La semana pasada, el suspendido ejecutivo del Banco Central de Chile, Enrique Orellana, fue absuelto de los cargos de violación y abuso sexual en contra de sus tres hijas. Todo ello tras un tercer juicio oral.

Este hecho recordó la triste historia de Rodrigo Saavedra Conus (39), quien el 2007 fue acusado de violar a su hija cuando esta tenía 9 años y por ello fue sentenciado a 15 años de prisión. Para el 29 Juzgado del Crimen, el delito estaba acreditado, pero en el 2011, la supuestamente abusada cumplió la mayoría de edad y confesó voluntariamente que toda la acusación había sido un invento.

No tenían pruebas para acusarme, solo la declaración de la mamá de mi hija […] Hasta el día de hoy me pregunto por qué lo hicieron, recordó el ciudadano que trabaja como conductor de taxis colectivos. Hace dos años recuperó su libertad y empezó a retomar la dañada relación con su hija.

Cuando supe que había sido declarado culpable, me quería enterrar porque no podía defenderme, nadie me escuchaba, yo no era nadie, continuó rememorando en diálogo con Emol.

UN CALVARIO Saavedra Conus fue internado en la conocida ex Penitenciaría. Durante los primeros meses “por un error” de la Germandería estuvo en el pabellón de internos peligrosos y reincidentes, por lo que tuvo que inventar que lo habían encarcelado por ser ladrón de autos con el fin de evitar el temido “castigo” de los reos a los abusadores sexuales. Posteriormente, lo trasladaron al módulo de internos primerizos.

Todo su calvario se debió a la mentira promovida por su primera pareja, con quien se casó a los 17 años. Ella actuó movida por los celos. “El daño que ella me hizo es irreparable. Pasé cuatro años en la cárcel y además, quedamos llenos de deudas”, refirió.

Pese a todo su sufrimiento, la fuerza vino de parte de su nueva novia de entonces, con quien ahora vive en Los Ángeles junto a la hija de ambos, de siete años.

RETOMA LA RELACIÓN CON SU HIJA Cuando la supuesta niña violada cumplió la mayoría de edad, la verdad salió a la luz. Según el testimonio de la hija de Saavedra, mintió porque su padre tenía una nueva pareja y su madre estaba celosa. Tras la confesión, la Corte Suprema decidió absolver inmediatamente al colectivero.

Mi hija no me fue a ver nunca a la cárcel, solo lo hizo cuando confesó que nunca la había violado, manifestó Saavedra.

Pasado el triste episodio, padre e hija se reencontraron y empezaron a retomar la relación. Vivieron juntos durante un año, ahora hablan por teléfono constantemente e incluso pasaron juntos las vacaciones. Él no la culpa de nada, porque fue manipulada desde el principio por su madre, su tía y su abuela.

“Ni ella ni su hermano se llevan bien con su mamá, y hasta ahora, viven con sus abuelos en Santiago, comentó finalmente.