El diario español “El País” reconstruye en dos páginas cómo se tomó el pasado miércoles la decisión de divulgar una fotografía en la que supuestamente aparecía intubado el presidente venezolano, Hugo Chávez, y que resultó ser falsa.

El periódico asegura que cometió uno de los mayores errores de su historia. Creíamos tener verificada una fotografía que no habíamos verificado, explica el director de El País, Javier Moreno, que se encontraba en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, cuando se adoptó la decisión.

Las negociaciones con la agencia Gtres Online, proveedora habitual de El País comenzaron a las 11:00 de la mañana del miércoles 23 de enero, explica el texto. Tres horas más tarde, Moreno recibió por teléfono el aviso de la existencia de la fotografía a través de su director adjunto. La imagen le fue mostrada a través de Facetime, una aplicación de teléfono para hablar por videoconferencia.

Según El País, la agencia aseguró haber ofrecido en primer lugar la fotografía al diario El Mundo, también español. Aunque en un primer momento pedía 30.000 euros (40.385 dólares) por la instantánea, en las negociaciones se acordó pagar la mitad, 15.000 euros.

El texto a doble página reconoce que hubo dudas respecto a la veracidad de la imagen, supuestamente tomada por una enfermera en Cuba, donde se encuentra hospitalizado Chávez, y enviada a su hermana a España, que la ofreció a una colaborada de la agencia. Aún así, Gtres Online insistió en que la fuente de que habían recibido la fotografía era fiable y en la confianza que tenían en la colaboradora que se la hizo llegar a la agencia.

¿Por qué se tomó la decisión de publicar la foto si la agencia no había respondido a todas las dudas que se le plantearon?, se pregunta El País. Consideramos que la fotografía era buena y seguimos de forma natural, responde el director adjunto, Vicente Jiménez. Hicimos una cesión de confianza a la agencia a pesar de que había puntos que no se podían comprobar () Hicimos mal nuestro trabajo, reconoce.

DUDAS Sólo un subdirector del periódico dudó si se debía publicar la fotografía tratándose de un enfermo. Pero estábamos de acuerdo en que era una noticia relevante porque el gobierno venezolano no informa sobre la salud del presidente, apunta Jiménez.

Cuando los primeros ejemplares impresos del diario llegaron a Latinoamérica comenzaron a surgir dudas respecto a la veracidad de la foto en las redes sociales. Fue uno de los periodistas de El País en México el que comprobó que la foto había sido extraída de un video que circulaba por Internet, tomada de un paciente en 2008. La noche anterior la televisión pública venezolana había denunciado que ese vídeo estaba circulando y que era falso, explica hoy el periódico.

Poco después, el director de El País decidió paralizar la distribución de la edición en papel. El coste total de la reimpresión y distribución de los nuevos ejemplares ascendió a 225.000 euros, según el propio periódico.

Tras descubrirse la falsedad de la fotografía, la fuente que la había proporcionado cambió la versión que dio a la colaboradora de la agencia. En ese momento explicó que la intermediaria en España es una venezolana que recibió una foto enviada por su hermana a través de Whatsapp desde Venezuela. Sería ésta última la que supuestamente habría recibido la imagen de Cuba. Poco importa. La foto era falsa, concluye El País.