Después de cinco sesiones de votación, los 115 cardenales que participaron en el segundo cónclave de este siglo eligieron a un nuevo Papa. El anuncio de la fumata blanca tras la sesión vespertina de hoy confirmó que la Iglesia Católica ya tiene un sucesor para Benedicto XVI.

En este cónclave, que fue más extenso que en el que se escogió a Joseph Ratzinger, en el 2005, como Sumo Pontífice, ocurrieron dos fumatas negras, una el martes y otra tras la sesión matutina de hoy.

Ya que el cardenal decano, Angelo Sodano, y el vicedecano, Roger Etchegaray, no participaron por tener más de 80 años, el encargado de preguntarle al elegido si acepta el cargo o no será el cardenal italiano Giovanni Battista Re, quien presidió el cónclave.

Re le preguntará “¿Acceptasne electionem de te canonice factam in summum pontificem?” (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?). Si la respuesta es afirmativa, la repregunta será “¿Quo nomine vis vocari?” (¿Con qué nombre quieres ser llamado?), a lo que el elegido responderá con el nombre que desea tener durante su pontificado.

Tras esto, el Papa número 266 será vestido de blanco y presentado, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, por el primer cardenal de los diáconos, Jean-Louis Tauran así: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemos Papam”.