El Gobierno surcoreano y la compañía Asiana Airlines despacharán hoy a sus respectivos equipos a San Francisco (EE.UU.) para investigar el accidente del vuelo 214 de esta aerolínea, que se ha saldado de momento con dos muertos y 182 heridos, informó la agencia Yonhap.

El avión, un Boeing 777 con 307 personas a bordo (291 pasajeros y 16 tripulantes) procedente de Shanghai y que hizo escala en el aeropuerto surcoreano de Incheon, se estrelló al aterrizar en el aeropuerto internacional de San Francisco.

Dos de los ocupantes han fallecido, mientras que 182 han sido trasladados a hospitales, de los cuales al menos 49 se encuentran en estado grave, según han explicado autoridades estadounidenses y surcoreanas.

El ministerio de Asuntos Exteriores surcoreano ha explicado en rueda de prensa que cree que una de las dos víctimas es una mujer con pasaporte chino, y que aún queda por confirmar la nacionalidad y el resto de datos relevantes de la otra.

INVESTIGACIÓN CONJUNTA Según Asiana, en el vuelo 214 viajaban 141 ciudadanos chinos, 77 coreanos, 61 estadounidenses y un japonés.

Poco después de que la segunda aerolínea de Corea del Sur anunciara el envío hoy mismo de un equipo a San Francisco, un portavoz del Ministerio de Transporte surcoreano explicó a Yonhap que hará lo propio.

Se prevé que equipos de la Junta Nacional para la Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos, que ya ha desplazado personal a San Francisco, del Ministerio de Transporte surcoreano, de Asiana, y del constructor Boeing lleven a cabo una investigación conjunta sobre el accidente, precisó el portavoz.

CAUSA DE ACCIDENTE AÚN DEBE DETERMINARSE El director de Aviación del Ministerio de Transporte, Choi Jeong-ho, explicó en rueda de prensa que la causa exacta del accidente aún debe ser determinada.

Nuestros investigadores revisarán en primer lugar la caja negra, el audio de la torre de control y cualquier otra información a la que se pueda acceder con prontitud para poder determinar la causa, precisó en declaraciones recogidas por Yonhap.

Aparentemente, el avión realizó la maniobra de aterrizaje con un ángulo anormal y golpeó la pista con la parte trasera al tomar tierra.

Como consecuencia de ello, el piloto perdió el control y el aparato se arrastró envuelto en una densa columna de humo blanco hasta que se detuvo.

Más de un centenar de pasajeros pudo escapar por dos puertas en el costado izquierdo de la aeronave empleando las rampas hinchables para las salidas de emergencia, antes de que se prendiera fuego.