El asesino múltiple de seis personas en un condominio de la localidad de Hialeah, aledaña a Miami, era un hombre solitario que fue despedido del Miami Dade College (MDC) y acumulaba en su cuenta bancaria cerca de 100.000 dólares.

Las policía continúa hoy investigando los motivos por los que Pedro Alberto Vargas, de 42 años y origen cubano, mató el pasado viernes a tiros a cinco colombianos y un ecuatoriano y mantuvo a otras dos personas como rehenes antes de ser abatido por un equipo del cuerpo de elite SWAT.

SOLITARIO, ADICTO A LAS ARMAS Y LOS EJERCICIOS Pero comienzan a conocerse más detalles de la vida de este hombre solitario y reprimido, según los vecinos, aficionado a las armas y que estaba obsesionado con su forma física, por lo que pasaba mucho tiempo en el gimnasio.

Este hombre de vida austera, sin antecedentes penales, que tenía aventuras con prostitutas y vivía con su madre, de 83 años, había renunciado a su puesto de diseñador gráfico en el MDC tras conocer que iba a ser despedido por guardar archivos inapropiados, según recogió hoy el diario “El Nuevo Herald”.

MATERIAL COMPROMETEDOR PARA INSTITUCIÓN Al parecer el material que almacenaba Vargas en su computadora y representaba una seria amenaza para la seguridad de esta institución universitaria pública, con amenazas y fotos que marcaban como objetivo a un ex supervisor, aunque el MDC declinó ofrecer más detalles al periódico.

El ex supervisor directo de Vargas en el MDC Elmo Lugo explicó a este medio que los textos amenazantes que recibió incluían fotos manipuladas de este en las que aparecía decapitado y mensajes en los que le deseaba morir de cáncer.

Vargas fue abatido por el equipo SWAT que, tras el fracaso de las negociaciones con el secuestrador, logro entrar en el apartamento donde se encontraba atrincherado y lo abatió.

ASÍ FUE EL DÍA DE LA VIOLENCIA En declaraciones a medios locales, la policía indicó que Vargas comenzó ese día la espiral de violencia prendiendo fuego a cerca de 10.000 dólares en efectivo que había sacado de su cuenta bancaria.

Además, intentó destruir y prender fuego también a su ordenador portátil, uno de los elementos que a juicio de la policía podría ayudar a desentrañar la incertidumbre que rodea la tragedia protagonizada por el cubano.

Fue precisamente el humo provocado por Vargas lo que alertó a un matrimonio colombiano vecino, que al acercarse al apartamento del cubano fue recibido a tiros. Italo Pisciotti, de 79 años, y su mujer, Camira Pisciotti, de 69, murieron prácticamente en el acto, según las autoridades.

Tras ello, el asesino derribó la puerta de otro apartamento vecino y acabó con la vida de sus tres ocupantes. Se trataría, según fuentes policiales, de Patricio Simono, de 54 años, su mujer, Merly Niebles, de 51, y su hija de 17 años, Priscilla Simono, también originarios de Colombia. La policía cree que la sexta víctima, un ecuatoriano llamado Carlos Javier Gavilanes, de 33 años, que llegaba al edificio acompañado por su hijo menor, en realidad falleció por una bala perdida en la refriega del tiroteo.

ABATIDO EL SÁBADO EN LA MADRUGADA Los SWAT intentaron inútilmente durante varias horas a lo largo de la madrugada del sábado, y hasta el último momento, que Vargas depusiera su actitud.

Tras valorar la situación mediante una minicámara que permitía a los agentes saber lo que ocurría en el interior del apartamento, los SWAT derribaron la puerta, acabaron con la vida de Pedro Vargas y liberaron a los rehenes, que habían vivido encañonados los momentos más tensos de sus vidas.