Un tribunal chileno dictó hoy prohibición de acercarse al presidente Sebastián Piñera a Catalina Castillo, la mujer de 29 años que días atrás le escupió durante el funeral en Santiago de un sacerdote defensor de los derechos humanos.

La decisión fue adoptada por la octava sala de la Corte de Apelaciones de Santiago que revocó así la medida dictada en primera instancia por el Séptimo Juzgado de Garantía de la capital chilena, que había considerado que se trató de una falta y no de un delito.

Castillo deberá además firmar mensualmente en las dependencias del Ministerio Público según esta decisión judicial, que fue calificada por la abogada querellante, Eugenia Duffau, como satisfactoria.

En tanto, la abogada de la joven, Karen Fernández, consideró de baja intensidad las medidas cautelares aplicadas en contra de su representada.

LOS HECHOS Este viernes, el Ministerio del Interior presentó una querella en contra de la mujer que el pasado 6 de diciembre escupió y empujó al mandatario cuando acudía al velatorio del sacerdote Alfonso Baeza, un destacado luchador a favor de los derechos humanos durante la dictadura (1973-1990).

Al día siguiente, Castillo fue dejada en libertad y sin medidas cautelares, razón por la cual el Gobierno decidió presentar la demanda, bajo la figura penal de acto de odio contra la autoridad.

Al principio la justicia determinó que se trató de una falta y por lo tanto no tenía que permanecer recluida durante los 60 días que se calcula que durará investigación, decisión que fue revocada este sábado.

El incidente se produjo cuando la mujer, aprovechando un descuido del equipo seguridad de Piñera, se abalanzó sobre el presidente para empujarlo y después escupirlo.

VELORIO DE ALFONSO BAEZA A continuación, el mandatario se refugió dentro de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el barrio obrero de Estación Central, donde estaba siendo velado el cuerpo del sacerdote Alfonso Baeza.

Baeza, con más de medio siglo de sacerdocio, fue reconocido en Chile por su labor social, especialmente después del golpe militar de 1973, cuando participó en el Comité Pro Paz y en la Vicaría de la Solidaridad, dos organismos que velaban por el respeto de los derechos humanos.