo) con Barack Obama y el primer ministro del Reino Unido, David Cameron. A pesar que el autorretrato no ha sido publicado, el rostro de fastidio de la primera dama de EE.UU., quien no formó parte de la fotografía, sí dio la vuelta mundo. Algunos creen que la molestia de Michelle Obama se debe al desenfado que mostraron las autoridades en cuestión, otros aseguran que la mirada corresponde a un evidente ataque de celos.

El hecho llegó a su fin cuando la esposa del mandatario estadounidense decidió poner una distancia: aprovechando la ausencia de su marido, quien se dirigía al estrado para decirle al mundo lo mucho que significó Madiba en su vida, Michelle Obama intercambió palabras con la autoridad danesa. Nadie sabe qué conversaron. Lo cierto es que cuando Barack Obama regresó a su sitio el ambiente cambió.

BERLUSCONI LA VIO PRIMERO No es la primera vez que la primera ministra, Helle Thorning-Schmidt, acapara las miradas de un jefe de Estado. De hecho, en el año 2011, el entonces primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, cayó bajo sus encantos.

Durante una cumbre europea, en la sede del Consejo de la Unión Europea (UE) en Bruselas, Berlusconi se cruzó en la sala de reuniones con Thorning-Schmidt, a la que saludó con una pequeña reverencia con la cabeza y un apretón de manos.

Luego del breve saludo, Berlusconi aprovechó que la autoridad danesa estaba de espaldas para bajar la mirada y admirarle su trasero. Suceso que generó millones de comentarios alrededor del mundo.